09 'Propósitos de año nuevo'

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Mi entrecejo estaba fruncido debido a la concentración. Contenía la respiración por miedo a arruinar el movimiento de mi mano o que el aire hiciera que se moviera la hoja. El sudor bajaba por mi nuca, volví a echar una mirada a lo que debía de retratar.

Era pésima para hacer retratos. Podía dibujar secciones de las personas, como los brazos u ojos, pero tardaba muchísimo.

—¡No te muevas!— chillé al ver como se rascaba la nariz.

Elías puso los ojos en blanco y se siguió rascando la nariz. Suspiré y le aventé el carboncillo que estaba usando. Le di justo en la cabeza, sonreí satisfecha.

—¡Oye!— dijo exaltado. Se sentó y me aventó el carboncillo. Fui más rápida y lo agarré antes de que impactara contra mi cuerpo. Le saqué la lengua victoriosa. —Eres una tramposa— dijo moviéndose el cabello.

Sonreí y alcé los hombros restándole importancia. Comencé a guardar mis cosas con aire tranquilo. Agradecí no seguir con esto del retrato, detestaba la presión que sentía en la mano.

—Igual me debes veinte dólares— dije mientras acomodaba los carboncillos en la caja.

—¡¿Qué?¡ No, no. No terminaste el trabajo— empezó a decir.

Alcé la mano diciéndole que guardara silencio.

—No, pero invertí tiempo. No siempre pagas por el trabajo, también pagas por el tiempo al realizarlo.

Abrió la boca buscando defenderse, pero no encontró algo que decir así que la cerró. Bufó y cruzó los brazos. La sonrisa se ensanchó en mi rostro.

Habíamos pasado gran parte de la mañana intentando crear el retrato perfecto. No me considero una experta haciéndolos, pero soy creyente de que la perfección hace al maestro, así que aquí estábamos.

Tomé el vaso de té helado que había hecho para sobrevivir al calor que hacía. El líquido frío fue como una caricia para mí. Elías se echó hacia atrás recargándose en las palmas de sus manos para tomar el sol plácidamente.

—Quería ver mi precioso perfil en un retrato— dijo decepcionado.

Puse los ojos en blanco y negué. Dejé el vaso junto a mí.

—Te puedes tomarte una foto— respondí poniéndome de pie. Él estiró su brazo para que ayudara a que se pusiera de pie. Tomé su mano dudosa—. Si me llegas a-

No pude terminar porque— tal y como lo pensé— me tiró al piso. Elías empezó a reírse con fuerza, entrecerré los ojos y le di un golpe con el codo en las costillas.

—Debiste de haber visto tu cara— chilló riéndose.

—Muy gracioso, imbécil— dije sentándome en el piso.

No me había dolido ya que Elías había puesto la mitad del cuerpo para aminorar el impacto.

Elías siguió riendo un par de minutos. Me limité a ver su cara y facciones. Siempre lo había dicho y pensado: era el retrato de mi papá, los ojos verdes opacos parecían una réplica exacta y la manera en el que el cabello castaño castaño rozaba con sus orejas.

Sonreí de lado a pesar de ser el motivo de sus carcajadas.

—Es muy divertido para mí— dijo cuando dejó de reírse.

—Me voy a vengar— murmuré poniéndome de pie. Volvió a estirar la mano—. De loca— me di media vuelta.

—No iba hacerlo de nuevo— se defendió.

Negué con la cabeza irónica. Prefería quedarme con la duda. Sacudí mi pantalón y después recogí mis materiales— que se basaban en un bloc tabla y una caja de carboncillos— para entrar a la casa.

Ghost of you ||C.H||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora