Capítulo 32 Susto

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La página se deslizó entre sus dedos cuando dio la vuelta al siguiente capítulo del libro, soltó un suspiro dejando el libro en su regazo, habían pasado tres semanas desde que despertó en la casona. Y Todos habían sido amables con él sobre todo Xóchitl, A la mujer le encantaba abarrotar lo con dulces y comida, como su mamá Elena.

Miguel cerró el libró y lo dejó  sobre la mesa a su lado. Leo había estado… ausente, lo había visitado un par de veces al día pero no se quedó mucho tiempo.

Leo estaba haciendo algo, algo que seguramente era malo por que se lo estaba ocultando y no importa cuanto le preguntara a Leo, nunca le respondió y solo le dijo que tuviera paciencia.

Eso era… Raro en San Juan.

Otra persona que lo visitaba era La Nana de Leo, ella le traía cosas para que se entretuviera, así como también lo ayudaba a caminar por la casona, ver los fantasmas de los padres de Theodora fue… raro, sobre todo cuando lo vieron tener un ataque en el comedor.

¡Intentaron morder su brazo! y su excusa era que era mejor terminarlo antes de que se pudriera la buena carne!

Al menos dijeron que lo dejaran en paz en su próxima caminata y le invitaron a compartir la merienda. Después de una reprimenda de la Nana.

Si es que hubiera otra… Estaba empezando a cansarse cada día.

Caminar por más de una hora estaba resultando ser más difícil, estar parado por más de tres horas ahora era como si le estuvieran pinchando los intestinos, incluso sus pies dolian. Pero Estar sentado y acostado era aburrido! No quiere quedarse sin hacer nada… lo hace sentir inutil.

Miguel suspiro y miro por el ventanal de la gran habitación, Theodora había dicho que esta era la habitación que su madre había usado antes de todo. Así que está usando la habitación de la esposa de la cabeza de la familia.

El cielo estaba Oscuro, las estrellas a la lejanía iluminaban las calles de Puebla de los Ángeles, el frío aire que entraba por la ventana era agradable. Lo que daría por una buena cerveza fría.

Acomodándose mejor en la cama, Miguel suspiro cansado. Mirando hacia atrás, pensando en Hiro… no se había sabido nada de Hiro, no hubo llamadas, ni mensajes… Nada.
Se sintió desconsolado al principio, fue raro no saber nada de los Hamadas, Tadashi llamo un par de veces pero era Xóchitl quien contestaba, asi que nunca pudo saber que estaba pasando, por lo que escuchar y hablar sobre Hiro se volvió… nulo.

Miguel suspiró aguantando las lagrimas. Dolia mas saber que Hiro no llamo ni vino a visitarlos que el simple hecho de que tal vez todo haya sido un juego.

“Maldita sea” Miguel seco la lagrima rebelde que se deslizó por su mejilla. “Deja de ser un bebé, Esta ocupado, es todo”

Miguel se acosto de lado y se acurruco en las calidas sabana. Le duele el estomago.

Suaves golpes se oyeron contra el vidrio del ventanal, Miguel fruncio el ceño y se giro para ver quien era el gracioso. Miguel se levanto por la sorpresa, el traje morado estaba parado en la pequella cornisa de la ventana con los nudillos golpeando sutilmente el vidrio de la ventana.

Miguel se levanto forzandose a caminar a pesar del dolor en sus entrañas, abrio la ventana tan rapido como pudo dejando entrar al heroe, el mismo que debia saber de Hiro, el heroe entro y se paro frente a Miguel, una sonrisa se formo en sus labios queriendo preguntar por el Hamada menor pero nunca pudo hablar.

El heroe lo rodeo en sus brazos y presionó a Miguel contra su hombro, el heroe estaba temblando para ssu sorpresa y Miguel no pudo entender por que.

“Estas bien” Murmuró casi inaudible para Miguel si no fuera por que el casco estaba cerca de su oreja.

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⏰ Última actualización: Aug 27 ⏰

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PERO SOLO ES CEMPASÚCHIL (Higuel/Hiroguel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora