PERO SOLO ES CEMPASÚCHIL (Higuel/Hiroguel)

capitulo 7 un amigo

—serian seven and ninety cents— dijo el chico entregando la cuenta.
En esa cafetería Miguel se encontraba trabajando, justo como prometió, apesar de no saber mucho inglés la señora cass le anotaba como pronunciar la cantidad en un papel.

—Thank you very much boy— sonrio el cliente para luego retirarse. Miguel se acercó a la dueña que estaba en caja mirándola sonriente.

—buen trabajo Miguel, vas aprendiendo rápido— dijo Cass, Miguel río un poco.

—le pongo esmero señora cass—

—no me digas señora cass, ya te veo como un sobrino, así que solo dime tía cass o cass— le menciono a lo que Miguel asintió.

—esta bien— dijo el chico rascando su mejilla inseguro a lo que casa río por el nerviosismo del joven —uh tía cass, a qué hora llegan de la universidad?— cass miro el reloj del café.

—ahora que lo mencionas, debieron haber llegado ya— dijo pensativa.

—y ahora que lo recuerdo, puedo hacer una llamada?— pregunto sacando su celular, Cass asintió y el moreno subió las escaleras rápidamente.
Marcó un número que aparecía en sus contactos, espero a que la llamada se conectará y luego se escuchó el click.

—bueno?— se escuchó de otro lado de la llamada, Miguel sonrió.

—quiubo mi amor, a qué hora haces el pan?— sonrió al escuchar un bufido y unas risas de fondo.

—si solo fue pa tus joterias Rivera, voy a colgar— se quejo el chico.

—no, ya me calmo— dijo riendo mientras se ponía la pluma sobre la oreja.

—entonces pa que llamas?— se quejo.

—tu me dijiste que te llamará pa saber si llegue bien o no— soltó esperando respuesta pero solo escucho un suspiro.

—llegaste bien entonces, o se estrelló tu avión y estoy hablando con tu espíritu— se burlo el amigo, Miguel sonrió malisiosa mente.

—pues me llevaron a un lugar raro donde quede inconciente pero llegue bien, solo tengo una cicatriz en el costado— soltó fingiendo dolor en su hablar.

—... MIGUEL! AHORA MISMO TOMO UN VUELO PARA ALLA— y ahí soltó su risa, burlándose de su amigo y empezando a toser un poco.

—H-hay l-leo...  jajaja...debiste escucharte jajaja... Eso es por ser mamon— río miguel mientras escuchaba un par de insultos por el teléfono.

—ojala pa la próxima y si te roben un riñón por pendejo— se quejo el amigo enojado.

—ya, ya perdón jaja... Pero ya en serio llegamos bien y ya me realizaron un chequeo el día de ayer— se recargo en una de las paredes de la sala.

—y como salio?— sonó algo preocupado, Miguel ya calmado respondió.

—pues nada nuevo, solo que tiene un robot que me monitorea pa saber si mis pulmones se ven llenos o no— miro a baymax que le observaba fijamente.

—un robot? Que, acaso es como Terminator o que— dijo desconfiado el chico.

—na, este es adorable, se parece a michelin pero sin las llantas y ojos que dan miedo, ya luego te mando foto de él— río al escuchar a su amigo maldecir al mencionado.

—y a todo esto donde te estás quedando— miguel miro abajo, por si veía a cass llamarle pero nada.

—me estoy quedando en casa del médico que me atiende, dice que es pa hacerme chequeos constantes— y se escuchó las risas del otro —de que te ríes pendejo—

—quiere checarte pero otras cosas— soltó la broma, Miguel por su lado se rió.

—vete a la mierda San Juan— pudo sentir algo apoyarse en el, volteo y bio a baymax como si "quisiera escuchar" la llamada, Miguel volvió a reír —que pasa B?— le cuestionó.

—mis sensores indican que estás feliz, asi que anotar con quién hablas podría servir para hacerte sentir mejor en próximos momento— Miguel se enternecio, ignoro un momento a su amigo, con la libreta del café que aún tenía, anoto un nombre y un número bajo este, entregandola al robot.

—ten, después de todo el también es mi contacto de emergencias— río al escuchar su nombre desde el aparato, baymax miro el papel y luego a Miguel, que volvió al teléfono.

—MIGUEL! Responde cabron— se escuchó.

—que paso, no puedes esperar a que le de tu número a michelin— y escucho un grito indignado de su amigo.

—bueno ya, pero en serio Miguel, no ha pasado nada más grave con tus flores?— cuestionó, Miguel dudo si decirle o no.

—bueno, ayer parece que me desmaye, pero también mientras dormía, soñé otra vez con el incidente de de la cruz, cuando me tiro al acantilado— murmuró por lo bajo, leo suspiro un momento.

—y luego que pasó grandulon— Miguel tembló un poco.

—cuando desperté tosi, expulsando desesperadamente los pétalos, pero está ves fue seguido, supongo que no vomité en la noche anterior y se mezclo con la otra por qué ya no volví a vomitar después— dijo recordando las cubetas que lleno.

—cuantas esta vez— Miguel murmuró lo siguiente.

—una completa y más de la mitad de la otra— leo tembló un poco.

—ellos te ayudaran— pregunto con esperanza.

—aunque quisiera no creo que puedan— leo maldición por lo bajo.

—nunca creí decir esto pero, si pudiera controlar al cien porciento el poder del charro negro, podría hacer un trato contigo y tal vez quitarte gran carga de eso— dijo pensando en las posibilidades de aquella opción.

—aunque pudieras necesitarías permiso de la catrina— río al imaginar esa posibilidad.

—tal vez—

—ya no te desanimes, no es tan malo, digo, soy un camino de flores andante— sonrió al recordar lo que Héctor le dijo.

—pinche chiste el tuyo miguel—

—bueno te dejo, debo volver al trabajo— leo lo detuvo.

—trabajas? No ahora no te vas, cuéntame en qué y... PORQUE TRABAJAS SI ESTAS ENFERMO! NO, SABES QUE? VOY A DEMANDAR A ESE QUE SE LLAMA TU DOCTOR!— Miguel río negando con la cabeza divertido.

—leo, yo pedí ayudar en la cafetería de la tia de mi doctor, ya sabes para pagar mi estancia y tranquilo no me dejara trabajar a diario solo, dos veces a la semana— ollo el suspiro de contrario.

—bueno, pero más te vale no excederte pinche terco... En fin, te dejo pues, nos vemos canelita— dijo para despedirse.

—nos vemos mi panadero— y colgó, al bajar vio que los Hamada habían llegado y estaban en una mesa con otras personas.

—oh Miguel! Que bueno es verte otra vez— dijo la rubia del grupo.

—hola, hace cuánto que llegaron?— tomo una silla cercana y se sentó poniendo el respaldo frente a él.

—hace unos minutos, hiro subió para buscarte pero dijo que estabas hablando con alguien— dijo Fred mientras hiro afirmaba.

—y con quién hablabas?— pregunto tadashi.

—es un amigo que hice en una visita a puebla, me dijo que le llamara para saber si llegue bien o se estrelló mi avión— río al mencionar eso.

—ok, ahora que lo pienso Miguel... Volviste a vomitar en la mañana?— pregunto tadashi, Miguel negó.

—no eh vomitado desde que me levanté, parece que, como ayer no lo hice, adelantó el proceso del otro y por eso escupí dos veces— tadashi asintió y miro a sus amigos.

—y no te dolió vomitar dos veces seguidas?— pregunto wasabi, entre curioso y asqueado.

—no, solo me dolió la espalda unos momentos pero de ahí en más, no— explico sorprendido al moreno.

—asombroso— murmuró fred.