Permite volver a ti, permíteme amarte de la manera que yo jamás podría hacer a mi mismo.
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Cuatro años han pasado desde que Yoon Gi se marchó a Berlín a estudiar, y desde entonces no ha habido manera en que regrese a Corea y sus recuerdos de su v...
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— Soy Min Yoon Gi, un gusto. — Hizo una reverencia de cuarenta y cinco grados como parte de su presentación, para luego extenderle su mano para que la estrechase. — No nos conocemos, he vivido en Alemania por muchos años, pero veo que sabes mi nombre. ¿Y tú eres?
— Yo... Yo soy... Mi nombre es Seok Jin, Kim Seok Jin. Soy... un viejo amigo de la familia.
— Ah... sí. — Dijo por lo bajo, que el mayor no oyó debido a lo confundido que estaba. "Así que ese era", pensó
Yoon Gi siguió caminando hasta la cocina de aquella casa dejando todas las cosas sobre la encimera de la misma. Le llamó la curiosidad saber lo que había adentro, pero sólo eran algunos juguetes acompañados de otros que estaban envueltos en papel de regalo, mientras que en la otra bolsa estaban salsas, ingredientes e incluido un pulpo que era para el platillo favorito de su madre. Un par de segundos más tarde escuchó como Seok Jin ingresaba al hogar empujando su maleta para dejarla en una esquina y retirarse los zapatos.
Yoon Gi se volteó a observarlo mientras lo hacía, intentarlo analizarlo y ver si correspondía a descripción que su madre entre líneas le comentó por años y hasta ahora, que en realidad eran dos pequeñas cosas: uno, que era médico, y dos, que era familiar de Jung Kook. Mientras que a diferencia de este, el azabache no lo veía como un desconocido, era su exnovio; la persona que más había más amado, luego de su difunto esposo.
Seok Jin sólo guardó ambas manos en el bolsillo de su pantalón de vestir negro que combinaba con su camiseta lisa de color blanco y caminó hacia donde el rubio dejó las cosas que traía. Ignorando su existencia, pasó de largo y comenzó a guardar todo lo que señalaba comida tanto en la despensa como en el refrigerador.
— ¿Quieres que te ayude con eso? — Preguntó, pero fue fríamente ignorado. — ¿Kim Seok Jin-ssi?
— ¿Dónde están los demás? — Preguntó con frialdad.
— ¡Seok Jin-ah! — Justo antes de que el rubio respondiera con que estaban en el salón, los señores Min dieron su presencia llenándole de besos y abrazos, ya que tenía casi dos años de no verlo, y con la preocupación de la última vez, pues fue debido a su operación a raíz de un a indigestión que resultó ser una intolerancia al gluten y un recién iniciado cáncer de estómago. Era un alivio estar de vuelta en casa, aunque con unas circunstancias de más. — Es un alivio, que estés bien y que regresaras. — Pronunció Kang al abrazarlo.
— A mí también me alegra estar aquí y aquí están los ingredientes que pediste. — Jeong Hwa los tomó en su lugar y se los llevó de inmediato a la cocina en lo que Kim terminaba de saludar y dirigirse al salón para ponerse al día con los mayores.
Yoon Gi aún confundido de todo lo que había sido su día en cuestión de un par de horas, le siguió el paso a su cuñada con el fin de ayudarla y conversar con ella. Jeong Hwa presentía que Min haría algo así en algún momento, así que no lo extrañó ayudando a guardar las cosas en la alacena y el refrigerador.
