Pasó la noche en el galpón. A primera hora fue hasta una dirección que le había dejado Matías. Le dijo que ahí había una mujer que le iba a dar un departamento para poder vivir. Que no se preocupe por los gastos, que él la ayudaba.
Luego de una larga conversación con la mujer, finalmente entró a su nuevo hogar. Era chiquito, algo para que puedan vivir ella y su bebé.En la mansión las cosas estaban cada vez peor. Federico no quería salir del cuarto.
Luego de leer la carta decidió que se quedaría ahí, en el ex cuarto de Flor, para poder recordarla y sentirla cerca.
Tocan la puerta.
-"No quiero ver a nadie"- gritó con dolor.
-"Alemán..."
Al oír eso, Federico saltó de la cama y se dirigió lo más rápido hacia la puerta.
-"Matute"- dijo al abrirla y verlo ahí. Lo abrazó muy fuerte.
-"Necesitamos hablar"- dijo entrando al cuarto y cerrando la puerta.
-"Sabes algo de Flor? Dónde está? Cómo está?"- empezó a hacerle muchas preguntas pero Matías ya tenía una respuesta.
-"Hermano, solamente te voy a pedir que no la busques"- vió si cara de triste y decidió aclarar -"O por lo menos por ahora."
Federico, devastado, se sentó en la cama.
-"Ella está como puede. Me dijo que necesitaba acomodarse y que luego, cuando se sienta preparada, va a hablarte."
-"Matías"- lo mira -"Yo la necesito."
-"Lo sé."
-"Te juro que yo no hice nada. Fue Romina que se tiró encima mío. Intenté soltarme pero me resultó imposible debido a cómo ella me tenía agarrado."- comenzó a explicarle pero Matías lo interrumpió.
-"Lo sé Alemán"- lo abrazó al verlo tan mal.
-"Yo la quiero ver"- dijo secándose las lagrimas.
-"Pero lamentablemente ella no quiere"- puso su mano en el hombro de él -"Tenes que respetarla."Pasó el tiempo. Precisamente tres años.
Desde aquella noche todo fue distinto.
Luego de casi cinco meses de lo ocurrido, Florencia llamó a Federico. Solamente le dijo que estaba en los últimos meses del embarazo y que si quería podía venir visitarlo el día del nacimiento. Lo cual no sucedió. Federico nunca se enteró de que su hijo había nacido. Era un varón. Cuando intentó llamarla, el número ya no existía. Había perdido cualquier contacto con ella.
Eso aumentó un enorme enojo en Federico, se suponía que era una venganza? No podía creerla de hacer algo tan cruel como privarlo de conocer a su propio hijo.Centrándonos en la vida de Federico. Luego de aquella noche, se prometió asimismo nunca más enamorarse de una mujer. Si había estado, no pasaba de una noche, con mujeres pero no era nada serio.
Todos sus hermanos ya eran más grandes, excepto por Tomás que aún era menor. Junto a Roberta seguían viviendo en la mansión así que eran ellos tres y Greta.
Federico pasaba sus días esperando aunque sea un llamado de Florencia para hablarle sobre su hijo pero sabía que eso no iba a ocurrir. También cada tanto por la cabeza se la pasaban muchas preguntas pero siempre eran las mismas.... Cómo estará ella? Habrá conocido a otro hombre? Se olvidó de mi? Estará bien en donde está? Donde es que está?Efectivamente, Florencia podía responderle todas esas preguntas. Ella no estaba muy lejos. Al contrario, estaba más cerca de lo que él pensaba. Su departamento quedaba a dos cuadras de la mansión. Siempre llevaba a su hijo hasta la esquina de la gran casa y, escondidos, le mostraba cómo su padre se iba a trabajar. El niño lo conocía a Federico pero él no.
Se llamaba Erick, igual que el padre de Federico. Era rubio, con unos ojos verdes con un poco de color miel, era la combinación perfecta de los ojos de sus padres. Tenía una sonrisa que iluminaba medio mundo. Era alegre y extrovertido pero sabía cuando debía mantenerse al margen, eso es algo que Flor intentó inculcarle de Federico.
Ella si rehizo su vida. Unos meses después de lo sucedido, se volvió a encontrar con Juan. Ella estaba a punto de parir, así que él fue como un sostén para ella. Al principio todo era amistad pero una noche las cosas se confundieron y terminaron juntos haciendo el amor. Después de ahí, Juan nunca se fue de la casa. Se convirtió en un padre para Erick.
A pesar de todo lo que había pasado entre él, Federico y ella, decidió empezar de cero dejando todo atrás.-"Buenos días"- dice Juan entrando a la cocina con Erick en brazos.
-"Hola"- saluda Flor con ternura al verlos -"Cómo están?"
-"Muy bien"- responde el más pequeño.
-"Hola amor"- le saluda él.
-"Hola"- lo besa con ternura haciendo que el nene los mire asqueados.
-"Por qué pones esa cara?"- pregunta Juan al verlo.
-"Un beso"- dice volviendo a poner esa cara -"Que asco."
Ambos se rieron.
-"Bueno, vamos a desayunar que se tienen que ir"- Flor les sirve el desayuno.
-"Hoy tenes la entrevista?"- le pregunta mientras ella le sirve café.
-"Si, a las 10"- respondió emocionada. Desde que se había ido de la mansión, solamente consiguió un trabajo como mesera en un bar pero el dinero no era suficiente. Cuando Juan fue a vivir con ellos, el dinero era más pero aún seguía faltando, así que buscó otro empleo.
-"En dónde queda? A la salida te puede ir a buscar"- dijo tomándola de la cintura.
-"Queda en capital. No te preocupes"- le acaricio el cabello -"Me vuelvo en taxi. Vos tenes que trabajar, no vaya a ser que por mi culpa te echen."
Miraron el reloj. Juan agarró a Erick para salir porque estaban llegando tarde.
-"Chau mi amor"- dijo besándola.
-"Chau hermosos"- los saluda a ambos -"Suerte!"
-"Vos también."
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Destinados
RomanceFederico Fritzenwalden, el mayor de los hermanos, es el más codiciado por las mujeres luego de separarse de su novia, Delfina Santillán. Un día aparece una mujer para cambiarles la vida por completo a toda la familia, incluyendo la de Federico. *Ac...