Capitulo Cincuenta Y Tres

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Al entrar al apartamento se encontró con una carta sobre la mesa.
-"Y esto?"- dijo al verla.
Al abrirla se encuentra que era una carta de Juan.

"Flor.
Me gustaría que tengamos una noche para nosotros solos.
Por eso te invito a cenar junto al lago.
Hoy a la noche. A las 9. Te pasará a buscar un auto a esa hora.
Te prometo que será increíble.
Te amo.
Juan."

Flor suspiró. No estaba muy animada ni entusiasmada en ir. Seguía enojada con él por lo que había pasado pero quizás sería una buena oportunidad para aclarar todo.
Fue a su cuarto y buscó un vestido. Miró el reloj. Eran las tres de la tarde.
-"Tengo tiempo"- dijo acostándose.
Luego de haber dormido por cinco horas, Flor se levanta sobre saltada.
-"Qué hora es?"- al mirar el reloj, ve que marcaba las 8.30 -"No!"- dijo parándose rápido y comenzándose a arreglar.
Agarra el teléfono y lo llama a Ramón. Le pidió si se podía hacer cargo de Erick porque ella saldría.
-"Príncipe"- dice entrando al cuarto de su hijo -"Está noche voy a salir con Juan, seguramente volvamos un poco tarde. Así que ahora va a venir Ramón para cuidarte, si?"
-"Si mami."
Tocan el timbre. Era Ramón.
-"Muchas gracias por cuidarlo"- dijo haciéndolo pasar.
-"Es un placer"- entra -"Hola amiguito."
-"Hola Ramón"- él lo alza -"Chau mami."
-"Chau hijo"- le da un beso -"Pórtate bien."

Flor baja y sale al ver el auto.
-"Buenas noches"- saluda al subirse.
-"Buenas noches señorita"- le responde el hombre -"Está lista?"
-"Si claro, arranque no más."
Estaba nerviosa. Sus ganas de ir seguían sin aparecer. No quería. Prefería estar en su casa con su hijo. O con...
-"No, eso es ridículo"- murmuró mirando a la ventana.
Luego de varios minutos viajando, por fin llegaron.
-"Muchas gracias"- agradeció al hombre por haberle abierto la puerta.
-"Es un placer"- se acercó a ella -"El señor Juan la espera adentro."
-"Gracias"- dijo nuevamente dirigiéndose hacia la entrada.
En eso sale él.
-"Hola mi amor"- dijo viéndola -"Estás muy linda."
-"Gracias"- respondió sonriendo pero en ese momento su sonrisa se fue tornando en una mueca de confusión -"Y toda esta gente?"
-"Son gente de mi trabajo."
Flor no entendía nada. Pensaba que iba a ser una velada romántica. Ellos dos solos como él le había dicho.
-"Pensé que sería algo más íntimo"- dijo mirándolo.
-"Lo sé pero hubo un cambio de planes"- la tomó de la mano y se dirigió hacia adentro del lugar.

Al entrar, Flor sintió que todas las miradas se dirigían a ella. Se sentía fuera de lugar. No estaba cómoda. Todas las mujeres llevaban vestidos muy elegantes con joyas importadas y unos peinados hermosos, mientras que ella tenía puesto un vestido color azul, muy delicado con el pelo ondulado.
-"Espera"- dijo poniéndose en frente de él.
-"Qué?"- preguntó mirando para todos lados.
-"Esto no es lo que me habías dicho en la carta"- volvió a decirle -"Pensé que íbamos a cenar junto al lago, nosotros dos solos para poder arreglar las cosas."
-"Florcita"- le agarra la cara -"Los planes cambiaron. Hoy vas a ser mi acompañante en esta cena tan importante de trabajo."
Ella le sacó las manos y lo miró enojada.
-"Nuestra empresa está en competencia junto a otra empresa también muy importante y en esta cena se va a saber quién ganó para hacer un negocio muy importante con otra empresa internacional"- le explicó mientras le sonreía a unas mujeres que estaban ahí.
Flor se volteó para ver que era lo que estaba viendo y observó a las mujer coquetearle.
-"Perdón?"
-"No empieces"- le dijo dejándola sola en el medio del salón.

En eso una voz la llama a los lejos. Ella comienza a mirar para todos lados buscando a la persona que la llamaba.
-"Flor"- al encontrar de dónde venía se dirige hacia ella.
-"Carla"- dijo acercándose a la mujer que la estaba llamando -"Qué haces acá?"
-"Como qué haces acá? Flor"- dijo riéndose -"Hoy es la competencia con la otra empresa, te olvidaste?"
La empresa que estaba luchando contra la de Juan por el negocio era en la que ella trabajaba. Esa misma mañana, Federico le había recordado que tenían la reunión. Se olvidó por completo.
-"No, digo si"- Carla se empezó a reír -"Si, me olvidé."
-"Bueno, veni que acá están todos."
Carla la llevó hasta donde estaban los demás de la empresa. Al verla, todos se alegraron. Por suerte eran todos muy buenos compañeros y se llevaban muy bien.
Pero había algo que a Flor no le cerraba, Federico no estaba entre toda la gente. Era raro porque él no solía faltar a estas cosas. Sabía que eran importantes.
-"Y Federico?"- preguntó algo sonrojada.
-"Justo"- dijo Carla señalando la puerta -"Ahí viene."
Al verlo, a Flor se le aflojó todo el cuerpo. Estaba hecho un principe. Era hermoso. Tenía un esmoquin que le pintaba muy bien y su melena rubia que brillaba debido a la luz cálida que colgaba del techo.
-"Buenas noches"- saludó acercándose a la ronda. Hizo un vistazo general hasta que la vió a Flor. Estaba radiante con su vestido azul y sus rizos que colgaban sobre sus hombros.
Ella le sonrió y no pudo evitarle devolvérsela. Se acercó.
-"Estás hermosa"- le dijo al oído con todo los nervios del mundo.
-"Vos también"- le respondió acercándose a su oído.
Luego se miraron y sonrieron.
-"Flor!"- gritaron haciendo que todos lo miraran -"Dónde te habías meti... Federico."
-"Juan"- respondió al verlo acercarse hacia ellos. Le brindó una mirada desafiante mientras levantaba sus cejas.

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