Permite volver a ti, permíteme amarte de la manera que yo jamás podría hacer a mi mismo.
...
Cuatro años han pasado desde que Yoon Gi se marchó a Berlín a estudiar, y desde entonces no ha habido manera en que regrese a Corea y sus recuerdos de su v...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
El vuelo a China fue más corto de lo que ella creyó, ya que cuando menos se percató ya el piloto anunciaba el próximo aterrizaje. Intentando ignorar aquello, enfocó su mirada hacia la ventana del avión queriendo dejar pasar sus pensamientos en el mar de nubes que pronto desaparecían de su vista conforme el avión descendía. No Rae no era muy fanática de las giras en el extranjero, aun cuando la mitad de sus estudios —después de aquel incidente— fueron en Japón, siempre le generaba una espantosa sensación cada vez que se marchaba de casa por alguna temporada, incluso si era apenas un par de semanas. Probablemente es que se debía a Mi Rae, pues era hasta ahora que podía sentir con mayor presencia su relación como hermana mayor.
Se recordó a sí misma, que apenas obtuviera algo de internet la llamaría para saber cómo estaba, no entendía como Yoon Gi había logrado tanta voluntad en su posgrado y no tener contacto con sus seres queridos, pero no lo culpaba, de alguna forma ella también quiso huir cuando tuvo oportunidad. Sacándola de sus pensamientos, percibió como alguien tomaba asiento a su lado que originalmente estaba vacío. No es como si fuese algo intencional, pero al ser mucho mayor que el resto de los integrantes de la orquesta y en especial, los primeros violines, siempre terminaba estando sola durante los viajes. Ahora que Dae Jin ya no estaba, sentía con más presencia esa soledad, ya que, aunque sea con él podía dialogar acerca del repertorio o de otros temas, sin duda el director fue una figura fraternal muy cercana; casi como un padre.
— Señorita Seo, creo que necesito ayuda para verificar este compás-
Aquello la sobresaltó, pero le tranquilizó saber que se trataba de una de sus compañeras, aun así, la sintió algo cerca, más allá de lo que acostumbraba con las personas. Agradeció para sus adentros que se percatara de eso y se alejara, su nombre era Yeon Joo y era una de las más jóvenes y recientes, probablemente este era el primer concierto al que era participe.
— Claro, ¿que necesitas revisar?
— Es que no estoy segura de la posición del arco para poderlo tocar según la métrica sin dejar de lado la potencia que requiere al ser forte. — Era un detalle mínimo de técnica. — ¿Podría ayudarme?
La mayor sintió y con ayuda de un arco imaginario al no tener a mano sus instrumentos al ir en bodega, logró ingeniárselas para poder explicarle la posición que debía tomar para poder lograr lo solicitado. La chica le agradeció feliz y regresó a su asiento antes de que la azafata indicase que los cinturones eran obligatorios al sentirse el ya pronunciado descenso. Aquella breve intervención fue necesaria para cambiar su expresión y la preocupación que tenía sobre si realmente valía la pena todo lo que había logrado hasta ahora, porque aun después de tanto tiempo sentía que no lo merecía.
Si Ha Neul no se hubiese retirado del violín y después fallecido, probablemente ella seguiría siendo la concertina de la Orquesta Sinfónica Nacional y no ella. Aun cuando era consciente de que sus capacidades habían mejorado lo suficiente o incluso más, seguía sintiendo que no era lo correcto porque sabía las habilidades de Park. Tal vez era remordimiento después de cinco años y de todo lo que habían sufridas ambas y Jeong Hwa.
