Del odio al amor [DAL - DxD]

Capítulo 5

—Me siento algo nervioso.

Shido se encontraba a las afueras del gran edificio que pertenecía a la academia Kuoh donde algunos de los estudiantes lo miraban por unos momentos, tal parecía que sabían que era un nuevo estudiante. Shido debía admitir que los nervios comenzaban a invadirlo debido a que en ese lugar posiblemente se encuentren sus futuros o ya enemigos, aunque él básicamente los había salvado de ser asesinados por Ellen.

—Aquí vamos.

Reuniendo todo su valor. Shido decidió entrar a la academia, esperaba no tener problemas el primer día de clases.

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—Así que ese es el chico que dices, Sona.

En una de las ventanas dentro del edificio escolar se encontraba Rias junto Akeno quienes acompañaban a Sona y Tsubaki, todas ellas miraban como Shido pasaba la entrada de la academia y se dirigía al edificio principal.

—Así es —el tono de voz de Sona era tranquilo, pero en esos momentos se sentía totalmente intranquila ya que un posible enemigo se acercaba demasiado a ellas—. Debemos mantenerlo vigilado, Rias.

—Lo sé —un suspiro salió de los labios de la pelirroja—. ¿En que clase está?

—En la tuya.

—Bien... —Rias asintió con la cabeza, pero poco después abrió los ojos como platos al darse cuenta de las palabras de su amiga—. ¡Espera, ¿Me estás diciendo que lo tendré como compañero de clases?!

—Ara~ ara~ —Akeno sonrió colocando su mano derecha en su mejilla—. Creo que Sona lo hizo por que eres más sociable que ella, Rias.

Ante las palabras de Akeno. Sona apretó la mandíbula molesta con el comentario, pero debía admitir de mala gana que era cierto.

—Además de que a ti no te ve como un enemigo —miró a Rias con tranquilidad—. Averigua todo lo que puedas de él, por favor.

Rias analizó las palabras de Sona por unos momentos y sabía que ella tenía razón. Sona y su nobleza se habían enfrentado a ese chico antes así que era posible que los vieron como enemigos.

—Esta bien —terminó aceptando la petición de Sona—. Veré que puedo hacer.

—Gracias, Rias.

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—Es raro tener a un nuevo estudiante de tercer años, ¿Sabes?

—Lo sé, pero no quería perder mi año escolar.

Shido se encontraba siguiendo a un maestro el cual lo llevaría a su salón de clases ambos habían salido de la sala de maestros, como Shido no sabía donde estaba ubicada preguntó a una chica de cabello castaño con coletas y ojos violetas quien amablemente lo guió hasta el lugar. 

Después de un rato de caminar, ambos se detuvieron frente a un salón de clases donde en el interior se podían escuchar diversas voces.

—¿Te importaría esperar aquí hasta que te llame?

—No me molesta.

El maestro asintió con la cabeza y entró al salón donde justamente todas las voces se silenciaron. Shido pudo escuchar la voz del maestro decirles a todos que un nuevo estudiante había llegado a la academia y poco después escuchó su nombre.

—Entra, Itsuka-kun.

Tomando una profunda respiración. Shido abrió la puerta y pudo divisar diversos rostros de curiosidad, todos los estudiantes miraban atentamente las acciones de Shido.

—Hola, mi nombre es Itsuka Shido —se presentó mirando a todos con una sonrisa, la chicas le devolvieron las sonrisas mientras los chicos se veían algo molestas—. Recién he llegado a la ciudad así que hay cosas que desconozco, pero aún así espero poder llevarnos bien.

Shido hizo una pequeña reverencia ante todos quienes comenzaron a saludarlo animadamente volviendo el salón un poco ruidoso incluso juraba haber escuchado a unas cuantas chicas invitarlo a salir y similares.

—Bien todos —el maestro alzó la voz para llamar la atención de sus estudiantes—. Podrán interrogar a Itsuka-kun después de la clase así que guarden silencio.

Todos se calmaron después de aquello haciendo que el silencio invadiera nuevamente el salón. El maestro miró por todo el aula buscando algo.

—Ahora, Itsuka-kun —llamó a Shido quien se giro un poco para verlo—. Puedes tomar asiento junto a la señorita Gremory, por favor Rias-san, ¿Podrías alzar la mano?

Shido miró como una hermosa chica pelirroja alzaba su mano mostrando una sonrisa.

—Adelante, toma asiento y comencemos con la clase.

—Por supuesto, con su permiso.

Shido comenzó a caminar entre las filas de alumnos y algunos lo seguían con la mirada hasta que llegó al asiento al lado derecho de la chica pelirroja quien le sonreía ampliamente. Shido se sentó con tranquilidad.

—Esperó llevarnos bien, Gremory-san —Shido mostró una sonrisa a la chica.

—Por favor, llámame Rias, después de todo tenemos la misma edad.

—Esta bien, Rias.

Rias asintió con la cabeza dando su aprobación. Shido por otro lado había visto ligeramente su pecho y debía decir que rivalizaba con el de Tohka y se preguntó si ella también comía mucho como Tohka solía hacerlo.

Shido se deprimió un poco al pensar en Tohka, en todas las demás chicas que posiblemente lo buscaban implacablemente. El corazón de Shidos se estremeció al pensar que quizá nunca podría volver a su mundo y no volver a ver a ninguna de ellas, pero logró disimularlo al mirar enfrente al mismo tiempo en que su maestro iniciaba con la clase.

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Rias miraba de reojo a Shido quien se encontraba haciendo algunas anotaciones de la clase, sinceramente ella pensaría que Shido sería un chico normal de tercer año de preparatoria de no haber sido por Sona quien le explicó el poder de ese chico. Ella pudo notar brevemente un rostro triste que Shido hizo por unos momentos justo después de haber tomado asiento.

Rias también debía de admitir que Shido parecía tener un buen cuerpo además de mantenerse discreto con su poder ya que solo podía sentir el poder de un mortal normal, ¿Acaso el podía suprimir demasiado su poder? Si fuera un ángel, un caído o un demonio ya se habría dado cuenta por su aura, sin embargo, Shido parecía tener todos los indicios de ser un simple mortal.

—Aparenta ser normal, pero su poder es raro ya que pudo crear muros de hielo, una espada incluso convirtió a Saji en un peluche. Debes tener cuidado con él.

Aquellas habían sido las palabras de Sona cuando ellas regresaban a sus salones de clase. Rias miró fijamente a Shido por unos segundos para después regresar su vista al frente quizá si habla normalmente con él pueda averiguar más.

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