Capitulo Cincuenta

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Flor volvió luego de unos minutos.
-"Toma"- dijo acercándose luego de haber cerrado la puerta. Le estaba dando un café.
-"Muchas gracias"- agradeció sorprendido al verla.
-"De nada"- respondió con una sonrisa.
En ese momento sus miradas se cruzaron. Se quedaron en silencio. Luego Fede apartó la mirada.
-"Te puedo hacer una pregunta"- dijo Flor.
-"Si?"
-"Me podrías alcanzar hasta mi casa?"- lo miró -"Porque hoy tengo que llegar rápido."
Fede no dijo nada.
Al darse cuenta que quizás había sido muy apresurada su propuesta comenzó a retractarse.
-"No hay problema. Me vuelvo en taxi"- dijo regresando a su escritorio.
Fede seguía sin responder. El corazón de Flor comenzó a latir con más fuerza. Sentía que lo había arruinado. Se había apresurado mucho.
El resto de la jordana la permanecieron con silencios extensos o momentos que duraban segundos.
Luego de mirar el horario, ambos se levantaron mientras agarraban sus cosas.
Fede se acercó primero a la puerta para abrirla.
-"Sería un placer llevarte"- le dijo con una sonrisa cálida mientras abría la puerta y le permitía el paso.
Ella le sonrió y salió de la oficina.
Ambos se dirigieron hacia el estacionamiento.
En el viaje hablaron más. El tema que siempre tocaban era el trabajo, intentaban evitar los temas personales. De fondo escuchaban música.

-"Es acá"- dijo haciendo que frene.
Fede miró todo. Se dió cuenta que todo este tiempo estuvo viviendo a solamente dos cuadras de la mansión. La tuvo más cerca de lo que él se había imaginado.
-"Muchas gracias por traerme"- dijo bajando del auto y mirándolo.
-"Sabes que es un placer"- le respondió con una sonrisa -"Te espero a que entres."
Flor se dirigió hacia la puerta del edificio pero algo dentro de ella la detuvo.
-"Flor?"- la vió frenarse y se preocupó -"Estas bien?"- preguntó bajando del auto.
Ella se dió vuelta para verlo a él.
-"Estás bien?"- le preguntó acercándose.
Ella se dió vuelta para verlo a los ojos.
-"Queres quedarte a comer?"- le salió desde adentro suyo. Creía saber que estaba haciendo lo correcto.
Fede al escuchar la propuesta quedó congelado. Algo dentro suyo comenzó a removerse. Le sonrió.
-"Me encantaría"- ambos sonrieron.
Ella le dirigió hacia la puerta. Al abrirla se encontró con Ramón, el encargado del edificio.
-"Buenos días Ramón."
-"Buenos días Flor"- le saludó viéndola acompañada de alguien -"Y el muchacho?"
Ninguno sabía que responder. Qué era? Su jefe? El padre de su hijo? Un amigo? Su ex pareja? El hombre de su vida?
-"Federico Fritzenwalden"- respondió él extendiendo su mano.
-"Un placer joven"- Ramón lo saludo brindándole una sonrisa.
-"Y...?"- pregunta Florencia sin poder completar.
-"Esta arriba solo"- responde el hombre mirándola.
-"Muchas gracias"- le agradeció con la misma mirada. Ellos sabían de quién hablaba.

Flor y Fede subieron al ascensor hasta el apartamento de ella.
-"Es medio chiquito pero es cálido"- dijo mirándolo mientras abría la puerta.
Fede la observaba. Era tan hermosa. Estaba muy nervioso porque no sabía que se encontraría.
-"Principe"- gritó Flor al entrar -"Pasa"- le dijo a Fede que se había quedado duro en la puerta.
-"Principe?"- murmuró en voz baja mientras pensaba -"Me va a presentar a su pareja. Qué hago?"- sus nervios aumentaron más que nunca. Ver que un hombre la recibiría y la besaría mientras él estaría ahi para como un idiota mirando todo.
-"Mi amor?"- Flor seguía llamándolo. Al ver que no aparecía se preocupó -"Me esperas?"- se fue a buscarlo.

Federico no se movió de donde estaba. Se arregló un poco la corbata como para estar más presentable. Sus nervios salían por los poros de su piel.
-"Tranquilo Federico"- se dijo asimismo.
En eso se escuchan risas. Pero un silencio se apoderó de ellas.
-"Fede"- dice Flor apareciendo.
Al escucharla llamarlo de esa manera todos sus nervios comenzaron a desaparecer. Un calor le recorrió por todo el cuerpo.
-"Él es Erick"- un nene rubio salió detrás de ella.
Al verlo, los ojos de Federico se llenaron de lagrimas. Era su hijo.
La cara del nene se iluminó. Una sonrisa apareció.
-"Papá!"- gritó mientras corría hacia él.
-"Hijo"- dijo Federico agachándose para abrazarlo. Las lagrimas caían sobre sus mejillas. Era el momento que más espero en toda su vida. Luego de tres años, por fin conoció a su hijo.
Fede levantó la vista y la vió. Estaba llorando con una sonrisa en la cara mientras se tocaba el pecho con una gran alegría.
-"Gracias"- le dijo mientras sus lágrimas seguían cayendo y se quedaba aferrado a su hijo.
Erick se separó de su padre y la miró a Flor dándole una sonrisa. Le extendió su mano y la invitó a unirse al abrazo. Enseguida Flor lo miró a Federico. Él le sonrió y también extendió su mano. Ella tomó la mano de los dos y se unió a ellos. Eran una familia. Ellos tres. Juntos eran más fuertes que un ejército reunido.

Se levantaron del suelo, despegándose.
El niño los tomó a ambos de las manos y los dirigió hasta la mesa.
-"Siéntense"- dijo.
-"Pero tenemos que hacer la comida"- acotó Flor mirándolo.
-"Ramón me ayudó a prepararla"- respondió con una sonrisa. Federico admiraba la inteligencia y la agilidad que tenía su hijo. No parecía un niño de tres años. Fede la miró a Flor y ella le asintió con la cabeza para que se sienten.
Erick empezó a servir. La mesa ya estaba lista. Dejó la bandeja a un costado y se sentó en su silla.
-"Fideos"- dijo Federico sonriendo mirando el plato.
-"Es mi comida favorita"- acotó Erick.
Federico miró nuevamente a Flor y ella le sonrió.
-"El mío también"- dijo mirándolo al niño.
-"Bueno, buen provecho"- dijo Flor.
Los tres empezaron a comer. Hablaron de cómo les había ido a cada uno.
Federico escuchaba todo lo que le contaba su hijo. Él le contó todo lo que hizo en su corta vida mientras que su padre lo escuchaba atentamente y asombrado de cuanto, y de la manera que hablaba.
"Eso es algo que heredó de Flor"- pensó mientras la miraba. Erick era igual a Federico físicamente, pero tenía el carisma, la locura y simpatía de Flor. Era una combinación perfecta de ambos.

Ya se hizo tarde.
Estaba anocheciendo.
-"Creo que me tengo que ir"- dijo Federico.
-"Noooo"- protestó Erick que estaba junto a él.
-"Prometo volver a visitarte"- lo tranquilizó.
-"Cuando?"- insistió.
Fede la miró a Flor.
-"Mañana"- contestó ella dándole una sonrisa.
-"Mañana"- repitió sin sacarle la vista de encima.
-"Te abro"- ella se paró para buscar las llaves mientras que Federico y Erick se despedían.
-"Mañana venís, verdad?"- preguntó para asegurarse.
-"Si."
-"Me lo prometes?"
-"Te lo prometo hijo"- respondió sonriendo y dándole un beso en la frente.
Al escuchar esas palabras, a Flor le corrió un frío por el cuerpo. Los veía tan bien. A Federico lo veía como el padre que siempre pensó que sería. Se sentía aliviada de por fin se hayan conocido.
-"Chau papá"- saludó el nene mientras Federico salía. Él se dió vuelta y lo saludó con la mano mientras el niño hacía lo mismo.

Ellos dos bajaron.
Ya era tarde. Ramón se había ido a su lugar de descanso.
-"Muchas gracias Flor"- dijo deteniéndose en la puerta del edificio -"No sabes cuanto tiempo soñé con este momento."
-"Lo sé"- respondió mirándolo -"Yo también."
Se miraban. Un silencio los invadió. De pronto se empezaron a acercar hasta el punto de llegar a sentir la respiración del otro.
-"Se va hacer tarde"- dijo Flor cayendo a la realidad y apartando la mirada.
-"Tenes razón"- acotó separándose.
-"Mañana nos vemos"- dijo ella apoyándose en la puerta.
-"Hasta mañana"- dijo yéndose con una sonrisa de oreja a oreja.

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