episode 07. Cara de guanábana

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AL ENTRAR EN LA CLASE DE LENGUA DEL SEÑOR DAVIES, me siento como un petardo que no ha explotado. Pero después de todo, he visto a un puñado de chicas con ejemplares de Moxie, lo malo es que desde la primera clase con Kiara y Ángela no he oído a nadie hablando del tema. Tras una visita a uno de los baños de chicas, veo que queda medio fajo triste de zines sobre el alféizar y que uno ha caído al suelo y luce una pisada leve en la portada. La gente parece tener más ganas de comentar la victoria de los Pirates contra Port Aransas. Sin embargo, cuando me siento en mi sitio, veo a Taylor Smith en primera fila con un ejemplar de Moxie en las manos. Lo lee apretando los labios con fuerza y con el ceño fruncido por la concentración. Le da la vuelta al zine para leer la parte de atrás. Después lo abre y vuelve a leerlo entero. No puedo evitar observarlo mientras lo estudia y veo cómo se dibuja en su cara una ligera sonrisa.

Suena el timbre y entra el señor Davies. Me resigno a empezar la peor clase del día cuando me doy cuenta de que ha entrado seguido de la chica nueva. La hija de los artistas de Austin. Lucy Hernández.

—Mmm, ¿Hola? —dice Lucy a la espalda del señor Davies, que se da la vuelta y se queda mirando a Lucy.

—¿Sí?

—Soy nueva —responde, y le pasa al señor Davies una hoja—. Me acaban de poner en esta clase.

Su voz es calida y fuerte.

Mientras el señor Davies estudia el horario de Lucy, oigo risitas desde el fondo de la clase. Mitchell y sus amigos musculosos de cabeza hueca se están partiendo de risa, seguramente porque Hernández es nueva y viste como si fuera estrella de Rock en Austin, no en East Rockport, y eso debe parecerles gracioso. Pero Mitchell Wilson podría vivir mil vidas y nunca alcanzaría la perfección que es Lucy Hernández con su camiseta sin mangas de Sonic Youth y su pelo negro perfectamente hecho en trenzas con mechas caramelo.

—Siéntate, Lucy —le indica el señor Davies señalando con la cabeza hacia las mesas.

Ella elige una mesa vacía en un rincón totalmente alejado de mí. Se muerde una uña y se queda mirando a la pizarra con la mirada vacía mientras yo intento no mirarla demasiado. El señor Davies comienza a dar una clase que es solo un poco menos aburrida que la clase de la señora Robbins. Yo me paso el rato mirando a Taylor y a mi cuaderno, en el que intento tomar apuntes. Taylor también escribe en el suyo, cosa que, sinceramente, me pone, aunque estoy bastante segura de que tomar apuntes en East Rockport High no lo hará más inteligente.

FEMINIST, moxieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora