capítulo 29 beso

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-Hiro... besame-

Hiro se quedó callado antes de mirar a la persona frente a él, Miguel permanencia mirándolo serio, una mueca adornaba esas mejillas canelas, con ese punto de belleza levantándose.

-Q-que?- salió en un Murmullo estrangulado de los labios del nipón que miraba con los ojos abiertos del más joven.

-por tercera vez, dije que me sueltes pendejo!- se soltó con fuerza alejándose de Hiro con humo saliendo de sus orejas -Tia Cass iré a ver a mamá Imelda! Vuelvo en unas horas!-

-con cuidado Miguel!- despidió su tía para volver a los postres que preparaba.

-Miguel!- intento llamar Hiro solo para ser ignorado por el Mexicano.

Sí había algo a lo que temer, no sería a la muerte, no, había algo más aterrador que eso.

Y eso era tener dirigida la irá de un Rivera.

Después de sacar a Miguel del hospital, Hiro había construido en conjunto con Tadashi una pulsera que monitorea la presión cardíaca y avisaba de inmediato a ambos, incluido a Baymax.

Miguel se había reído al principio, bromeando sobre que serían alarmado por cualquier tontería ya que le gustaba agitarse mucho, después de la quinta llamada comenzó a molestarse.

-¡No me estoy muriendo!- Gritó Miguel después de la décima llamada porque se había cortado accidentalmente con la licuadora al lavarla.

Hiro descarto eso y modificó para que solo controlará su respiración, Miguel había agradecido el cambio al principio, solo para descubrir que tenía un rastreador cuando fue al cementerio y desapareció por horas, asustando a los Hamada.

Miguel había llegado a su límite cuando por culpa de Marco y una estúpida apuesta en la plaza para dar el mejor toquin, Hiro había llamado al héroe para llevarlo a casa cuando se quedó exhausto después de dar el grito ganador contra De La Cruz, pero a qué costo si no siquiera pudo disfrutar su victoria y solo vio la mirada coqueta de Marco que iba del héroe a él y viceversa.

Había sido toda una escena de telenovela, una pelea entre la pareja protagonista por culpa de la novia o hermana del gran hombre de la novela , Miguel había discutido con Hiro en la habitación a gran escala, Tadashi y La Tía Cass habían esperado en el segundo piso escuchando golpear y romper cosas, los gritos no disminuían de intensidad.

La sorpresa fue ver a Miguel salir con la cara roja murmurando en español miles de palabras malsonantes mientras se paraba frente al mostrador y sacaba materiales para cocinar.

Cuando Tadashi llamó a Miguel para preguntar sí estaba bien, el mexicano le atravesaba con una mirada molesta que le decía que mejor se callaba o habría un fuerte golpe en su cabeza con un cucharón que crujía en su mano.

La Tía Cass le hizo señas para que fuera a buscar a Hiro mientras ella se encargaba de Miguel.

Cuando subió a la habitación vio a Hiro recostado en el respaldo de su silla cubriendo su rostro con su antebrazo murmurando palabras indescifrables, lo vio suspirar frustrado antes de levantar un poco su brazo ahora dejar a la vista uno de sus ojos, suplicando que lo dejara solo en este momento.

El se acercó lentamente y se sentó en la cama del menor con una pequeña sonrisa de disculpa.

¿Estás bien?" Preguntó el Hamada mayor retirando su cachucha.

-Bien? Me preocupo por este idiota por otra posible recaída y el me grita por eso? Si tanto le desagrada por qué no se va a la mierda y consigue otro médico? Oh claro no hay otro médico- Tadashi solo negó cuando vio a Hiro voltear a su monitor, la pestaña que monitorea la respiración de Miguel estaba abierta, elevada pero no pasando los parámetros.

PERO SOLO ES CEMPASÚCHIL (Higuel/Hiroguel)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora