Capítulo 40

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El tiempo pasaba extremadamente lento para Alfred, faltaban un par de minutos para que la primera clase comenzara, sentía un enorme hueco en el estómago, no había desayunado nada, además el dolor de cabeza por haberse desvelado lo estaba matando.

— Debes tranquilizarte Alfred... — dijo una voz a sus espaldas.

— Es tan fácil para ti decirlo, — contestó algo cansado el menor — no sé cómo voy a soportar verlo a la cara sin hacer un escándalo.

Bratt comprendió lo que Alfred sentía, él también había pasado por lo mismo cuando perdió a su padre para siempre.

— No voy a mentirte Alfred, esto será como el mismísimo infierno, pero debes soportarlo y ser fuerte. — Bratt tomó el dije que Alfred traía en el cuello — además, tienes a alguien que dará su vida por ti, solo confía en que todo saldrá bien.

Después de esa pequeña plática ambos chicos entraron a clases, pasarían varias horas hasta el momento de la verdad, pues la clase de Historia era la última del día.

Por otro lado, a varios metros de ahí, Lucas estaba en clase de cálculo, el pelinegro se sentía más tranquilo.

La plática de ayer con su padre había hecho que pensara más las cosas, no estaba seguro si Jackson lo perdonaría, pero estaba dispuesto a rogar si era necesario para que el volviera con él.

Al final de todo, él fue quien tal vez exageró las cosas.

— ¿Irás a ver a Darío? — le preguntó de pronto Ester, quien se encontraba detrás de su asiento tomando notas de lo que la profesora había escrito en el pizarrón.

— Sí, tengo ganas de ver al estúpido bello durmiente... — contestó con algo de diversión.

— Dudo que vuelva a dormir una siesta después de esto. — Bromeó Ester para luego suavizar un poco la mirada y ver a Lucas con algo de pena — Estuvo horrible el ataque en la mansión Haven ¿cierto?

Lucas giro la cabeza inmediatamente al escuchar eso.

— ¡¿Cuál ataque?! — inquirió Lucas algo alterado.

— El de ayer, ¿qué no fuiste con Jackson ayer? — Preguntó ella confundida — ayer casi muere calcinado...

— ¿Quién te dijo eso?

— El padre de Darío. — contestó ella algo extrañada, Lucas se la pasaba en la casa de su novio la mayoría del tiempo.

— Espero que los que están hablando allá atrás sea respecto al proyecto del semestre... — habló la profesora algo molesta por los cuchicheos.

Por la cabeza de Lucas pasaban mil y un preguntas, estaba tremendamente preocupado, no sabía que había pasado, pero debía averiguarlo ahora mismo.

— Profesora Magdalena, ¿podría ir al baño?

— Faltan solo unos minutos para el receso, por favor espere joven Athens. — respondió la profesora terminando de revisar las tareas en su computadora.

Lucas apretó los puños con impotencia, si no fuera por qué sabía que esa profesora no cambiaría de opinión hubiera insistido más.

Aunque en su interior sentía que las cosas no habían pasado a mayores, el saber que Jackson había salido herido le hacía querer matar al responsable.

Ahora sentía culpa por no haber estado ahí para su rubio.

¿Cómo pudo ser tan estúpido al dejarse llevar por sus emociones?

CAOS  ★[En Edición]★Donde viven las historias. Descúbrelo ahora