episode 06. Clases de Biología

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SILENCIO

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SILENCIO.

Un silencio muy incómodo. Digo, ¿qué se supone que uno hace en estas situaciones?

Paso uno, pretender que no sabes nada.

—¿Qué es? —pregunto mirando por encima de su hombro con la esperanza de sonar normal.

—Míralo tú misma —me responde Ángela.

Me inclino sobre el zine para leer mi propia creación. Fuerzo mi expresión para que refleje sorpresa y curiosidad.

—Ah —digo al final. Me siento tan poco natural que me sorprende que no me miren fijamente para ver qué pasa.

Pero los ojos de mis amigas están pegados al zine.

—Lo han clavado —comenta Kiara—. Es que todo lo que dice es verdad. ¿Quién lo habrá hecho? ¿Quiénes son las chicas Moxie de las que habla? ¿Pertenecen a algún club o algo?

—¿Has visto lo que pone detrás? ¿Lo de venir a clase el viernes con corazones y estrellas en las manos? —Se encoge de hombros y arquea las cejas—. No estoy segura de qué quieren conseguir exactamente.

Las palabras de Ángela me duelen porque hacen que me dé cuenta de que nunca me paré a pensar qué quería hacer con los corazones y las estrellas, qué quería conseguir. Las Riot Grrrls solían hacer cosas parecidas para ayudar a que las chicas con los mismos ideales se encontraran en los conciertos punk. Pero no estoy segura de qué harán el viernes las chicas que aparezcan con las manos pintadas. Ni siquiera estoy segura de que alguna chica se las vaya a pintar.

—Supongo que está genial que lo hayan hecho —digo en busca de aprobación.

—Es una pena porque Mitchell Wilson y los capullos de sus amigos ni siquiera se van a dar cuenta de que existe, cuando son ellos los que más necesitan leerlo —dice Ángela—. Toma.

Le pasa por encima del hombro el ejemplar de Moxie a Kiara y se deja caer en la silla justo cuando la señora Robbins se sube al podio para soltarnos su enésimo discurso sobre algún escándalo político del siglo pasado, o de algo parecido e igual de aburrido.

Alce mi mochila y busqué unas cuantas servilletas para restregármelas por toda mi blusa, la cual aún se sentía húmeda y molesta.

Un carraspeo bastante sonoro hizo que detuviera mi acción para concentrarme en lo que hacía.

—Veo que está bastante ocupada mostrando su cuerpo, como para prestar atención a las clases —levanté mi vista hasta la profesora para ver como su rostro se arrugaba en dirección a mi camisa.

¿Cómo dijo?

—¿Disculpe? —pregunte.

—Ve a la dirección por favor —miré a mis amigas, las cuales mostraban la misma expresión que yo.

—¿Por qué debería ir a la dirección profesora?

—Bueno, para empezar estás mojada —tenso su mandíbula.

Apreté mis dientes —Ya se secará —intenté sonreír—. No quiero perderme la nueva unidad.

—Además, estás vestida inapropiadamente.

Y ella seguía y seguía.

—Solo es una camiseta —me interrumpió.

—Con un texto incendiario.

Pierdo la paciencia.

—No tiene ninguna grosería, y tampoco hay nombres de drogas en ella —proseguí.

—Desperdicias mi tiempo.

Por dos.

—No trato de hacer eso —el movimiento involuntario de mis pies comenzó—. Sigamos con la clase.

—Puedo verte todo en esa camiseta, y eso no es bienvenido en mi clase.

¿Qué hacía mirando ahí en primer lugar?

—¿Verme todo?

—O sea los pezones, tetas —se metió uno de los varones que estaban la clase.

—Señor Yang, no necesito que explique nada en mi nombre.

—Espere ¿Los pezones no son bienvenidos en su clase de Biología? —interrumpí esta vez yo, todo iba de mal en peor.

—Salga de una vez por favor.

—Todos tienen pezones, ¿Qué tienen de inapropiados los míos? —¿Qué clase de profesora es esta? — Si me echará de las clases en la que tengo derecho a estar, al menos debería darme una explicación sensata de cuál es su problema.

—Es ofensivo.

—De acuerdo —tomé mis cosas y me pare de mi asiento, el aire de mi clase se calentó considerablemente— ¿No entiendo cómo un simple atributo de mi cuerpo es ofensivo? —mi cabeza comenzaba a latir.

—Cuándo eres una mujer que no muestra su rostro para trabajar, pero si unos pechos que muestran sus pezones, te hace parecer fulana y eso está fuera de lugar en mi clase —aviso.

—Quiero presentar una queja en contra de usted por discriminación —dije, ya furiosa.

—No le dará eso —el golpeteo aumentaba, y había un dolor dentro de mis sienes.

—No es nadie para atacar a un estudiante sin ningunarazón, incluso si es una destacada profesora de biología.

—No es nadie para atacar a un estudiante sin ningunarazón, incluso si es una destacada profesora de biología

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re corto pero ya el siguiente cap está listo <3

FEMINIST, moxieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora