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No te puedo mostrar una parte deteriorada de mí mismo
Así que, una vez más, me pongo una máscara para ir a verte
Pero, todavía te quiero...

—¡Jungkook! ¡Deja de correr!

El niño hizo caso omiso a los llamados y gritos de su madre que podían escucharse en todo el lugar. Era como si estuviera dentro de una película de terror, justo en ese momento se sentía mucho más pequeño de lo normal, pues parecía que en cualquier momento aquel lugar al que alguna vez llamó "hogar" se convertiría en su eterna prisión. Sabía que cualquiera sentiría envidia de él por vivir en una casa tan lujosa, pero...¿de qué servía todo eso si por dentro se sentía totalmente vacío? No existía bien material que llenara su propio desierto interior.

Sus piernas cortas no le permitían correr con la rapidez que él anhelaba en ese momento, pero aún así lo intentaba. ¿Por qué tenía que ser tan pequeño y débil? Las lágrimas continuaban rodeando su rostro ante la impotencia de no poder hacer mucho más.

—¡Papá!

Gritó esperanzado al llegar a la puerta principal y verlo a punto de partir. Corrió por todo el jardín de la entrada sabiendo que luego su madre lo castigaría por mojarse bajo la lluvia. Aquella tarde llovía a cántaros, el día estaba completamente gris y nublado, todo el contexto era deprimente. Pero Jungkook no tenía intenciones de rendirse, al menos no hasta ese momento.

Ese momento en que los días lluviosos dejaron de ser algo indolente para él.

—Jungkook, regresa adentro—el mayor no se animaba a mirarlo a los ojos y el pequeño no entendía la razón. ¿Por qué de pronto la mirada llena de amor que su padre solía darle había desaparecido por completo?

—Papá, no me dejes, por favor—suplicó hasta el cansancio y probablemente era la primera vez que suplicaba por algo en toda su vida.—Juro que nunca más me portaré mal, haré todas mis tareas, e-estudiaré más, dormiré temprano y no haré enojar a mamá—su llanto era cada vez más fuerte y sus lágrimas caían como si de gotas de lluvia se trataran.

El mayor estaba a punto de seguir con su camino, pero Jungkook se aferró rápidamente a su pierna, rehusándose a dejarlo ir. Nunca antes había sentido tanto miedo, le temía más al abandono de su padre que a la tormenta que se aproximaba.

—Hazle caso a tu madre y tu hermano, no te saltes comidas—su voz parecía quebrarse, pero continuaba sin mirar a los ojos al menor.—Cuídate, Jungkook.

—¡Papá! ¡No! ¡No te vayas!

En un acto fugaz , el mayor logró liberarse de su agarre, comenzando a caminar con rapidez hacia el taxi que lo esperaba. Y así, en un abrir y cerrar de ojos, su padre se había marchado.

—V-Volverás...¿verdad? ¿volverás para la cena, verdad?

Nunca obtuvo una respuesta, ni una explicación, nada. Solo la lluvia y la tormenta lo acompañaban en ese momento, pero él no quería eso. No quería nada de lo que estaba sucediendo, ¿pero qué más podía hacer?

Era solo un niño, pequeño y débil.

Lloró, lloró y lloró. Podía sollozar tan fuerte como la lluvia y nadie lo escucharía, porque la única persona que lo hacía, ahora se había marchado.

Y en ese jardín lleno de soledad, una máscara llena de espinas comenzaba a surgir dentro de sí mismo. Una que terminaría cubriendo quién era en realidad, pero era su única manera de esconder su débil y frágil interior. Pero, ¿cuánto más podría sostener aquella fachada? ¿Cuánto tiempo antes de que las espinas se clavaran más profundamente en su piel?

CYNOSURE ↬ J. JUNGKOOKDonde viven las historias. Descúbrelo ahora