Capitulo Dieciseis

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-"Necesitamos hablar"- hace una pausa -"Y es serio."- Fede la sienta junto a ella.
Flor lo mira.
-"Es sobre la carta que recibí esta mañana"- dice Federico mirándola.
-"Acepte"- respondió Flor.
-"Qué?"- preguntó Fede muy confundido.
-"Apenas llegaron y vi que entraron al escritorio con Matías, quise venir a saludar y los escuché hablar, así que no pude evitar quedarme detrás de la puerta"- respondió bajando la mirada.
-"Osea que ya sabes todo?"- vuelve a preguntar él.
-"Si"- respondió levantando la vista con los ojos llorosos.
-"Perdóname mi amor"- dijo Federico secándole la lágrima.
-"Es lo que tiene que hacer"- le toma la mano -"Yo no quiero que por mi culpa lo alejen de sus hermanos."
-"Pero cómo voy a hacer para estar lejos tuyo?"- pregunta largando una lagrima también.
-"No sé cómo vamos a hacer pero tenemos que hacerlo por sus hermanos, así que acepte. Cumpla con ese compromiso"- lo besa y se va del escritorio.
Apenas llegó a su cuarto no pudo evitar comenzar a llorar desconsoladamente. Creía que ya había encontrado a su príncipe para toda la vida pero sabía que no todo podía salir perfecto. Sentía que tenía que hacer un sacrificio por los chicos y por su amor.

Ya era la mañana siguiente. Ambos se encontraron en la cocina y sus caras no podían disimular la tristeza que sentían al no poder estar juntos nunca más.
Federico partió para encontrarse con Delfina y su abogado junto a Matías. Tenía una mínima esperanza de que su familia se arrepintiera y lo dejara ser feliz con Flor.
Pasó la mañana y ya era la tarde. Los chicos estaban volviendo con Flor del colegio.
-"Que bueno Tomi"- dice Flor mientras abre la puerta de la mansión y pasan junto a los hermanos.
-"Yo también estoy con Tomás en el proyecto"- dijo Roberta algo enojada porque no le daban atención así que ese comentario hizo reír a todos que se encontraban en la sala, más exactamente al comienzo de las escaleras.
Cuando de repente se escucha que abren la puerta.
-"Y esto?"- pregunta Nicolás sorprendido al igual que el resto.
-"Hola chicos"- dijo Delfina que entraba junto a Federico.
-"Perdón pero que son todas esas cosas?"- preguntó Martín igual de confundido que sus hermanos.
-"Estás son las cosas de Delfina ya que, además de que se viene a vivir con nosotros, va a ser mi esposa dentro de un mes"- respondió Federico haciendo que todos miren a Flor y ella baje la cabeza.
-"Permítame señorita"- dijo Flor agarrando los bolsos.
-"Flor no tenes porque hacerlo..."- acotó Federico en voz baja viendo cómo Flor quería agarrar los bolsos.
-"Si Don freezer, tengo y debo ayudar a la futura patrona"- respondió triste.
-"Que amorosa corazón"- dijo Delfina dándole sus cosas. -"No nos van a felicitar?"- preguntó ella haciéndose la simpática.
-"No!"- respondieron todos mientras subían las escaleras indignados.
-"Chicos"- dijo Federico viéndolos irse e intentando seguirlos.
-"Federico por favor. Son chicos que necesitan disciplina"- acotó Delfina deteniéndolo.
-"No, solamente necesitan amor y estar felices"- respondió Flor yéndose con las cosas de Delfina para guardarlas.
-"Que desubicada, no le vas a decir nada Federico?"- dijo mirándolo a él.
-"No, ella tiene razón"- respondió yéndose.

Los días pasaban y las cosas seguían muy tensas. A Federico no le gustaba dormir en el mismo cuarto con Delfina porque no se sentía cómodo pero sabía que si no lo hacía ella le contaría al abogado y eso lo pondría en problemas.
Mientras que con Flor, ellos se cruzaban mucho por la casa y a veces solos pero no pasaba nada, solamente se miraban con amor y mucha tristeza y luego cada uno seguía con sus cosas. Ambos sabían que esas miradas era su momento para poder estar los dos solos en un mundo paralelo y ahí poder mostrar cómo se sentían y lo mucho que se necesitaban.
Los chicos no entendían cómo Fede podía haber dejado a Flor. Ellos le dijeron que ya no se querían más y que él extrañaba mucho a Delfina, cosa que es mentira y los chicos no creían. Sabían que Delfina era una molestia para todos por eso la trataban con indiferencia o, a veces, no le dirigían la palabra.

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