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Intento de huída

4Intento de huída

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Maratón 2/2

Las noches suelen ser eternas cuando la paso mirando la misma casa sosa de los Swan. Han pasado semanas sin nada nuevo, sin una chupasangre intentado drenar a Bella o a su padre, solo ha sucedido que mis niveles de estrés se eleven a cada momento, que mi odio hacia la pálida humana acreciente y que mi nariz se queje aún más por el olor a garrapata.

Lo único rescatable de las noches son el hecho de ser un lobo por completo. Sí, ahora podía vivir con esto, y no por resignación, sino por verdadero gusto. Amo sentirme libre en un cuerpo que también es mío; es salvaje, fuerte, poderoso, completamente único. Mi visión del mundo a mi alrededor ha cambiado porque me siento aún más parte de este, sobre todo con la naturaleza. Mi pueblo ya es muy unido a ella pero con el lobo en mí, me une más a ella y a su maravilloso propósito en el planeta; la respeto un poco más.

De día trato de conectarme con todo lo que puedo: mi familia, mis amigos de la manada y otro poco más con el lugar donde vivo. Este es uno de esos días.

El sol está en su esplendor, dándole a mi lugar favorito un toque de belleza sin igual, pero sé que atesoro este preciso prado porque Jacob me lo mostró hace unos años y lo señaló como nuestro, un lugar secreto al que podríamos acudir para estar juntos y...

Me detengo de golpe. Allí, a unos metros de mi posición, está Jacob con Bella. ¿Pero cómo se ha atrevido? ¡La trajo a nuestro prado! La... ¡La está besando!

Nunca había escuchado el sonido de un corazón roto; lo peor es que el mío es el que se ha quebrado para no volver a ser recuperado.

Las lágrimas han nublado mi vista por un momento pero es suficiente para aclarar mi mente, dar media vuelta y correr lejos de ahí.

No puedo fingir más que todo está bien; que no pasa nada cada vez que veo a Jacob con Bella, sonriendo como si ella fuera su vida entera; no puedo mantener más en silencio mis sentimientos por Jacob Black; no puedo seguir con la farsa de ser aliada a los enemigos solo por una chica simple que no significa absolutamente nada para mí. ¿Por qué debo ser una hipócrita? ¿Por qué tengo que ser yo la segunda?

No quiero acabar como mi hermana... Sé que no es su culpa porque sé perfectamente lo que es estar enamorada sin ser correspondida pero estoy segura de no querer seguir sus pasos y terminar odiando la vida y a todos los que pasan en ella.

He llegado a la línea, esa que divide el territorio Quileute con Forks. No debí venir al norte pero no tenía mucha orientación en medio de mis cavilaciones y mis amargas lágrimas.

Podría cruzar, seguir el camino y alejarme por completo. Quizá podría iniciar una nueva vida, enviarle cartas a mamá para no preocuparla tanto y pedirle a Leah que haga lo mismo, invitándola a vivir conmigo.

Sí, ese plan suena muy bien en mi mente...

El sutil crujido de hojas rompe el silencio. Mis sentidos de inmediato se ponen en alerta para tratar de localizar la procedencia de aquel sonido hasta que mis ojos captan un ligero resplandor a unos metros, justo frente a mi posición.

¿Qué brilla de esa manera?

Se mueven un poco aquellas chispas y, al enfocar, veo que se forma una figura humana.

— Los vampiros no salen al sol.

— ¿Se incineran?

— No, para nuestra desgracia. Las garrapatas solo brillan.

— ¿Dijiste brillar?

— Sí, como malditos diamantes.

¡Es un vampiro!

Trastabillo un poco cuando intento hacer mi retirada y por poco caigo al suelo aunque me mantengo de cuclillas.

Mi corazón está acelerado, temeroso, en tanto mi cabeza formula miles de posibles escapes, imágenes de resultados catastróficos y, una pequeña parte de mi mente, grita "¡eres un maldito lobo mutante y le tienes miedo!".

Muevo mi cabeza de un lado a otro, despejando mi cerebro de tantos pensamientos, para dejar en primera posición el más importante de todos: No tengo miedo.

Mi padre me había enseñado que el miedo no existía, que eso era solo para cobardes que buscaban un pretexto para no enfrentar todo lo que la vida les pusiera enfrente.

Me enderezo completamente y me dispongo a enfrentar al Frío. Camina a pasos lentos, calculando mi reacción pero sé que no llegará hasta mí porque estaría rompiendo el tratado.

De pronto su cuerpo se convierte en una mancha borrosa y difícil de seguir, y sin más estuvo a pocos metros de mí, en el filo de la línea quileute.

Mi corazón galopa a toda velocidad por lo que respiro con mayor fuerza para lograr calmarlo pero no puedo y menos al estar viéndolo cara a cara, con esos ojos caramelo, profundos y encantadores, con su piel blanca como la nieve de diciembre contrastando con su cabello oscuro. Su boca roja y voluminosa me sonríe, dejando a la vista una hilera de perfectos dientes blancos y siento que pierdo el aliento.

De pronto me veo arrastrada por imágenes en mi mente, donde me veo junto con él...

De pronto me veo arrastrada por imágenes en mi mente, donde me veo junto con él

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¿Qué les pareció?

¿Soso? ¿Aburrido? ¿Pasable? ¿Bien?

¡Ay! Ya sé que estoy escribiendo de mí para mí pero hago estos comentarios al termino de cada capítulo con la esperanza de que haya lectores en un futuro cercano.

Saben que ustedes son lo más importante así que espero sus votos y una infinidad de comentarios (bueno, se vale soñar).

En fin. Hasta la próxima.

Love ya!

SolsticioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora