CAOS ★[En Edición]★

Capitulo 27

Alfred y Derek cenaron delicioso, el mayor se había encargado de contratar al mejor chef de la ciudad para ese día tan especial, además de pagar una fortuna por un servicio cinco estrellas.

Alfred comía gustoso lo todo lo que Derek le daba a probar, él era fan de la comida francesa, pero jamás había probado varios de los platillos que en aquella noche estaba degustando.

Estar con Derek le hacía feliz, no sabía cómo, pero sentía que su amor era tremendamente correspondido, era como si una fuerza enorme lo impulsará a estar junto al Vampiro.

— ¿Te gustó la comida? — preguntó Derek al ver cómo el menor lo miraba fijamente, no iba a negar que lo ponía algo nervioso ver esos hermosos ojos puestos fijamente en él.

— Si, estuvo deliciosa...

— Bueno es hora del postre — hizo una seña al mesero para que trajeran una tarta de fresas.

Alfred miro asombrado a Derek, no podría comer algo tan dulce, aunque se miraba deliciosa, las cosas dulces no eran lo suyo. Así que después de comer un poco Derek acerco su silla a Alfred y sonrió.

— Y por último mi regalo...

— No Derek, ya me has dado mucho, no es necesario que...

— No aceptaré un no por respuesta — dijo el mayor interrumpiendo al chico.

Le extendió una cajita, en su interior estaba una cadena con un dije de una llave con una hermosa piedra blanca.

— Es hermoso...

Derek sonrió con ternura al ver cómo Alfred tomaba aquel regalo y lo miraba con curiosidad.

— Además de ser bonito dentro tiene uno de los mejores regalos que puedo hacerte pequeño.

— ¿Dentro?

— Si, fue un encargo especial a una vieja amiga, mientras tú traigas puesto ese dije estarás a salvo.

Alfred no entendía muy bien a qué se refería Derek con todo eso, después intentaría preguntarle a Jackson por la verdadera naturaleza de su regalo.

— Muchísimas gracias Derek — Alfred abrazó al mayor.

— Bueno, ahora tenemos que irnos, hay un lugar al que te quiero llevar.

Se levantó de la silla y extendió la mano y ambos salieron de ahí algo apresurados, eran casi las diez de la noche.

— ¿A dónde me llevarás?

— Es una sorpresa, así que ponte la venda que está en la guantera. — señaló el Vampiro.

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Thomas y la pareja de tortolos seguían viendo su maratón de películas.

Era algo perturbador la dulzura que Samantha y Miguel desprendían, era como si el amor entre ellos se desbordara de sus corazones, aunque Thomas se alegraba por su amiga, no podía negar el hecho que verla así con un chico le daba ganas de vomitar, era como su hermana gemela, verla de esa forma le daba algo de "cosa".