Permite volver a ti, permíteme amarte de la manera que yo jamás podría hacer a mi mismo.
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Cuatro años han pasado desde que Yoon Gi se marchó a Berlín a estudiar, y desde entonces no ha habido manera en que regrese a Corea y sus recuerdos de su v...
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2040, otoño.
Luego de haber pasado demasiados altos y bajos en nuestra vida, puedo decir que nuestra relación se volvió algo rutinaria. Pero bueno, eso no significa que por rutinarios nos hayamos vuelto demasiado aburridos, todo lo contrario, ahora parece que las cosas están tan tranquilas que más bien no deja de preocuparme lo que nos puede deparar el futuro después de tanto.
Seok Jin y yo nos casamos hace diez años después de dos años de relación, y aunque él lo niegue, me costó mucho hacer que aceptara; él mayor de nuestros problemas fueron las indirectas y las llamadas de emergencias del hospital o los ensayos de la orquesta que siempre nos arruinaban nuestras citas; pero a nuestra manera lo logramos funcionar. Aunque todos nuestros amigos, nos reiteren lo locos que estamos ambos para acomodarnos a la logística del otro; y no puedo decir tampoco que nuestro matrimonio ha sido siempre de color de rosa, porque siempre existe una que otra discusión tonta, pero aprendimos a no irnos a dormir enojados y hablar todo.
Con relación a los otros, las cosas le han ido bien. Ho Seok sigue viviendo con mi padre en Daegu y sigue con la custodia de Sun, a pesar de que la pequeña niña que Jinnie y yo cuidábamos y le cambiábamos los pañales ahora es casi una adulta que esta pronto a ingresar a la universidad, después de una ardua búsqueda ha querido estudiar medicina. Visita a su madre en Londres sola cada otoño, y se queja de que sus padres no la entienden; cuando eso ocurre es cuando Seok Jin y yo tomamos la batuta de padres y pasa viniendo todo el verano a quedarse en casa trabajando de medio tiempo como nuestra niñera, pero no se inmuta al respecto. Eun Ho, por el contrario, que aún con la diferencia de edad de un año, la madurez entre ambos se lleva años luz, es un alma libre, pero ha dicho que quiere ser ingeniero como su padre y abuelo, aunque conociéndolo es probable que cambie de idea; y la pequeña Eun Bi, desarrolló las habilidades de mi madre y mías para los instrumentos, sólo que para la trompeta y eso ha sido un dolor de cabeza para todos los vecinos, por si se lo preguntaban, pero No Rae la ha impulsado a que ingrese a una orquesta usando un poco de nepotismo por su parte y la mía.
Ji Min y Mi Rae están planeando su boda, pero ya tuvieron su primer hijo hace poco, o bueno, es lo que me ha comentado No Rae por teléfono hace unos días, pues debido al llanto y la emoción sólo lograba balbucear sin poder generar una oración coherente. Ella y Jung Hyun se habían vuelto el dúo dinámico de la familia, y sobre todo porque aún después de casi doce años de noviazgo, el mayor de los Jeon no le ha pedido matrimonio; cosa que nos tiene alterados a todos, a excepción de la misma No Rae que no siente la necesidad de hacerlo aún, o eso cree ella. A propósito, sobre la relación entre Ji Min y Seok Jin, las cosas han mejorado bastante y siento que han logrado pasar de página, mucho más que terminaron siendo técnicamente familia.
En el caso del matrimonio más famoso de todo Múnich, les ha ido bien en aquella ciudad a pesar de que Seok Jin les ha rogado que se muden a Berlín para estar más cerca, pero la verdad es que no quiere ver a su hermano, sino para ver a Joo Hyuk, quien ya cumplió seis años. Les tomó bastante tiempo lograr completar el proceso de adopción, más de lo que todos pensaron y tanto Jin como yo pudimos vivir la ansiedad que les generaba los constantes rechazos y la desesperación que les daba vernos a nosotros en los primeros años. Pero la espera tiene su fruto, y esa se demuestra con ese niño.
