★★★
N/A: Imagen de Alfred en multimedia.
La puerta comenzó a sonar muy fuerte, del otro lado se encontraba Thomas, quien tocaba repetidamente.
—Alfred levanta tu trasero de esa cama, nuestro padre nos está esperando para desayunar.
Alfred abrió pesadamente sus ojos para darse cuenta que ya había amanecido; salió de la cama con lentitud para después estirar sus músculos y dar un largo bostezo.
Sabía que era aún le quedaba algo de tiempo, así que decidió darse una ducha relámpago, y aunque su habitación se encontraba algo desordenada, sus libros regados en el piso, la ropa recién lavada fuera de su lugar, y su cama desatendida, opto por dejar todo así, necesitaba quitarse todo el sueño que traía encima y que mejor manera que con una ducha matutina.
Alfred se quitó la ropa y entro a la ducha sin siquiera probar la temperatura del agua, algo que lamentaría: pues en cuanto el líquido de la regadera toco su piel, pudo captar que no había agua caliente.Era octubre, la temperatura en el exterior aún no comenzaba a descender lo suficiente para causar frío, pero sin duda el agua se encontraba más fría de lo normal. Eso era culpa de su hermano, él y sus duchas de media hora.
Pasaron poco más de cinco minutos, en los que Alfred se esforzó en ignorar la temperatura del agua; salió vestido solamente con una toalla. Tomó su ropa, que consistía en un pantalón entallado negro con una camisa azul de corte en V, Converse rojos y un pequeño suéter negro.
Bajó a desayunar encontrándose con su padre hablando por teléfono, y a su hermano, quien comía lentamente mientras veía su celular. Tomó una taza para servirse un poco de café y un par de rebanadas de pan tostado con mermelada de fresa, no tenía mucha hambre en realidad.
—Ya era hora, pensé que tendría que subir a despertarte con un vaso de agua fría —dijo su hermano con sorna.
—Muy gracioso idiota, pero con la ducha fue más que suficiente, espero que te ahogues con tu desayuno.
Las miradas de odio mutuo típico de hermanos fue lo último que compartieron esa mañana. Minutos más tarde ambos subieron por sus cosas rápidamente, se les hacía tarde.
Una vez en el auto, su padre aceleró para poder dejar a Thomas en el colegio a tiempo.
Alfred no hizo más que ver por la ventana durante todo el trayecto, pues había peleado con su padre el fin de semana, todo por no dejarlo ir a un concierto en una ciudad a unos kilómetros de ahí.
No planeaba ir solo, Lucas era quien iba a conducir el auto; ante la negativa de su padre Alfred no tuvo de otra más que obedecer y quedarse en casa, dejando a su mejor amigo ir solo a ese concierto. Estaba de mal humor y se le notaba, era su banda favorita, ahorró mucho tiempo para poder comprar el boleto.
—Sé que estás molesto, pero entiende mi punto, —exclamó su padre sin despegar los ojos del camino— no puedo permitir que les pase algo, su madre no me lo perdonaría.
—¿Cómo sabes que me iba a pasar algo? —volteó a verlo con incredulidad— No puedes adivinar el futuro papá, además, solo era a una hora de aquí, Thomas ha viajado más lejos cuando va a sus partidos.
—Sí, pero tú hermano lo hizo en un autobús, con personas mayores y responsables. No en un auto que puede ir a 180 kilómetros por hora.
—¿Y Lucas no es responsable? —rebatió molesto el mayor de los hijos— Él sabe conducir muy bien.
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CAOS ★[En Edición]★
Fantasi¿Qué es la magia? Muchos dirán que es el poder que hay en todo el universo. Otros dirán que es solo Fantasía. Pero, tal vez la verdad está frente a tus ojos, solo falta que enfoques tu visión y te dejes llevar por el Caos que la magia trae consigo. ...