Vigésimo Octavo Capítulo

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Gabriel llego junto con Tomoe a un lujoso hotel, en su interior se encontraban la mayoría de las familias importantes de Japón, y algunas de las francésas; la japonesa a medida que caminaba y las personas la saludaban, iba presentando a su acompañante, Gabriel estaba molesto, odiaba estos eventos, pero debía hacerlo para pagar su favor y mantener la reputación de su hijo, si la prensa se enteraba que el arreglo su noviazgo sería el hazme reír del país y el, el principal culpable.

Conforme la velada iba pasando, más y más gente aristócrata llegaba al evento, algunos comían, otros charlaban, y la gran mayoría bailaba; nuestro diseñador estaba apunto de irse, pero Tomoe fue clara debía quedarse hasta el final o revelaría su secreto.

─Ven Gabriel, quiero presentarte a alguien─ hablo de la nada Tomoe y comenzó a caminar, el rubio la siguio hasta que una voz familiar empezó a distinguirse en sus oídos ─Mi querido Bruce─ soltó la azabache ─Quiero presentarte a alguien

─Tomoe-Sempai, que placer verte de nuevo, creo que ya conozco a tu amigo─ mira a Gabriel

─¿De verdad?.

─Nos cruzamos en Nueva York, pensé que se quedaría allá señor Wayne─ bufo

─Salieron asuntos de repente, no puedo negarme a un buen negocio─ replicó

─Es para mí un alivio que se conozcan, los dos son muy parecidos, siempre pidiéndome favores─ arquea una ceja

─No somos para nada parecidos─ se quejo Gabriel

─Estoy de acuerdo─ se sumó Bruce tomando una copa de champagne ─¿Y Nathalie?─ pregunto rápidamente

─No la emociones por favor─ pidió la japonésa

─Tomoe─ intervino Gabriel ─No me gusta en lo absoluto la forma en la que te refieres a ella, asique por favor ten algo de respeto

─Tu no me vas a decir cómo debo tratar a la servidumbre.

─Nathalie no es servidumbre.

─¿Que es entonces?.

─¡Mí novia!─ exclamó envuelto en cólera, Bruce escupió el champagne que tenía en su boca y la nipona empezó a reír

─Que buen chiste, ¿tu y la asistente, de que dorama mal escrito sacaste eso?.

─¿Acaso escuché bien?─ se oyó decir a alguien, en minutos la gloriosa Audrey Bourgeois hizo aparición

─¿Tu qué haces aquí?, se supone que estabas en Nueva York─ musitó Gabriel

─¿Y perderme esta fiesta?, ¡jamás!, ahora explicate.

─No debo explicar nada.

─¡Explicate!, no puedes arruinar tu reputación, alguien como tu no puede estar con los plebeyos, Nazarena no es buena para ti─ dijo con malestar

─¿Tu me vas a decir a mí con quién debería estar cuando te casaste con André para que crié a tu hija, embarazo que tuviste estando soltera?─ alza una ceja

─No te lo voy a permitir─ lo señala ─Eres un mentiroso, esa bruja contamina tu mente, tu no eras así, despierta Gabriel

─Aunque no me guste Audrey tiene razon─ acotó Tomoe ─Tu lugar es aquí, con la alta sociedad, no puedes salir con una común, asique mejor cálmate, pídele disculpas a Audrey, y toma asiento

─Lo siento Audrey─ se sienta, Bruce no puede creerlo, venía muy bien, hasta incluso el se sorprendió de que defendió tan bien a Nathalie

─Espero no vuelvas a decir tales mentiras, y que cuando llegues a tu casa la despidas, prometiste hacerlo después del mal entendido del desfile y aún la tienes contigo, exijo su cabeza─ golpetea su pie sobre el piso

─Vamos chicas calmense─ intervino el pelinegro ─Conozco a Nathalie y es una buena persona, que a ustedes no les siente bien es otra cosa, vinimos aquí a disfrutar asique beban y bailen─ el hombre se levanta, toma a Audrey por sus hombros y se la lleva lejos

Las horas pasaron y la dichosa fiesta terminó, Gabriel fue llevado hasta su casa por Tomoe, al entrar al predio de la mansión, el auto estacionó sobre las escalinatas y Gabriel aguardo para bajar.

─Mi hijo a partir de este momento dejara de ser el novio de Kagami, y ten cuidado con lo que vas a hacer, si dices algo de más, vas a conocer al verdadero Gabriel.

─No entiendo por qué reaccionas así. . .

─Yo soy el único que tiene el control, no soy tu títere, no me vas a tener amenazado.

─No te equivoques conmigo─ baja sus lentes y lo 'mira' ─Estare ciega pero veo más allá que el resto

─No me interesa─ toma la catana con la que ella se moviliza ─Te advierto que conmigo nadie se mete─ abre la puerta y se baja

─Dame eso Gabriel, sabes que es una reliquia.

─Ahora será mía, como recordatorio que conmigo no se juega─ de un portazo cierra la puerta

El auto arranca y sale del área, Gabriel rompe la catana y la tira, luego se afloja la corbata y entra a su casa, camina hasta la cocina y se prepara un café, estaba harto de todo lo que vivió hoy.

Pocos minutos tardó en preparar su café, corrió una banqueta de la mesada y se sentó allí a degustarlo, segundos luego un perfume invadió sus fozas nasales, era delicioso, cuando quiso darse cuenta, la figura femenina de su asistente atravesó la puerta.

─¿Señor ya volvió?─ dijo asombrada

─Si Nathalie, recién─ ella camina, toma un vaso y se sirve algo de jugo

─¿Adrien regreso?.

─Si─ bebé el contenido de su vaso

Gabriel se percata que la contraria no tenía su pijama habitual, en vez de tener uno de dos piezas, era un vestido de seda fría con tirantes, que deja sus hombros al descubierto, con un especie de sobre todo de tul negro por encina, algo transparente, que si se miraba mal hasta podría decirse que era erótico, pero eso solo eran sus pensamientos, ella jamás se pasearía con algo así en la mansión, y con Adrien desvelado.

─¿Llego bien?─ ella desvía la mirada ─Nathalie

─Le diré la verdad porque no quiero que se entere por terceros, vino algo ebrio, pero controle la situación y ya está descansando─ explico serena

─No diré nada, también cometí mis errores a su edad, aunque debería reprenderlo. . .

─En vez de reprenderlo, hablé con el, sinceramente, necesita alguien que le enseñe lo que es la vida, su corazón y mente están en conflicto, y que mejor que su padre para guiarlo.

─Lo haré, veré como, no se me dan bien estas cosas.

─A mí tampoco, pero Adrien es un gran chico, solo el mismo lo hará hablar.

─¿Tu ya lo sufriste?.

─Si, no soy perfecta, y a su edad, aunque no lo parezca era muy rebelde, asique tuve que citar algunos ejemplos para explicarle que lo que hizo no estuvo bien.

─¿Eras rebelde?.

─Muy─ deja el vaso en el fregadero ─Pero eso es historia─ se encamina a la puerta ─¿Mañana me necesita para algo?─ pregunto desde el marco de la puerta

─Creo que no.

─Bien, saldré, Timmy y Clara me pidieron que los lleve al Luvre, asique no podré asistirlo.

─No te preocupes, ve y disfruta.

─Gracias. . .buenas noches─ se va

─Buenas noches─ suspira

Después de eso, se tomó el café entero, apagó la luz y se fue a recostar, suficiente tuvo para una noche.


Miraculous: Aventura en New YorkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora