Ghost of you ||C.H||

23 'El destino es una mierda'

Había pasado mucho desde mi última decepción amorosa, no era de las que se tiraba en la cama y lloraba todo el día hasta que se sentía mejor, pero esta vez por supuesto— haga énfasis con sarcasmo— era diferente. 

El único común dominador es que seguía un plan de tres pasos que aunque eran pocos lograban distraerme lo suficiente para enfocarme en salir adelante; este se basaba en 1) comprar helado de pistache; 2) llamar a Madison; 3) hacer lo que ella dijera lo cual era muy probable que me llevara a hacer algo que no quería, pero que siempre cumplía el cometido.

¿Reprimía mis sentimientos? Sí.

¿Podía ser cuestión de tiempo para que explotara? Obviamente.

¿Iba hacer otra cosa? Claro que no.

—¿Entonces no han hablado?— preguntó estirando las piernas sobre mi cama.

¿Mencioné que ya hice los primeros dos pasos?

Ambas estábamos acostadas, ella leía una revista sobre los cortes de cabello en tendencia y yo metía cucharadas repletas de helado a mi boca. Metí una cucharada de helado a mi boca mientras negaba.

—Es mejor así— hablé con la boca llena.

—No tienes que fingir conmigo— me hizo saber.

Sonreí y me estiré en la cama intentando parecer despreocupada.

—Y no lo hago— mentí.

—Izzy...

—¿Qué quieres que te diga? Le dije lo que sentía y me dijo que 'iba a pasar'— la interrumpí, hice comillas en lo último.

Suspiró e hizo un gesto como si estuviera meditando algo. Luego simplemente escupió las palabras.

—Voy a decir algo una sola vez y espero que no creas que estoy a favor de lo que hizo— dijo cerrando la revista con tranquilidad. Mala manera de comenzar, no pude evitar estar predispuesta a lo que seguiría—. Creo que él piensa que es así que en verdad va a pasar porque no ha sentido estás cosas de la forma normal y digo, ¿cuánto tiene que se unió a la banda? ¿No perdió la mitad de la experiencia de preparatoria? Digo, no creo que haya tenido la misma experiencia amorosa que nosotras.

En mi cabeza fue como si mientras Madison hablara yo estuviera otra vez en el patio trasero en el lugar donde vivía Calum y me dijera todo otra vez; me dolió el pecho y fue el recordatorio suficiente de que había pasado.

—Pensé que...— guardé silencio esperando darle orden a lo que tenía en mi cabeza, pero era como encontrar una aguja en un pajar—, no importa, solo quiero pasar la página.

—¿Olvidar qué exactamente?— me miró como si quisiera encontrar la forma de decir lo que quería sin lastimarme— ¿Lo que te dijo o a él?

Me tomó por sorpresa lo directa que había sido, era Madison por supuesto, pero no creí que lo diría tan rápido.

¿Estaba lista para soltar a Calum? No, esa no debía de ser la pregunta principal, debería de ser ¿lo que había pasado marcó el final?

—Solo quiero mantenerme alejada de él— respondí.

«Por ahora» habló mi conciencia.

Se puso de pie y asintió.

—¿Aún tienes la identificación falsa que te di?— se dio ligeros golpes en el labio con las yemas de sus dedos. —Se me acaba de ocurrir algo.

—Madison...

—¿La tienes o no?— me interrumpió. Asentí.—Bien, báñate y hazle algo a tu cabello antes de— sacó su celular del bolsillo del pantalón y lo miró— las nueve, voy a pasar por ti y vamos a salir.