PERO SOLO ES CEMPASÚCHIL (Higuel/Hiroguel)

capitulo 21 Aviso

Miguel se sentó en el futón mientras secaba su cabello con una toalla, Tadashi ya dormía y hiro estaba en la ducha.

Soltó un suspiro colocando la toalla contra sus hombros.

-pss, Miguel!- volteó a todas partes pero se enfoco en la ventana y vio a... Un charro? Que clase de charro aparece a la media noche, se asoma por un tercer piso y te habla así? Miguel achico los ojos antes de abrirlos con sorpresa y Acercarse a la ventana con rapidez.

-Leo!?- grito lo más bajo que pudo, miro el lado de Tadashi, luego a la puerta y abrió la ventana, el charro le ayudo a salir al techo y se sentaron -que pantuflas haces aquí?-

-Pues que más? Intente hablar con la catrina otra vez pero... Parece que en vez de escucharme la escuché yo y creo que tienes un problema- Miguel se preocupo por esas palabras.

-no, no me digas eso... Ya le di mi palabra a Hiro que no me voy a morir- Gimió el lamento, Leo parpadeo y le dió un coscorron.

-ora!- se cubrió la boca asustado -wey, si se despierta Tadashi o se asoma Hiro tu darás las explicaciones-

-Hablo de que Xibalba y la catrina, que ya le pusieron el ojo a tu amigo ese- Miguel miro la ventana con preocupación -y se por experiencia que cuando alguien del más allá con un poder tan grande pone sus ojos en ti es mala señal-

-dime que puedes ayudarme en eso?- Leo se encogió de hombros.

-te estoy avisando- Miguel arrugó la cara -mira, no intentan matarlos si eso es lo que piensas, pero podría involucrar algo más, se que a ellos les gusta apostar y se que posiblemente me pidan que haga de arbitro para no más trampas de Xibalba- Miguel agarro sus cabellos desesperado, otra vez no! Ya fue suficiente que su señora fuera a asustar a hiro ayer en la noche.

-hay por mi Mamá Imelda.... Por qué me pasan estas cosas a mi?- Murmuró recargandose de las tejas, el castaño de Puebla se reclino contra el tejado

-Eres un iman para los problemas... Ten- del sombrero charro el San Juan saco una bolsa de papel, Miguel arqueó una ceja al tomar la bolsa, abrió el papel y sus ojos brillaron al ver el interior. Solo en ocasiones especiales Leo San Juan se tomaba el tiempo para preparar pan de muerto para él.

-wey~ no sé qué are si te casarás un día, nadie me prepara el pan de muerto como tu- leo rodó los ojos con una risa, Miguel pellizco un pedazo del pan y degustó con gran deleite -Taaan bueno~-

-si un día me caso, estoy seguro que seguiré vendiendo pan- ambos miraron las estrellas casi desvanecidas por la luz de las lámparas, Miguel extrañaba las noches en las que se sentaba en el techo de su casa, ver las brillantes estrellas que lo acompañaban cuando quería componer, esas mismas que muchas veces lo vieron vaciar sus pulmones, cantando o lanzando los pétalos.

-Miguel... Que haras cuando el castigo se retire?- pregunto el charro mirando al moreno.

-si un día me retiran el castigo... compondré y cantare hasta que mi garganta duela y si no... viviré cada día como si fuera el último- Leo apretó los labios, no queriendo lamentar y pedir disculpas, sabía que Miguel le veía el lado positivo a casi todo, pero era una horrible sensación despertar y tener la incertidumbre de si tu amigo sigue con vida.

-Don Andrés y Xóchitl han estado buscando, están investigando en el más allá en libros antiguos, Teodora también ha estado preguntando en otras regiones y-

-Hey...- llamo el Rivera, Leo miro los ojos de su amigo con tristeza -estoy bien y estaré bien-

-temo que....- Miguel lo interrumpió metiendo un pedazo de pan en la boca del otro.