Miguel abrió los ojos mirando a su alrededor, no era su casa, ni mucho menos el hotel, rápidamente se sentó donde sea que estuviera acostado, sujetando su cabeza con los ojos cerrados, era un dolor infernal lo que le recorría la cabeza.
—cha... co... mo... entes— se escuchó la voz de Héctor tan lejos que parecía un murmuró, suspiro jadeante, sabía lo que venía, manejando su mano a tientas sin abrir los ojos llorosos buscando algo, y así fue, una mano se poso en su espalda y sus manos sintieron el cubo en su regazo, dando paso a tan necesitada cesación de alivio. Escupir los pétalos.
—p-pa... P-pa... h-hector— dijo tratando de hablar entre vomito y arcadas, otra mano se depósito en su espalda, era la de Héctor.
—aquí... Migue... tran... ilo— sintió otra vez la mano huesuda pasar y acariciar su cabeza mientras el seguía expulsando los pétalos. Sus respiración era irregular, Miguel por instinto se apoyo de lo que sea que estaba al lado para descansar, suspirando temblando, le dolía la espalda por estar encorvado, aquello en lo que se apoyo se tenso, no quitó su mano de la espalda del moreno y tampoco alejo la cabeza de este que se apoyaba en su pecho.
El pitido en sus oídos se calmo por fin dejándolo escuchar un poco más, pero no evitando que dejara de toser un poco y sacar más pétalos. No era doloroso, solo molesto e incomodo.—Mi...guel?— escucho la pregunta pero solo sintió una tos salir de él. Sintió como la cubeta en su regazo se iba y parecían poner otra. Otra arcada se presentó invitándolo. Miguel volvió al cubo, ya había vomitado dos veces seguidas
—hEy, Me escUchAs?— y ahí volvió un su audición, pero no reconocía la voz.
—d-don... de... Estoy...— dijo volviendo apoyarse de aquella persona.
—estas en la casa de mi tía Cass— murmuro el chico lentamente para que el menor lo escuchará.
—q-que... Paso...—dijo tratando de regular su respiración.
—te desmayaste, después de que tus manos mostrarán los huesos— explico el chico, Miguel aún con lágrimas en los ojos, seguía apoyado en él —te había pasado antes?— pregunto la voz, cada vez más clara para el menor.
—si...en la tierra de...los muertos, casi cuando... llegaba el amanecer... Casi toda mi piel dejaba ver mis huesos— dijo ya más calmado.
—miguel... Te duele algo?— pregunto la voz.
—solo... La espalda... Nada... Grave...— dijo para abrir un poco los ojos.
—te duele la garganta o el pecho?— Miguel lo miro aún con los ojos llorosos pero negó.
—oye... Solo es... la espalda... Ocurre cuando... Toso de mucho— hiro vio la puerta abrirse con lentitud, tadashi traía una tasa de té. Pero el aroma del cempasúchil se hizo más notorio.
—que bueno que estés despierto miguel— se acercó tadashi rápidamente.
—cuanto... Dormi— pregunto al aire mirando la nada. La mano de Héctor ya no estaba ni mucho menos su presencia, se había acabado el tiempo de visita.
—contando que te desmayaste a las 11 y ahora que son las...— miro su celular para confirmar la hora —7 de la mañana solo dormiste unas 8 horas— sonrió tadashi mirando el té.
—tarde...— no dijo más, ni siquiera se apartó del Hamada menor.
—tu garganta debe estar irritada no? Vamos tomate este té— dijo entregando aquella infusion, Miguel la tomo sin chistar.
—no me duele... Ni está irritada... Solo duele mi espalda— dijo mientras daba un sorbo al té.
—no te duele la garganta pero, si la espalda?— pregunto tadashi escribiendo algo en su celular. Miguel asintió.
—es como a cualquiera al toser, a todos les duele la espalda en cierto punto... Y el cempasúchil... no daña mi garganta, al contrario, cuando los pétalos pasan siento menos presión... A diferencia de cuando sale la cabeza de la flor que es más grande que el orificio de mi garganta, por eso batallo más en sacarlas— explico mientras frotaba una vez más su garganta.
—es la primera vez que te pasa esto?— Miguel reflexiono un momento.
—...no, sería ya la segunda— dándole un último sorbo a su té.
—alguien más lo sabe?— pregunto tadashi pero Miguel negó.
—por ahora solo ustedes— le entrego la taza lentamente a tadashi este lo miro perplejo.
—bueno, cuando regresemos de la universidad te aremos el chequeo está bien?—miguel asintió despacio— vamos hiro — dijo mientras salía con una sonrisa, el moreno se sentó en la cama, la cama de hiro. Miguel parpadeo perplejo y miro a hiro.
—porque...— antes de preguntar hiro lo miro.
—compartimos cama—dijo a lo bajo— tadashi dijo que quería cuidarte pero callo dormido después de que se acostara a descansar un poco, me encargue de vigilante un poco en la noche, baymax hizo casi todo lo demás— miguel busco al regordete robot pero hiro negó.
—esta abajo con moshi, lo cuida en lo que la tía cass despierta— Miguel asintio —bien, el te cuidara hasta que regresemos— y sin más se retiró.
Miguel miraba la puerta y luego toda la habitación, Héctor no estaba.—tal vez... Pueda preparar el desayuno para la señora cass— Miguel se levantó con cuidado de la cama para poder salir de ahí.
—estas seguro de dejar a Miguel solo?— pregunto hiro.
—y esa creciente preocupación— cuestionó tadashi entrando a su laboratorio.
—a diferencia de ti que caíste como un bebé, yo... Me levanté a las 4 de la mañana y Lo vi toser flores mientras dormía, baymax me dijo que Miguel sufría un ataque de miedo— miro sus manos, podía sentir el aliento caliente y los suaves pétalos que sacaba de la boca del chico para que no se "atragantarse" según el.
—siento dejarte mi trabajo hermanito— dijo rascando su cabeza —espera dijiste tosia dormido?— pregunto al recapitular lo dicho.
—bueno, solo tosia uno o dos pétalos, parecía que sus pulmones llegarían al límite cuando el se despertara— suspiro al recordar que cuando tadashi salió Miguel despertó agitado y apunto de vomitar, lleno una cubeta y más de la mitad de otra, eso había asustado a hiro, realmente este chico paso 5 años escupiendo flores y de esta manera? Con gran fuerza?
"No me matara pero tampoco me dejara vivir como alguien normal"
Recordó aquellas palabras que el menor les dijo hace unas horas.
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PERO SOLO ES CEMPASÚCHIL (Higuel/Hiroguel)
Fanfictionhan pasado 5 años tras su visita al mundo de los muertos, 5 años vomitando pétalos y flor entera, 5 años escondiendolo de su familia. El no contaba que seguiría viendo a los muertos pero el costo fue bajo, la catrina con dolor castigo al chico, dánd...