episode 17. indiferencia

43 9 2
                                    

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

TODAS LAS MIRADAS SE DIRIGIERON HACIA MÍ, OBSERVÁNDOME

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


TODAS LAS MIRADAS SE DIRIGIERON HACIA MÍ, OBSERVÁNDOME.

—¿Qué crees que estás haciendo, Mark? —Las palabras salieron de mí, afiladas y exigentes, cortando la tranquilidad con la precisión del filo de un cuchillo.

—Sólo un poco de diversión, Gloria —la réplica de Mark llegó con la confianza de alguien acostumbrado a que su mala conducta no fuera desafiada.

—Eso no es diversión, es acoso —mi tono era acusador, mi postura firme. Sentí el calor de la atención en los ojos de mi compañera de clase apuntando como focos, pero sólo arraigó mi determinación.

—No seas tan reina del drama —se burló Mark, desdeñoso. Los murmullos del aula aumentaron; algunos alumnos se movían incómodos, otros parecían inclinarse hacia la tormenta que se avecinaba con ansia de espectáculo.

Di un paso adelante, con el corazón martilleándome. —Deja de hablarle así. No es una broma cuando está claro que alguien no se ríe.

Mark se puso en pie, su altura sobresalía por encima de mí. —¿Qué, ahora eres su protectora? ¿Estás en tu período, Gloria? Porque tu comportamiento histérico no se explica de otra manera. Deja de actuar como una loca feminazi y déjame hacer mis bromas

Mis pies me llevaron hacia delante hasta colocarme de centinela junto al escritorio de Sarah. Era un desafío, colgando en el aire entre nosotros, potente y amenazador. Mi mandíbula se apretó, mis nudillos blancos al agarrar mi cuaderno.

—Sí, lo soy. —dije, mi voz más alta ahora, envalentonada por la rectitud de mi postura— Se llama ser decente, deberías probarlo alguna vez. Tal vez te des cuenta de que hay más en la vida que ser un imbécil machista.

Las risitas y los murmullos se habían convertido ahora en un zumbido audible entre mis compañeros. Algunos rostros estaban marcados por la intriga, otros por cierto respeto ante mi postura inquebrantable.

Observe como los músculos de los brazos de Mark se tensaron visiblemente, sus nudillos se pusieron blancos por la presión de los puños apretados. Su mandíbula se cerró con fuerza, los dientes apretados con rabia contenida. Sus ojos, enrojecidos por la furia, se entrecerraron mientras dirigía una mirada penetrante hacia el suelo, como si estuviera conteniendo la explosión de emociones que se acumulaban dentro de él.

FEMINIST, moxieDonde viven las historias. Descúbrelo ahora