FATUM SAGA - La Secta del Carnicero (2do Borrador)

CAPÍTULO 3 - Una cita con el destino

Siendo las 10:17 p.m., Chris se dirige a la dirección en la que fue citado esta mañana. Lleva conduciendo unos diez minutos luego de que salió de la tienda de comida rápida en donde se distrajo viendo un programa de canto llamado: El Cantante. Este programa suele grabarle un álbum al ganador de la temporada, en esta temporada la favorita del público es Valery Villalobos, una hermosa chica de ojos celestes y cabello plateado. Chris no sabe por qué, pero se ha vuelto tan fan de ella que descargó sus covers y no puede dejar de oírlos, incluso ahora en su auto viene oyéndolos, es una voz potente, algo gruñida, pero genera confianza y seguridad.

El GPS de su teléfono le indica que ha llegado a su destino. El chico notó que el único lugar disponible para aparcarse es en la vía del frente, así que busca donde dar vuelta en la calle y se estaciona donde lo tenía previsto. Al bajar del vehículo cree reconocer un vehículo rojo, deportivo, con techo descapotable.

― "Hilary" ― Se dice a sí mismo.

El lugar ocupaba toda una manzana. Chris no lo había notado mientras llegaba en su auto, pero todo el frente de la manzana estaba cercado y dejaba ver en el fondo aquella enorme casa o más bien mansión. Había oído que este lugar era el conservatorio Jules Gordon Gray, solo sabía que aquí estudiaban personas con mucho dinero, no por nada se hallaba en uno de los lugares más lujosos del centro de la ciudad.

El joven se acerca a la entrada de la residencia en donde había un guardia de seguridad vestido de traje y con un auricular en el oído, como si fuera el guardaespaldas de alguien importante, y algo nervioso le pregunta:

― "Disculpe, ¿esta es la 228 de Av. Ricardo Aguilar?"

― "¿Christopher Yrigoyen?"

― "Sí..."

― "El arzobispo Juan José lo está esperando en la mansión, por favor, siga el camino de frente hacia la puerta principal e identifíquese, lo anunciarán y llevarán con los otros postulantes. Recuerde, no se desvíe, preséntese y no se aparte del grupo en el que lo asignen. Le deseo suerte, señor, su padre estaría muy orgulloso".

Chris se sintió muy extrañado. Desde las indicaciones hasta el "... su padre estaría muy orgulloso" todo sonaba a que había algo muy extraño y que, aparentemente, lo conocían. El joven reconsidera si entrar o no a aquel lugar enorme, al que no le avisó a nadie que iría, ni a su madre, la cual estaba en du departamento de visita desde hace unos días. Chris da un paso hacia atrás y la mano del guardia impide que siga retrocediendo.

― "Señor Yrigoyen, continúe el camino como se lo indiqué. El arzobispo Juanjo lo espera y dijo que si usted dudaba en entrar le dijera lo siguiente: Si no lo haces ahora, no sabrás que pasó realmente hace siete años".

"Hace siete años". ― Piensa el chico.

Ese tiempo es importante para él debido a que, en ese punto, sufrió un grave accidente que lo hizo perder la memoria de forma parcial, dejando como secuela lagunas mentales que le impiden recordar ciertos eventos. Aquella fecha coincide con la muerte de su padre, evento del que su madre nunca quiere hablarle.

Chris respira y afirma con la cabeza. Ya no había vuelta atrás, el joven camina todo el trayecto hacía la puerta de la mansión pensando en que debería enviarle su ubicación a Rony o a su madre, pero al palpar sus bolsillos Chris nota que no trae consigo su teléfono y recuerda que se quedó en su automóvil, pues lo usó para poder llegar. Se resigna a la idea de que podría pasarle cualquier cosa allí adentro, sabe que no debe entrar, pero la curiosidad y la adrenalina lo impulsan a buscar respuestas.

Mientras se acerca a la casa siente una sensación de hambre nuevamente, se queda extrañado pues hace poco tiempo comió una hamburguesa, ignora la sensación y toca el timbre de la puerta principal.