[Actualización lenta]
- ¡Deja de pretender que todo esto está bien!
- Dejaré de hacerlo cuando tú te des cuenta de que lo que siento por ti, lo que sientes por mí, está absolutamente bien.
Twilight fanfic
Segunda portada: Febrero 2022
Tercer portad...
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Narrador omnisciente
No sólo el enfrentamiento con el ejército neófito tenía tanto a los Cullen como a la manada Quileute en un sube y baja de emociones.
Ahora existía una paz extraña porque Victoria no podría dañar más a Bella Swan pero no todos estaban aliviados de que eso ya no sucediera. Digamos que un vampiro menos era una buena noticia para toda la población en los alrededores pero nada más. Por otra parte, en ambos lados, había separaciones, cosas sin decir o admitir, culpas y deseos, una mezcla de sentimientos que si no se decían en voz alta, llegaría algún momento en que todo explotaría.
El celular de Tahla sonó. La pantalla anunciaba que era Emmett; ella se quedó mirando un largo rato la foto con la que lo puso de contacto antes de decidirse a contestar. Había pasado casi un día entero sin haber hablado, ni dado una muestra de señal de vida por la culpa que comía las entrañas de Tahla.
— Hola Emmett— le saludó, intentando no mostrar ninguna emoción a través del celular.
— Tahla— le respondió Emmett casi del mismo modo pero porque él, en el fondo, sabía que algo le ocultaba la loba aunque, ¿qué podría ser? ¿Qué pudo haber pasado en el tiempo que pasó entre el fin de la batalla y cuando salió de la casa de los Black?—. ¿Estás bien? Ya sabes, luego de la batalla debes estar cansada.
— Estoy bien— dijo Tahla despreocupada; quiso sonreír por el modo en que él se preocupaba por ella pero desistió—. Quisiera preguntarte lo mismo pero tú no creo que te canses.
— No, no lo hago— rió Emmett, con una risa profunda—. Tahla— su voz de pronto cambió y el corazón de la loba blanca dio un vuelco, temiendo lo peor—. Necesitopedirteun favor.
Eso hizo que Tahla respirara con calma. Se acomodó mejor en el sillón de su casa y pasó un mechón de su cabello oscuro detrás de su oreja.
— Lo que necesites— respondió con calma.
— Edward necesita ir a la Reserva.
— ¿Qué?
— Sé que debo pedir permiso para llevar compañía no humana pero esto es urgente y, además, le debo una a mi hermano.
Tahla se quedó un momento callada, pensando en qué debía hacer y Emmett, del otro lado de la línea, sentía que comenzaría a correr por toda la casa para quitarse la sensación de nerviosismo.
— Está bien— le respondió Tahla—. Podemos vernos en nuestro prado, el de las flores rojizas.
— ¿Nuestro prado?— le cuestionó Emmett con una sonrisa que si Tahla pudiera ver, se derretiría por esta—. Suena muy bien.
— Emmett, ponte serio— le dijo Tahla, intentando que su voz no se distorsionara por la sonrisa que ahora sí no pudo evitar—. No sé qué es lo que quiere Edward de mi lado pero debemos ser cautelosos. ¿De casualidad no puede decírmelo por teléfono?