cinco

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El corazón no dejaba de latir frenético dentro de mi pecho. Mis uñas eran atrapadas por mis dientes de manera que comenzaba a lastimarme y las ganas de llorar me agobiaban. Millones de escenarios fatalistas vinieron a mi cabeza y de pronto, sentí que estaba por estallar en un mar de lágrimas.

Jamás he sido buena sacando lo mejor de las situaciones, de hecho, era tan negativa que me daba lastima a mi misma. Pero no podía controlarlo, mucho menos cambiarlo. La vida me había transformando en una persona que solo esperaba lo peor de todas las personas, incluso si esta aparentaba ser una cosa totalmente diferente.

De repente, siento como el coche se detiene. Me doy media vuelta y abro mi boca a punto de replicar, pero siento entonces como unas manos apretan mis hombros. Miró a Jungkook atónita, el me mira fijo. No sonríe ni tampoco arruga la comisura de los ojos, es con ello que me doy cuenta que lo que sea que diga o haga, no es broma. No esta jugando conmigo.

--Deja de llorar.--ordena--estoy seguro que todo estará bien. 

Quiero gritarle, decirle que no sabe lo que es dejar al cuidado de alguien ajeno todos los días a un chiquillo que es lo único que hace que te aferres a la vida, pero muerdo el inerior de mi mejilla.

--Estamos a una manzana de tu casa.--informa--yo te dejaré ahí, luego sal y dime que todo está en orden así yo me largo.

Dicho eso, comienza a andar de nuevo. Parpadeó absorta en mis pensamientos, pensando en qué demonios acabo de suceder.

Limpio mis lagrimas y trato de respirar hondo. Esperaba de todo corazón que Jae siguiera ahí. Y si lo estaba realmente, no quería que me viera en este estado tan lastimero y angustiante de mi parte.

Apenas el auto estaciona, yo salgo corriendo hacia la casa. Abro la puerta con mis manos temblorosas y prendo todas las luces de la pequeña casa, en un intento descontrolado de darme un poco de tranquilidad.

--¡Jae!--grito su nombre, pero no oigo nada--¡JAE! ¿Donde estas cariño? ¡Estoy aquí?

Oigo un lloriqueo. Es entonces cuando mi cuerpo sale disparado de forma inconsciente hacia mi habitación y al armario desgastado donde sé que el suele esconderse cuando tiene miedo.

Abro ambas puertas de golpe y es entonces cuando lo veo. Acurrucado en una esquina, con sus cabeza entre sus piernas. Al ver la claridad entrar al pequeño cubículo alza la cabeza y entrecierra los ojos. Al verme, los abre y llora mas fuerte mientras busca mis brazos.

Yo lo tomo sin esperar dos segundos, abrazandolo como nunca y tratando de calmarlo, mientras lagrimas llenas de alivio salen de mis ojos.

--¡Tenía tanto miedo!--dice Jae, apretandome mas contra él--¡Ella se fue de repente y me dejó solo en esta casa tan fea!

--Ya, cariño. Ya pasó. Ella no volverá a esta casa, me aseguraré de ello.--digo tranquilizandolo.--solo debías prender la luz y los monstruos se irían. ¿No es así?

--Incluso con luz me dió miedo. Había muchos ruidos extraños y..

--Debieron ser los perros de los vecinos, Jae, no todos son monstruos.--lo tranquilizo algo angustiada, es entonces cuando su llanto comienza a bajar.

Una vez que lo calmo del todo, le digo a Jae que se quede viendo caricaturas mientras yo recuerdo que aún Jungkook esta esperando en su auto afuera. 

Corro rápidamente fuera de la casa y lo veo ahí, ya bajó de su auto y esta de brazos cruzados mirandome. No se ríe, sin embargo. Quizas por primera vez desde que lo conocí, lo veo serio... preocupado tal vez.

--Ya está todo en orden.--digo y suspiro, lo miro y sonrió levemente--de verdad, gracias Jungkook.

El no responde, si no que frunce el ceño.

STAY WITH ME | LizkookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora