Capítulo 54.

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Recorrió más de la mitad de los pasillos a paso sumamente rápido a lo que sus piernas eran capaces de hacer sin parecer alguien desesperado, con el fin de dar con su objetivo lo más pronto posible

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Recorrió más de la mitad de los pasillos a paso sumamente rápido a lo que sus piernas eran capaces de hacer sin parecer alguien desesperado, con el fin de dar con su objetivo lo más pronto posible. Su estómago no estaba dispuesto aportarlo más, si es que no era alimentado antes de que fuese capaz de digerirse así mismo o que le diera una descompensación por no comer, le estaba rugiendo y el tiempo era limitado. Necesitaba alimento, necesitaba ir a almorzar y odiaba no haberse comido una barrita de granola de la máquina expendedora del área de consulta externa.

Con su teléfono en mano volvió a marcar el número esperando una respuesta, sin embargo, seguía apagado y no había manera de que le respondiera o viera las llamadas perdidas que tenía como mínimo en el dispositivo. Además de que maldecía por lo bajo de que la factura de todo esto, le saldría más cara de la cuenta por su culpa. Más de un paciente y una enfermera le mirada con extrañez debido por la manera en cómo caminaba y esquivaba a todos en los pasillos, como si realmente tuviera una emergencia de índole estomacal, cosa que sí lo era: tenía hambre.

Se dirigió directamente al área de descanso del departamento de cirugía general, esperando dar con su objetivo, ya que era el último lugar que le faltaba por recorrer a menos que se hubiese ido a la cafetería y no se diera cuenta. Ingresó de golpe a aquel lugar como si su propia área se tratase, pero en aquel estado ni siquiera se reconocía ante el hambre y dolor que ya exigía, pero los médicos que estaban presentes no se molestaron siquiera en levantar la mirada para preguntarle qué ocurriría, sabiendo que esto no era la primera vez que ocurría; por lo que dejaron a la presencia ajena sin ningún problema. Fue directamente a la puerta que estaba aún costado que daba directamente al pequeño cuarto que tenía tres literas en ella, que eran de uso continuo de los médicos con disponibilidad completa. Era evidente debido al desorden que había allí entre sabanas y alguna que otra prenda desordenada en el lugar. ¿Nadie se tomaba el tiempo de ordenar?

Notó la presencia de alguien más allí, destacando por su cabello desordenado y la manera curiosa de su postura para dormir. Se disculpaba para sí mismo de tener que interrumpir su descanso, pero era la única opción que veía viable para poder saciar los reclamos de su propio cuerpo. ¡Se iba a morir!

— Hey, despierta. — Lo sacudió ligeramente queriendo despertarlo, pero apenas hubo reacción del menor. — Won Woo-ssi, despierta por favor. — Lo sacudió con más fuerza haciendo que se voltease para encontrarse con los ojos entre cerrados con la mirada del mayor y sonreírle segundos antes de bostezar. — ¿Lo has visto?

— Es un gusto también verlo, sunbaenim. — Respondió aun soñoliento. — ¿Se encuentra bien de salud?

— No, si no me dices donde se metió mi hermano. — Indicó. — Me muero de hambre y te juro que en cualquier momento moriré.

— ¿Hablas de Seok Jin hyung?

— Como si tuviera otro hermano que trabaje en este hospital más que él, idiota. — Intentó calmarse antes de entrar en una crisis, ya que el hambre le ponía de mal humor, llevándose una mano al puente de la nariz sosteniéndolo. — ¿Sabes dónde está?

Una Oportunidad para Volver a Ti | YoonJin/JinsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora