Miraculous: Aventura en New York

Séptimo Capítulo

Un delicioso aroma despertó a Patrick, quien corrió hasta la cocina para develar el delicioso manjar, allí se encontró con su hermana cocinando crepas, la sorpresa fue grande, llevaba años sin verla cocinar, hasta llego a pensar que ya no lo hacía.

─Buenos días panquesito.

Nathalie dejo caer la espátula que tenía en su mano, se giró y fulminó con su mirada al idiota de su hermano.

─Te dije que jamas me llames asi.

─¿Por qué, te recuerda a alguien?.

La ejecutiva levanta la espátula, la lava y continua con su trabajo, después de varios minutos termino el desayuno estilo francés, justo a tiempo para la hora en la que los niños se levantaban.

─Lo siento, aveces olvidó que rompió tu corazón─ murmuró él pelinegro terminando el desayuno

─Ya lo supere. . .solo me molesta que cuando vamos tan bien, recuerdes cosas de mí pasado.

─Ya sabes cómo somos los hermanos mayores, nuestra ley es molestar.

─¿Tan temprano y ya pelean?─ intervino Estephania entrando en la sala ─Gracias por esta delicia─ toma asiento

─Todo culpa de tu esposo, no sé cómo lo aguantas.

─Bueno, son años juntos─ ríe y se sirve café

─Lo que me faltaba, que se unan en mí contra.

─Tu empezaste recordándome a Damián─ tapa su boca automáticamente por haberlo mencionado

─¿Quien es Damián, tía?─ pregunto Timmy lleno de curiosidad ─¿Acaso tengo un tío también?─ agregó antes de que la mujer pueda contestar

─No─ musitó rendida ─Fue mí novio hace unos años, pero termino yendose con otra chica más bonita

─Que tonto─ bufo Clara ─¿Quien dejaría a mí tia?, mirenla, es hermosa

─Si que lo era, y por su culpa mí hermana se fue a París─ acotó Patrick algo enojado

─Fue para bien─ se sumó su hermana

─¿Y ahora si tienes novio?─ cuestionó la menor ─¿Es ese señor que llama todas las noches?

─¿Me estás espiando?─ la reto con dulzura

─No tía, lo juro─ esconde su mirada en la crepa

─Les aclaro que no tengo novio y quién me llama es mí jefe, el está en otra zona horaria.

─¿Eso es una ciudad?─ dijo la pequeña viendo a su tía

─No amor─ río su madre ─El mundo es tan grande que cada parte tiene su hora, en París, donde vive tu tía, en nuestra noche, allí o es de madrugada o ya es de dia─ explicó ─La escuela te lo enseñará algún día, no te preocupes

─Es de madrugada─ corrigió la teñida

─¿Y por qué te llama a altas horas de la noche Parisina?.

─Trabaja hasta muy tarde y es la primera vez que estoy tanto tiempo fuera, no puede solo─ mintió

─¿Te suele despertar de madrugada para preguntarte cosas?─ indagó su hermano

─Aveces. . .

─¿Por qué no apagas el teléfono en horas donde no debes trabajar?─ cuestionó

─¿De que me sirve?─ ríe ─Golpeara mí puerta de todas formas. . .

─¿Va hasta tu casa de madrugada?.