Despacho del alcalde, Distrito Central - 06:55 p.m.
Por quinta vez aquel vaso de whisky era llenado por encima de la mitad y llegaba casi al borde por los tres hielos que se le adicionó. El alcalde ya estaba algo ebrio, pero en unos segundos se bebió todo el líquido helado del vaso.
Rafael Elífeo de la Fuente, el reelecto alcalde de la región, había caído en el alcoholismo nuevamente tras la reciente desaparición de su hija Beatriz.
– "La señorita Beatriz Elífeo, la hija del alcalde, lleva cinco días desaparecida. La policía está realizando innumerables esfuerzos para hallar a la joven, pero hasta la fecha no hay respuesta. No se tiene mucha información, pero se cree que es un secuestro por ajust...".
Rafael apaga la televisión. Está harto de oírlos burlarse de su desgracia. Sabe que muchos periodistas no son amantes de su desempeño en la gestión. Por ello, ha evitado dar entrevistas. En este momento se siente débil y una palabra mal dicha podría acabar con su reputación, su carrera política e incluso con su moral.
El hombre se levanta de su escritorio. Se tambalea un poco, hace mucho que no bebía alcohol. Le resulta difícil, pero lo logra, camina hasta aquel espejo de cuerpo completo que tiene al lado izquierdo de su oficina y se mira en él. No puede sentir más que desprecio y odio por sí mismo. Era su responsabilidad, él debió cuidar de su hija, debió prestarle mayor atención, debió darle más cariño, no debió permitir que la niña sea el conejillo de indias de ese grupo de maniacos que lo llevaron al poder, de seguro que ellos están tras su desaparición. De ser así, está seguro que nunca más verá a su hija.
TOC, TOC, TOC – Suena la puerta del despacho.
– "¡No estoy disponible para nadie, lárguense!" – Grita ofuscado el alcalde.
Al parecer, los gritos del mandatario son ignorados, pues la puerta es tocada con mayor fuerza e insistencia. El alcalde se acerca a la puerta furioso y la abre con intención de mandar al diablo a quien está molestando su momento de intimidad. Abre la puerta con violencia y listo para pegar el mayor grito de su vida, pero en ese momento se da cuenta que el pasillo está vacío. No hay absolutamente nadie allí. Rafael queda confundido, pero no quiere pensar más en lo raro de la situación, prefiere sumirse en el alcohol y lamentarse por lo sucedido, es esa clase de hombre.
Cierra su puerta y la asegura. Cuando se da vuelta una luz esplendorosa lo ciega y la visión delante de él lo aterra. Habían pasado muchísimos años desde que no veía a esa figura espelúznate, pero a la vez magnífica y excelsa. Rafael cae de rodillas por una fuerte presión gravitatoria y sus manos y brazos extendidos hacen que quede a cuatro patas, como un perro, de no estar en esa posición seguro que estaría tendido en el piso, completamente inutilizado.
– "Veo que sigues siendo un hombre fuerte pese a estar viejo y acabado".
– "¿Qué haces aquí? No deberías estar aquí".
– "Yo no, pero ella sí. Ella debía estar bajo tu cuidado Rafael, era tu única misión. Cuidar de nuestro querubín, pero ¿qué hiciste? la perdiste. Inepto, siento asco de ti y de tu falsa humanidad. Mírate, ebrio, desaliñado, llorando por una nefilim, incumpliendo con tu misión de ángel. Das lástima, hermano".
– "Ella no solo es un producto de nuestro padre. Ella es mi hija y se convertirá en un querubín, tenle respeto".
– "No seas patético. Puede que estés en ese sucio cuerpo humano hace varios años, pero sé que también sentiste el momento en que su brío celestial se apagó y fue contaminada por magia demoniaca. Ella está muerta o mejor dicho ya fue forjada. Te mostraré lo que mi trono vio".
Este ser excelso extiende la palma de su mano y aprieta con fuerza la cara de Rafael a la altura de sus ojos.
En ese momento le mostró como Beatriz fue llevada por Dante a la zona industrial a las afueras de la ciudad, como ingresaban a una bodega abandonada, como es que había un grupo de hombres y mujeres bastante pálidos; otros estaban encapuchados, no se les veía el rostro; en el grupo había hombres con aspecto de bestias. Beatriz se asusta un poco, pero Dante le pide que se calme, que todo estará bien. Beatriz accede y continúa en ese momento Dante es sujetado por tres de los hombres pálidos y bien vestidos y Beatriz es sujetada por algunas de las mujeres pálidas, la chica grita y Dante pelea para ayudarla, pero es imposible. Un encapuchado saca una daga larga y ondulada y corta el cuello de la jovencita. La sangre sale disparada hacia Dante quien es golpeado en la nuca, para acto seguido, quedar inconsciente.
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FATUM SAGA - La Secta del Carnicero (2do Borrador)
Misterio / SuspensoLa desaparición de dos jóvenes de familias influyentes es el inicio para que la ordinaria vida de Christopher se vea alterada. Junto a la chica de sus sueños, Hilary, se sumergirán en un mundo caótico, oscuro y violento que no hará más que demostrar...