[Actualización lenta]
- ¡Deja de pretender que todo esto está bien!
- Dejaré de hacerlo cuando tú te des cuenta de que lo que siento por ti, lo que sientes por mí, está absolutamente bien.
Twilight fanfic
Segunda portada: Febrero 2022
Tercer portad...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
La guerra era inminente pero aún faltaba un poco de tiempo para que sucediera, así que Jasper había decidido que sus tropas debían estar listas antes de estar cara a cara con el enemigo: a los lobos nos mandó descansar y a los Cullen los envió de cacería, esperando que el estar saciados les ayudara a tener mejor desempeño, aún sabiendo que los neófitos serían mucho mejores en fuerza y velocidad pero carecerían de un entrenado líder y todo lo que ha enseñado.
Emmett se despidió temprano, en la Reserva, pero me dijo que Edward nos quería a Leah y a mí en su casa para hablar de algo muy importante. Ya sospechaba de qué se trataba.
Es extraño acercarse cada vez más a la casa Cullen y no escuchar ni un sólo sonido. Ya de por sí es raro estar en la casa de un grupo de vampiros silenciosos pero este tipo de silencio es abrumador, anormal.
— No quiero entrar ahí— dice Leah, deteniéndose justo donde inician los escalones de la entrada.
— Yo tampoco— admito; tomo su mano, esperando poder darle un poco de confianza—, pero sea lo que Edward quiere decirnos, es mejor que lo haga ahora.
— Tahla— me llama Leah para que la deje hablar—, Edward no quiere estar conmigo.
— ¿Qué?
Se oye que la puerta de la casa se abre; Edward está ahí. Obviamente ha escuchado nuestra conversación y también es notorio que le ha abrumado oír aquello de Leah aunque aparentemente él fue el que se le dijo antes.
— ¿Pueden pasar?— nos pide Edward, un poco tenso, señalando el interior de la casa—. Estamos haciendo la cena.
¿Estamos?
Llega el olor de las especias provenientes de la cocina; poco a poco escucho más cerca el sonido de lo que sea que hay en la cazuela, cocinándose en el aceite caliente.
Si me hubieran dicho lo que encontraría, o me habría reído o diría que Edward es demasiado estúpido. Justo ahora creo que la más correcta es la segunda opción, dado que ha decidido que es buena idea juntarnos a Bella, a Leah y a mí en la misma habitación.
— Hola— saluda Bella con la misma torpeza que siempre le ha caracterizado. No nos mira mucho antes de volver su atención a lo que tiene en la cazuela, que menea con una palita de madera—. Imagino que tienen hambre. La comida estará lista pronto.
Edward ha pasado entre nosotras y sigue picando algunas verduras que va poniendo en un tazón de vidrio.
— ¿Y esta cena es por...?
Cullen levanta la vista.
¿Qué? ¿No debo preguntarlo en voz alta?
— Quiero hablar con ustedes antes de lo de mañana— dice Edward, como si nada.