Capitulo 16

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Tocó la puerta y esperó unos segundos, la tienda era tal y como la recordaba, incluso parecía que las mismas joyas eran las que se encontraban en el aparador.
Trago saliva y sonrió al ver a un anciano que muy deprisa abrió la puerta.

— Hola, Peter... — dijo mientras levantaba la mano en forma de saludo.

— ¡Por Dios! — exclamó él mientras abría con asombro los ojos — ¡Eres tú!

— Hola, viejo amigo...

Peter se hizo a un lado para dejar pasar al Jack. El hombre estaba sorprendido y curioso al mismo tiempo, hacía mucho que no veía al chico, a decir verdad se miraba igual a la última vez que hablaron en persona.

— Lamento venir si avisarte, pero necesitaba tu ayuda urgentemente.

— Está bien, no te disculpes sabes que tú y Jaydan son bienvenidos aquí cuando quieran. — el anciano camino hasta el mostrador y cerró la pequeña puerta tras de sí — Pero dime, que te trae de nuevo por acá, tengo muchos nuevos productos...

— En realidad necesito un servicio de corte y armado, un favor muy especial...

— Estupendo, que me traes está vez...

Jackson saco el diamante de su bolsillo y lo dejo en el mostrador.
Peter en primera instancia no notó nada raro hasta que lo tocó.

— Oh no, no no, no... — dijo una y otra vez — tú sabes que yo ya no manejo está clase de joyas.

— Lo sé, por eso te lo pido como un favor, necesito que me ayudes Peter...

— No puedo Jack, esto es muy peligroso para mí, Marianne era quien se encargaba de este tipo de trabajos, pero ella...

— ¿Ella qué? ¿Está muerta? — preguntó Jackson con sorpresa — Lo siento Peter...

— No, no está muerta, pero está muy enferma y no puede hacerlo.

— Entonces no se diga más, llévame con ella.

— Jack no puedes curarla, muchos lo intentaron y fracasaron...

— Pero todos ellos no tenían mi poder, por favor necesito verla.

Peter no dijo nada más, abrió la puerta para que Jackson pasara mientras él iba a poner el letrero de cerrado en la puerta de la tienda.

— Sígueme...

Caminaron por un pequeño pasillo hasta encontrar la puerta que llevaba hasta la casa de Peter.

— Veo que hiciste una remodelación, me gusta

— Fue idea de Marianne, ella eligió todo, debiste ver su cara cuando escogimos los muebles.

— ¿Qué tan mal esta?

— Los médicos la desahuciaron, intentamos todos los hechizos de curación, pero ninguno funcionó.

— Entiendo.

Después de subir las escaleras y abrir una de las puertas del segundo piso, se encontró con una ancianita muy delgada conectada a varios aparatos médicos.

— Jamás pensé encontrarte así vieja amiga... — él tomó su mano y cerró los ojos.

Per ĉi tiuj vortoj via korpo resaniĝas, ĉiu malsano forlasas vian estaĵon kaj ĉiu malsano foriras sen reveno.

(Por medio de estas palabras tu cuerpo vuelve a estar bien, toda enfermedad deja tu ser y toda dolencia se va sin volver)

Habiendo susurrado esas palabras una ligera brisa entro por la puerta llenando la habitación de un olor a durazno. Marianne comenzó a moverse lentamente y su respiración se volvió algo agitada.

CAOS  ★[En Edición]★Donde viven las historias. Descúbrelo ahora