capitulo 4: la estancia

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En esa cafetería solo se podía ver a un par de adultos que negaban dejar solo a su hijo, prácticamente con un desconocido.

—estará bien se los aseguro, en necesario vigilar al chico todos los días y sería bastante lento que el viniera y se fuera del hotel— dijo tadashi nuevamente a lo que los padres lo miraron aún nerviosos.

—no lo se, es... Incómodo dejar a mi chamaco solo— dijo su madre al ver que Miguel se entretenía con el robot parlante.

—le aseguro que Miguel no sufrirá heridas señores Rivera— dijo Cass apoyando a tadashi. Los adultos siguieron discutiendo a lo que Miguel murmuraba cosas a baymax y a un esqueleto a su lado.

y eso es lo que ha pasado— murmuro mientras deslizaba su mano en la "piel" blanca del robot.

—ni como ayudarte chamaco, ya sabes por qué escupes las flores, la cosa es que el primer doctor al que le contaste te tiro de loco— Héctor miro a su pequeño, que suspiro y se apoyo en el robot.

—nadie me creería si les dijera papá Héctor— soltó sin más mientras sentía aquella mano huesuda en su espalda.

tómalo por lo positivo, al menos puedes vernos o traernos gracias a qué eres una ofrenda viviente— Miguel gruño a Héctor que río tras eso.

—hay papá Héctor!— grito por lo bajo a lo que baymax lo miro.

—llamar a "papá Héctor" mejorará tu estado de ánimo?— Miguel sintió su sangre irse a sus pies, negando con las manos y de un movimiento brusco callo de espalda al suelo

—auch— soltó al aire.

—de la escala al 1 al 10, como calificarias tu dolor?— pregunto el robot en forma de malvavisco, Miguel suspiro.

— 100— soltó aún en el suelo, vio como el chico llamado hiro lo miraba sonriente.

—a que se debe que te calleras— dijo burlándose del chico en el suelo.

—el pinche Michelin quiere llamar a mi papá Héctor— se levantó evitando la miradas de sus padres.

—y que tiene que lo intente llamar?— Miguel suspiro al sentarse nuevamente en la silla de la cafetería.

—que murió hace años— eso hizo que hiro quedará mudo.

—...— hiro no contesto y Miguel solo negó.

—no importa, de todos modos lo voy a ver el día de muertos— dijo mirando al robot y claro al esqueleto que se recargaba en este, con una sonrisa burlona.

—verlo?— pregunto dudoso a lo que el mexicano suspiro.

—solo déjalo así y déjame solo con Michelin— y así abrazo nuevamente al robot.

—... Oye... Su nombre es baymax no "Michelin"— dijo hiro al ver qué el moreno le miro.

—compartir cuarto contigo será sumamente estresante— dijo al soltar a baymax y tomar la funda de su guitarra.

—compartir? Oh no, tu dormirás en el sillón de la sala!— Miguel alzo una ceja y se encogió de hombros.

—por mi mejor— miro a sus padres, parecía que al final llegaron a un acuerdo. Soltó la funda con to' y guitarra, y  se acercó a sus padres.

—miguel te quedarás unos días con ellos en lo que siguen investigando... sabes dónde está el hotel, cualquier cosa mijo nos llamas— dijo su madre al sostener el rostro de su hijo y abrazarlo.

—y nada de salir a cantar solo, recuerda la última vez!— y claro que lo recordaba, estaba en la plaza del mariachi, justo en el atardecer cuando llegó esa sensación, con rapidez corrió del lugar a algunos de los callejones entre casas y vómito las flores. Una vecina lo vio y le dijo a la familia, pero se excuso con que le dio un golpe de calor y le dieron náuseas.

—lo prometo— le dio un beso a Coco y a sus padres en la mejilla, estos miraron a la dueña del café y se despidieron de ella. Miguel tomo su mochila y la guitarra de su antepasado.

—vayan a mostrarle la habitación, les parece? Cierro y ahora los acompaño— dijo la sonriente dueña del café a lo que Miguel le miro espantado.

— déjeme ayudarle para pagar el tiempo que me deje alojarme aquí— dijo Miguel a lo que los hermanos lo mirón alzando la ceja.

—no es necesario Miguel, ahora vayan en serio— dijo la mujer enternecida.

—al menos permítame trabajar en la cafetería o ayudar en el aseo del hogar—dijo Miguel tomando las manos de la señora Cass, está le miro aún más enternecida.

—te dejaré trabajar en la cafetera, de acuerdo?— Miguel asintió y agradeció a la mujer, tadashi lo llamo y los tres chicos subieron. La mujer miro sonriente al moreno negó y se dispuso a limpiar.

—y por qué la insistencia de ayudarle a tía cass— pregunto tadashi al moreno, este se encogió de hombros.

—ustedes estarán acostumbrados que al ser invitados no hagan nada, pero yo tengo que devolver la ayuda que me están brindando— dijo mientras seguían caminado pasando por la sala, dirigiéndose más arriba de la casa.

—ya ayudas con la investigación de tu enfermedad y eso es más que suficiente— sonrió el mayor Miguel volvió a negar antes de llegar a la puerta.

—claro, eso... No es suficiente para pagar el tiempo que gastarán en mi, les insistí a mis padres que no era nada grave y no es contagioso, pero son tercos como mamá imelda— dijo encogiéndose de hombros.

—como sabes que no es contagioso— le pregunto hiro al dejarlo entrar(de mala gana) a la habitación.

—si les dijera estoy seguro que no me creerían— miro al greñudo que gruño por eso.

—vamos, cualquier información ayuda más con tu tratamiento— dijo baymax al entrar al último, miguel negó.

—es tonto y estoy seguro que no ayudara— dijo moviendo sus manos frente a él.

—al menos déjanos tratar— dijo tadashi al ver cómo su hermano se sentaba en su escritorio y murmuraba "es un sucio truco", el mayor camino hasta el otro lado de la habitación, moviendo algunas cosas en un armario.

—...es... Un castigo o una bendición?, Es decir, no me matará pero tampoco me dejara vivir como alguien normal— soltó, tadashi lo miro sin entender.

—que quieres decir?— Miguel le pasó su mochila, mientras se sentaba en la cama del mayor.

—por así decirlo es un castigo que la muerte me dio por pasar a un mundo e intervenir en este sin permiso— miro el techo y lo vio, ese recuerdo donde la catrina con un rostro de dolor tocó el pecho del joven de tan solo trece años, desde ese momento salieron los primeros pétalos, sus ancestros miraban aterrados como el chico tosía cempasúchil.

—en serio? quieres que creamos que "la muerte" te castigo por jugar con los muertos?— dijo hiro, al voltear con todo y silla. Miguel suspiro.

—hiro— tadashi miro a su hermano.

—nunca pedí que me creyeran y tampoco insistiré, es algo mío y su " tecnología" no va a ayudarme— no miro a ninguno solo se limito esculcar en su guitarra.

—por que tan seguro— reto hiro, a lo que tadashi poso su mano en su frente frustrado.

—no pueden ayudar sin lastimarse entre ustedes, como piensan ayudar a alguien con algo que desconocen — soltó sin más.

PERO SOLO ES CEMPASÚCHIL (Higuel/Hiroguel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora