Episodio 01. Primer día de escuela

4K 391 208
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

MI VIEJA PERRITA, SIMBA, ME ESTABA ESPERANDO CUANDO ABRÍ LA PUERTA DE LA CASA, seguramente ella tenía hambre ya que no le había podido dar de comer antes de irme temprano a inaugurar el nuevo restaurante de mi tía -Brazilian seasoning era la defin...

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


MI VIEJA PERRITA, SIMBA, ME ESTABA ESPERANDO CUANDO ABRÍ LA PUERTA DE LA CASA, seguramente ella tenía hambre ya que no le había podido dar de comer antes de irme temprano a inaugurar el nuevo restaurante de mi tía -Brazilian seasoning era la definición de un restaurante familiar, y para mi tía; un pequeño lugar pintoresco para llenar nuestras entrañas-. A Simba le encantaba darnos la bienvenida, ella vivía para ladrar, aullar y llamar la atención. Por eso dice Milagros, mi tía, que se parece mucho a su tocaya, la Joan Jett de carne y hueso, esa mujer que en los setenta fue miembro de una banda llamada The Blackhearts. Cuando Ángela Markel -mi mejor amiga- y yo éramos pequeñas, solíamos grabar videos cantando las canciones de la cantante.

Le hago una caricia rápida a Simba y acto seguido subo las escaleras rápidamente para cambiarme de ropa.

La habitación había sido de mi tía antes de yo llegar. Por ende, los rastro de los viejos pósteres de punk rock y las pegatinas del famoso Bee Gees seguían intactas en su lugar, una manía que tenía desde que llegué a su casa, era mirar por la ventana de su antigua habitación, me la imaginaba más joven, salvaje y decidida a irse de conciertos en conciertos con sus amigos para nunca volver. Aunque solo consiguió cumplir la mitad del plan, los años de juventud de Milagros todavía me fascinan. En aquel entonces siempre acababa quedándome dormida imaginándome posibles escenarios rebeldes.

Me miré en el espejo. Mi ropa era normal, una falda de cuadros negro hasta la rodillas, mi camiseta azul del comité estudiantil y una botas también negras. Me sujeté el pelo y tomé mis lentes de lectura lista para irme a la escuela.

[...]

Al caminar por el pasto de la escuela me fije en la muchedumbre de estudiantes que se encontraban en la entrada. Para mi no sorpresa, los grupos otra vez estaban divididos, los hippies, los neutrales, las porristas y el equipo de fútbol americano, los rockeros a los que querían llamar la atención y por último, estaban los que daban la bienvenida, osea, los del concejo al cual yo pertenecía, algo ciertamente cliché.

-¿Supiste que ya empezaron a clasificar? -Ángela apareció con Tamara detrás de mí, estás se entrelazaron en mis brazos.

Tamara era vicepresidenta del consejo estudiantil e hija de la directora. No éramos tan amigas como Ange y yo, pero con el tiempo le empecé a tener cariño.

FEMINIST, moxieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora