Permite volver a ti, permíteme amarte de la manera que yo jamás podría hacer a mi mismo.
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Cuatro años han pasado desde que Yoon Gi se marchó a Berlín a estudiar, y desde entonces no ha habido manera en que regrese a Corea y sus recuerdos de su v...
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La organización para la tarde de café planeada por Sun Hee estaba más que lista, sólo faltaba un pequeño detalle: Los invitados. Si bien era casi una particularidad de la familia, la señora Kang no era realmente una persona con grandes habilidades sociales. Apenas había logrado entablar un estrecho y sano lazo con la madre del ex novio de su hijo y alguna que otra vecina que en algún momento un nieto recibió lecciones de piano con ella, así que en realidad sencillo no estaba y vaya que a la señora Kim le estaba costando.
Una de tantas noches se había quedado planeando los últimos detalles sentada en la isla de la cocina con su laptop y anotando alguno que otro número telefónico que a primera hora haría la consulta. Seok Jin se sintió algo agobiado, así que bajó por algo que se pudiera preparar, ya que él sencillamente no podía comerse nada que fuese procesado por el gluten y el azúcar, aunque con esto último mantenía una disciplina con sus medicamentos que no le hacía requerir nada más que la insulina y seguir con su vida normal. Entrando a la cocina observó a la misma madre esforzada y sofocada de cuando era un niño y la encontraba estudiando hasta tarde libros inmensos de neurología.
—¿Insomnio? — Le preguntó sin verlo, a lo que él sólo hizo un sonido con la garganta afirmando. Terminó sacando un paquete de galletas de arroz y algo de conserva de fresa acompañado de un poco de té, y le tendió lo mismo a su madre. — Gracias cielo.
— ¿Qué tal los invitados?
— He logrado buscar a la mayoría, sólo que han muchos que veo que no tienen una relación tan cercana. —Suspiró con pesar. — Realmente quiero que esto sea algo bonito para ella.
Seok Jin no estaba seguro si era una buena idea decirle a su madre, pero al mismo tiempo le hizo pensar que de nada servía reunir a tantas personas que le querían y apreciaban si no los iba a ver en vida. Ahí no había duda de que las personas señaladas eran las indicadas a estar presentes. Así que sin decirle nada a su madre, regresó a su habitación en silencio con tal de no despertar a Yoon Gi al otro lado de la habitación y de su maleta en el compartimiento interno de este lo sacó y se regresó a la cocina.
— Creo que esto puede ayudarte. — Le extendió un papel doblado, lo cual Sun Hee tomó con confusión, pero al abrirlo supo de qué se trataba y le miró nuevamente a su hijo con ojos llorosos. — Ella la hizo y me la dio, dijo que no quería causarle un dolor tan grande a su familia.
— Me duele que ella lo sepa, porque siente que está obligada a despedirse. — El encabezado del papel decía "Funeral" y en él venía una lista de personas que podían estar contempladas en su registro y otras no, y a su lado su contacto y su relación; a lo cual no pudo evitar sentir un nudo en la garganta al leer "Kim Sun Hee-yah. Mamá de Seok Jinnie y mi querida amiga". — Yang Mí, eres demasiado increíble... — Murmuró.
Sun Hee le agradeció a su hijo y le facilitó el trabajo de toda una noche, por lo que pudieron quedarse hablando un poco antes de irse a la cama, ya que el amanecer debía hacer todas las llamadas posibles.
