Destinados

Capitulo Cuarenta

-"Prepárate primito porque te voy a hacer la vida imposible y no voy a parar para quedarme con todo"- la miró a Flor y luego nuevamente a Fede -"Todo"- remarcó yéndose.
Ambos se quedaron impactados al escuchar semejante amenaza.
-"Es un estupido"- dijo Fede largando aún más todo el enojo que tenía acumulado.
-"Qué vamos a hacer ahora?"- pregunta Flor que estaba muy asustada al haber presenciado ese momento.
-"Se va de mi casa, YA"- abre la puerta del escritorio dirigiéndose hacia el living -"Te vas!"- le dijo al verlo muy como en el sillón.
-"Perdón?"- pregunta Juan haciéndose el desentendido.
-"Que te vas! Agarras todas tus porquerías y te largas de mi casa"- repitió enojado.
-"Yo creo que no."
-"Qué?"- esa reacción lo había dejado muy confundido.
-"Digo, si yo me voy vos no volves a pisar la empresa en tu vida"- respondió acercándose a él.
-"No podes hacer eso Juan"- dijo Federico sin entender.
-"Queres ver cómo si puedo?"- respondió desafiante -"Yo estoy al mando de la empresa así que puede echar a la persona que YO quiera o mismo prohibirle la entrada."
-"Y qué van a decir en Alemania? Eso no va a ser muy caritativo de tu parte"- remató Fede que sabía perfectamente que no lo podría echar -"Si mi tío se llega a enterar que hiciste eso, te volves a Alemania directo."
-"No te creas..."- acotó temeroso.
-"Esta bien, te podes quedar"- al escuchar eso tanto Juan como Flor se sorprendieron -"Pero te prohíbo acercarte a Florencia, me escuchaste?"
-"Como digas primito"- los mira y se va a la cocina.

En la casa estaba todo muy tenso. En la cena nadie habló, solamente se cruzaron miradas.
Llegó el momento de que cada uno se vaya a dormir. Federico le había armado a Juan una habitación en el sótano para poder usar el escritorio sin problema.
Terminaron de cenar y cada uno se fue a su habitación.
Flor y Fede estaban en su cuarto. Hablaban de todo lo tenso que había sido ese día, pensar que lo habían arrancado de la mejor manera yendo a hacerse la primera ecografía de su hijo y la terminaron dándose cuenta que había un loco en la casa.
-"Don freezer"- dice haciendo que Fede se de vuelta y la mire.
-"Qué mi amor?"- pregunta.
-"Usted cree que Juan es capaz de hacer todo lo que dijo?"
-"No tengas miedo Flor. Yo creo que no va a hacer nada"- respondió intentando de darle tranquilidad.
-"Pero yo estoy preocupada porque encima está viviendo con nosotros. Cómo le va a pedir que se quede?!"- dijo aún asombrada.
-"Mi amor, lo tenemos que tener cerca por cualquier cosa. No te preocupes que yo voy a seguir intentando comunicarme con mi familia en Alemania para que me de una explicación."
-"Eso fue muy raro, como su tío no va a querer hablar con usted?"
-"Lo sé. Es muy raro. Además de un día para el otro dejo de ser el dueño de la empresa?"- decían mientras pensaban.
Flor lo ve preocupado y se da cuenta que aunque se haga el fuerte, seguía mal.
-"Igual mis haditas y yo lo vamos a ayudar dándole muchas fuerzas"- eso hizo que Fede se riera.
-"Gracias princesa. Te amo"- dijo acercándose a ella y haciendo que sus narices choquen.
-"Yo también lo amo"- lo besa.

Mientras tanto.
En el sótano se encontraba Juan. Tenia armada una cama con una mesita para apoyar sus cosas.
Sabía perfectamente que no era muy conveniente quedarse en la casa pero a la vez quería quedarse porque sabía que estaría cerca de Flor. Su obsesión con ella llegó al punto de tener escondidas fotos de ella junto a cartas que pensaba darle en un futuro. También tenía pensado ser el padre de su hijo y casarse con ella. Estaba loco.
Nunca le había pasado de estar pensando todo el tiempo en una persona. Él se lo confundía con amor pero en realidad era una obsesión.
-"Flor, mi amor. Pronto estaremos juntos y yo me haré cargo de tu bebé, seré un mejor padre que el estupido de mi primo. Te prometo que te daré todo lo que él no puede."- decía mientras acariciaba su foto. La besa y la vuelve a guardar en su lugar secreto. Abre su cama y se mete para poder irse a dormir.
-"Mañana será un nuevo día. Prepárate primito porque empezó la guerra."