Miraculous: Aventura en New York

Trigésimo Primer Capítulo

La noche cayó en toda la hermosa ciudad del amor, está era una noche calma, ideal para el evento que se venía, el comedor de la mansión Agreste se vistió de gala, se preparó con manteles y decoraciones.

Adrien, Clara y Timmy, ayudaban a Nathalie a terminar de alistar los últimos detalles, los platos estaban puestos, los vasos también, al igual que la vajilla, solo faltaba que llegaran las invitadas de honor y podían comenzar.

Siendo la hora pautada, el timbre sonó, Nathalie fue hasta su escritorio, y desde allí abrió el portón, Gabriel al sentir la campana, salió de su atelier y fue a abrir la puerta principal.

─Hola hermano, espero no te moleste que haya traído un amigo─ musitó la rubia, Gabriel giro su cabeza y se quedó estupefacto, de entre todas las personas que su hermana podía traer a su casa, tenía que ser justo el

─Hola señor Agreste, que adorable coincidencia─ musitó el billonario sonriendo con amplitud

Gabriel estuvo a punto de contestar, pero de fondo el auto de la familia entro, trayendo a su otra invitada de honor, asique ignoro al hombre, les hizo una seña para que se aparten y fue a recibir a la joven.

─Marinette que gusto que nos acompañes─ dijo con alegría ayudándola a bajar

─La alegría es mía señor Agreste, no todos los días surge una cena con mí diseñador favorito.

─Por favor no seas modesta, dime Gabriel─ se adentra con la joven ─Te presento, ella es mí hermana, Carol Agreste, y su amigo, Bruce Wayne─ la muchacha saluda con su mano ─Vayamos al comedor por favor─ todos los siguen

Al entrar en la sala, se encuentran con Adrien y los niños, charlando animadamente sobre algo que no se alcanzó a oir, ya que apenas Clara vio a su persona favorita después de Nathalie, grito fuertemente llena de emoción.

─¡¡¡¡Tío Bruce!!!!─ corre hasta el y este la alza en brazos

─Hola florecita, que bueno verte─ besa su mejilla y la baja

─No sabía que estabas aquí tío, ven, tienes que sentarte aquí cerca de la tía Nathalie─ lo lleva hasta la mesa

─Que niña más adorable─ comento Carol

De fondo Adrien se acerca a la azabache y la saluda, los dos estaban algo nerviosos y no podían articular palabra, después de unos gestos y cosas sin sentido, ambos fueron hasta la mesa.

─Claro que no, en este momento es imposible─ se oyó decir a la voz de la ejecutiva en el pasillo ─Le reitero que no es buen momento, mañana lo arreglaremos─ acotó entrando en el comedor y guardando su celular en el bolsillo, al ver qué todos ya estaban ahí y percatarse de la presencia de Bruce, se quedó clavada al piso sin reaccionar ─¿Que haces tu aquí?─ dijo por el asombro, sin darse cuenta que estaba siendo algo verborragica

─Hola─ saludo ─Vine por negocios. . .y cuando visité a mí buena amiga Carol esta tarde en el Luvre me invitó a cenar, no sabía que sería aquí

─Que oportuna Carol─ bufo Gabriel

─¿Y yo que iba a saber que todos ustedes se conocían?─ se sienta

Nathalie se acerca a la mesa, su sobrina le corta el paso, la toma de la mano y la sienta al lado del magnate, Gabriel se asombra y se molesta un poco, el le había pedido que se siente junto a el.

─Espero no ser una molestía, sino me retiro─ musitó modesto

─Ya te dije que no Bruce─ replicó la rubia

─¿Ustedes de donde se conocen?─ pregunto Gabriel sin quitarle la vista a su asistente, la cual estaba cabizbaja

─El señor Wayne dono muchísimos objetos históricos al Luvre, y además nos vimos en algún que otro evento─ ríe