Capítulo 58.

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El estruendoso sonido de las alarmas de un desconocido dispositivo electrónico se hizo presente a las horas de la mañana del día siguiente, así también los estrepitosos y molestos golpes que se estaban produciendo desde el otro lado de la puerta p...

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El estruendoso sonido de las alarmas de un desconocido dispositivo electrónico se hizo presente a las horas de la mañana del día siguiente, así también los estrepitosos y molestos golpes que se estaban produciendo desde el otro lado de la puerta principal de departamento. Jung Kook y Tae Hyung estaban consumados en el sueño que ni eso bastó para despertarlos gracias al cambio de horario, mientras que Mint y Yoon Gi se dedicaron a preparar un buen desayuno para sus invitados al muy bien estilo casero y clásico alemán y con supervisión coreana, por supuesto. Fue el mayor quien entre pesares se dirigió a la entrada para saber quién era la persona que estaba tan desesperada por entrar.

— Ya voy, ya voy. — Musitó más para sí mismo. — Deseando que se detuviera, ya que cada golpe era un sonoro retumbo en su cabeza.

Antes de abrir la cerradura se limpió las manos en su delantal al estar concentrado picando un poco de cebollino que Mint necesitaba para su platillo de huevos fritos. Incluso al abrir a puerta de golpe, la persona no detuvo el movimiento de su mano contra la madera de lo acostumbrada de hacerlo por tanto tiempo, ya que no esperaba una reacción tan rápida del contrario. Duró algunos segundos más para que la mirada de ambos se encontrara pues la chica se había distraído utilizando su teléfono en lo que hacía su espera.

— Hasta que al fin abrieron la puerta. Estaba espera- ¡¿Qué te pasó?! — Fue lo único que le nació exclamar cuando se encontró con el rostro apagado de Yoon Gi que para su estado estaba bastante consciente y estable.

— ¿De qué hablas? — La chica ingresó al departamento como si fuera el propio dejando su mochila sobre uno de los sofás. — ¿Joo? ¿Qué me pasa? ¿Tengo algo en la cara?

— Parece que llevas cinco años sin dormir, Yoon.

Con sinceridad, esa expresión no era muy lejana de la realidad puesto a que Yoon Gi no recordaba bien cuando había sido la última vez que se sintió a gusto durmiendo. La noche anterior la pasó gran en el balcón sumergido en sus pensamientos, pero no fue suficiente para que el sueño le ganara, pero tampoco quería llegar a contraer un resfriado, sabiendo lo vulnerable que era en ese estado que juraba estar próximo a ver la luz la última vez que la alergia del polen de primavera cobró guerra contra él. Al final de la velada terminó contando ovejas, pero entre todo el trajín de que la pareja estuviera en casa y lo que implicaban sólo descansó tres horas antes de que las alarmas sonasen, y, por ende, estaba agotado y con demasiado sueño.

— ¡Irene! — El chico de la cocina salió de esta para recibir en un cálido y estrecho abrazo a su mejor amiga. —Cariño, lo siento tanto. Olvidé que venías muy temprano hoy, pero no te preocupes que puedes acompáñanos en el desayuno también. — Le tomó del brazo y la llevó a la pequeña mesa del comedor para que tomara siento.

— Descuida Mint, por las facciones de Yoon parece que no durmieron bien. — El tailandés con costo se había percatado del rostro de este, por lo que también lució confundido.

Una Oportunidad para Volver a Ti | YoonJin/JinsuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora