5.

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POV Betty 🌺:

Toni y yo nos montamos en su moto y llegamos a la dirección que Verónica mi había mandado.

Toni: ¡Hija de la gran puta! ¡Qué pedazo de mansión! Si aquí tienes que venir con GPS y mapa. - la casa era asombrosa. Una enorme mansión color blanco perla con adornos de oro.

Betty: ¿te- te puedes quedar conmigo?- esperaba que dijera que sí, así no tendría que estar a solas con aquella chica.

Toni: ¿Estas de coña? Yo no entro a esa casa ni aunque me paguen. Seguro que tienen hasta un detector de metales para asegurarse de que no robo nada. Bastante que voy a ir a esa estúpida fiesta...

Betty: bu-bueno...está bien

Toni: pásatelo bien rubia. - dijo mientras se montaba en su moto, acto seguido se fue. Dejándome sola delante de aquella gran mansión , con el corazón acelerado.

Caminé hasta la puerta y toqué el timbre. Para mi sorpresa me abrió un hombre algo mayor pero en buena forma física.

X: ¿Qué se le ofrece por aquí, señorita?

Betty: Emm...ho-hola, y-yo. Solo venía a ver a Verónica.

X: la señorita Verónica no está esperando visitas, por favor le pido que se retire.

Veronica: André, puede pasar. La he invitado yo.- hay estaba, detrás de ese tipo...André. Lucía todavía más perfecta de lo que ya era. Era como el primer rayo de luz que entra por tu ventana una soleada mañana de verano. 

André: como desee.- me hizo un gesto para que entrara, y así lo hice.

Entré a la mansión, recorriendo con la mirada cada rincón de esta. Mi cara reflejaba asombro.

Veronica: ¿Te gusta?

Betty: Es increíble... - dije todavía perpleja

Verónica: ven, vamos a mi cuarto. - me agarró de la mano y subimos unas escaleras hasta su habitación. Hasta sus manos eran perfectas, tan delicadas y suaves...

Entramos a su habitación, en el centro se podía ver una gran cama con dosel. Un tocador a su lado con un bonito espejo.

Verónica abrió una puerta hacia otra sala.

Veronica: este es mi armario. -Dijo señalando a la sala en la que ahora nos encontrábamos.

WoW, su armario parecía un centro comercial. Era igual de grande que mi habitación.

Veronica: Ven, vamos a mirar vestidos.- yo solo la seguí hasta la parte de los vestidos de fiesta.

En ese momento mi cabeza solo podía formular una pregunta: ¿Cómo una persona podía tener tanta lencería? Por unos instantes mi mente se la imaginó con ella puesta...se vería hermosa.

Verónica: ¿Cual te gusta, Betty?

Betty: N-no lo sé...

Verónica: ¡Este te quedaría genial!- dijo sacando un vestido blanco con transparencias de la percha.

Tenía un gran escote y la espalda descubierta. No era para nada el tipo de vestido que yo me pondría.

Verónica: llevo muuuucho tiempo sin ponérmelo ¿Te gusta?

En ese momento empecé a temblar, y me costaba un poco respirar.

Betty: N-no...y-yo no me puedo poner eso-dije muy nerviosa.

Verónica: ¿Por qué no?- mi ansiedad aumentaba por momentos. Yo no era capaz de ponerme ese vestido ajustado. No me gustaba mi cuerpo, tenía muchos complejos con él, lo odiaba.

Enamorada de tu novia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora