PERO SOLO ES CEMPASÚCHIL (Higuel/Hiroguel)

Capitulo 26 primera vista

Camino por las calles de San Fransokyo en dirección a la cafetería donde trabajaba su nuevo amigo.

Venia a despedirse de Miguel, seria un hasta luego y posiblemente le pida su número para poder llamarlo después, tal vez incluso comentarle a su abuelo la idea de viajar a puebla (por recomendación de miguel).

Estaba en la puerta apunto de abrirla cuando fue sorprendido por un tipo mas alto que el por una cabeza, se quedaron inmobiles por un par de minutos, sin poder apartar la mirada del otro.

-Mi Cruzada- murmuró el joven japonés sin poder apartar su mirada de asombro. Se sentía paralizado bajo esa mirada marrón que lo hundía en su lugar.

-disculpe?- pregunto sacando de su burbuja al asiático.

-buenas tardes!- dijo apartándose para seder el paso.

-Gracias y buenas tardes para usted también amigo- regreso agachando la cabeza en saludo y paso al lado de él con una pequeña sonrisa inocente antes de alejarse, volteo a verlo, un traje bastante raro a su parecer pero quien era el para quejarse si aun tiene un hanfu del emblema de su padre como cuando era niño, vio esos cabellos castaños desaparecer bajo un gran sombrero decorado con bordado dorado. 

No podía despegar la mirada de aquella figura, había algo inquietante pero a la vez fascinante en aquella persona que le atraía, sus ojos casi vacíos por un momento lo rodearon de una extraña calidez, sostuvo el parche confundido, podía ver el mismo brillo como el que tenia su abuelo cuando vivía en los cielos pero este era negro por un segundo pero cuando parpadeo ese brillo se había desvanecido.

Retrocedió un paso cuando un par de brillos rojos volteo a verlo de reojo, la sombra que cubría su rostro por el sombrero hacía ver aterrador a ese chico. Cuando la sombra se opaco por un momento ese destello rojo se esfumo dejando un par de esferas cafés que le miraban confundido, lo vio murmurar antes de negar retomando su camino y desaparecer en la esquina.

Frunció el ceño confundido, tal vez pueda preguntarle a su abuelo sobre algo así, tal vez incluso su anciana amiga sepa de algo así cuando valla de regreso a casa.

Entonces, como explicar que sentía su corazón acelerarse? Trago tratando de relajarse.

Aparto todo pensamiento, acomodo su Shamisen y entro por la puerta de vidrio. Miro a su alrededor y saludo con una reverencia con la cabeza que la dueña le devolvió.

-Kon'nichiwa Señorita Cass- junto sus manos y reverencio en saludo -se encuentra Miguel?- 

-esta arriba pero no creo que tarde en bajar puedo ofrecerte algo mientras esperas?- el chico asintió.

-me gustaría algo para llevar y algo para aquí, me iré en unas horas y creo que seria bueno llevarle algo a mi abuelo- la mujer se sorprendió pero sonrió con tristeza.

-es una pena, Miguel se pondrá muy triste- el asintió e hizo su pedido.

Se sentó en una mesa solitaria, y se dispuso a comer, no tardo mucho en aparecer el moreno riendo mientras le seguía el medio asiático de antes. El sobrino de la dueña lo miro un momento antes de fruncir el ceño y señalarlo antes de pronunciar unas palabras al moreno quien volteo y sonrió corriendo a su mesa.

-Kubo, Kubito de mi corazón, por que tuviste que venir ahorita, por que no pudiste venir antes!- se sentó frente a el dramatizando cada palabra -pudiste tener al amor de tu vida pero se fue!-

Kubo miro interrogante a su amigo que "lloraba" contra sus brazos sobre la mesa.

-¿que? de que estas hablando?- pregunto el de parche a lo que Miguel levanto la cara con un rostro dolido.