Mi sol (MiriTama Omegaverse Que Termino En Remmytama)

CAP 16 Juego mental

Les juro que ahora mismo el tiempo se me está pasando como si estuviera en el bosque xd ya casi pasa otra semana y yo pensando que actualice ayer. Mi cabeza está re alterada lol.
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44 días habían pasado si que su mente ni siquiera lo notará, pero nada engaña al cuerpo, a pesar de que estuvieron relativamente bien y vivos ahí dentro gracias a que el bosque se las arreglo para hacerlos "inmortales" la falta de comida y alimento los hizo entrar en shock poco después de entrar, había sido como una muerte repentina por deshidratación, inanición y cansancio que jamás sintieron, estaban "bien", a sus cuerpos solo les faltaba algo de alimento y agua, como si se rebajaran al límite entre sentirse bien y empezar a mostrar síntomas, pero ese desmayo fue la mezcla de lo que les hubiera pasado sin comer, beber ni descansar en mucho menos que el tiempo que llevaban todos son que tuvieran un problema en realidad, Tamaki había despertado relativamente rápido, otros estarían en ese extraño coma por mucho más tiempo.

Después de que lo dieron de alta Taishiro se encargo de llevarlo a él y su gato a casa, un lugar que había dejado abandonado por mucho más que una tarde.

-Antes de que entres... Tengo que preguntar de nuevo ¿Seguro que no quieres pasar unos días en mi casa? - Taishiro se veía nervioso, muy preocupado en realidad, se había parado justo enfrente de la entrada de la casa bloqueando el paso.

-Mm si, al parecer no eh estado aquí en mucho tiempo, quiero regresar - dijo el moreno con una débil sonrisa en el rostro, era normal que siempre intentará protegerlo, pero quizá solo estaba exagerando, para el fue mucho más tiempo que para tamaki, comparando un día con un parpadeo -Te llamaré si necesito algo ¿Si? - el rubio puso un gesto de inconformidad pero se quitó de la puerta dejando que la abriera de una vez, un ligero aroma a humedad invadió su nariz, parecía que nadie había vivido ahí por un largo tiempo, el suelo ya no brillaba, tenía un color opaco por el polvo, al igual que el vidrio de algunos cuadros que habían colgados, no se notaba mucho, solo lo suficiente para saber que estaba sucio, nadie vivió ahí.

-Entonces...Hay espacio en mi casa, hasta podríamos contruir un rascador para tu gato -

-Estoy bien, no se preocupe por favor - el chico se despidió y espero a que Taishiro se marchara para cerrar la puerta tras de si y averiguar que había pasado con su lugar seguro en su ausencia, caminaba por los cortos pasillos, observando cada detalle, hace tan solo un día que todo era normal y ahora había cambiado, las cosas de Nejire y Mirio habían desaparecido por completo, todo estaba ordenado, como cuando solía vivir solo, ni su ropa, ni las libretas escolares ni sus pertenencias personales, las pequeñas macetas sobre las ventanas ya no tenían vida en ellas, las flores que crecían en ellas habían muerto hace mucho, realmente se habían marchado.

-Supongo que ya no hace falta pedirles que se vayan... - el gato a su lado se volvió humano, miraba a su alrededor, un lugar podía cambiar mucho en poco tiempo.

-Supongo que no, dejaron las llaves colgadas - dijo remmy señalando la pequeña pieza de madera en forma de sol, colgada sobre la pared en la entrada donde colgaban 2 juegos de llaves -Este lugar se ve horrible - se marchó por un momento a la cocina, Tamaki había olvidado casi por completo que el sabía bien como era su casa.

-¿Que haces?- preguntó algo triste, de nuevo no había nada esperando su regreso en casa.

-Limpio, te vas a sentir peor con tanta mugre, es tu lugar y tú lugar se ve triste y maltratado, da pena, jamás te vas a sentir mejor así - limpiaba las superficies con un trapo, aunque era poco el polvo se acumulaba en pequeños montones.

-Gracias... -

Los 2 estaban limpiando el lugar, casi en silencio, no por que Tamaki fuera tímido sino porque el otro evadía cada pregunta que hacía por no decir que ni siquiera respondía, Remmy sabía que no tenía que estar ahí, había dejado que su locura tomara el control de su vida otra vez y se había metido de improvisto en la de Tamaki, estaba bien mientras todo era desconocido pero todo cambio en cuando entendió que de hecho había vuelto a hacerle daño a alguien y empeoró en el momento en que pereció que Tamaki no quería que se fuera, un efecto desconocido que tenía en la gente, solía agradar de alguna manera a pesar de la manera tan tóxica en la que se comportaba, era la mía historia en todas las ocasiones, conocía a alguien ya fuera por qué se acercarán o que el se interesará en alguien, se conocían, todo se volvia tóxico y de repente había otra persona a la que tenía que abandonar por el propio bien de ellos, como si fuera una especie de buena persona, encantadora y amigable que terminaba cayendo en la agresión y toxicidad, haciendo que de alguna manera no quisieran separarse de él, creyendo de alguna manera que sigue siendo la buena persona que realmente no es. Durante toda esa tarde de descanso se encargo de alejarse, tratando de estar siempre en el lugar más lejano de dónde Tamaki estuviera, quería irse, pero aún tenía cosas pendientes que tenían mucho que ver con la razón por la que estaba ahí en ese momento, el trato que hizo con Mirio el día que lo obligó a vivir como un gato y un sirviente a la vez, había salido de una prisión para entrar a otra, pero no importaba, si vida en general no tenía sentido, lo único que tenía que hacer era obedecer, obedecer y no dirigirle la palabra a nadie de no ser necesario, aislarse de todos los que no fueran su misión y por ende dejar solo a Tamaki con su vida y sus asuntos, el camaleón pensaba en todo eso mientras miraba por la ventana de la sala el atardecer entre los edificios, la luz roja que reflejaba en cada cristal y el sonido casual de los pasos del moreno recorriendo la casa y tratando de llamar su atención, se había sentado en el sillón a leer algo que no pudo diferenciar, tendría que voltear para leer el título de la portada y era algo que se prohibió hacer, saco su teléfono y fotografió los edificios que habían cambiado casi por completo su color a naranja rojizo y cuando no pudo ignorar el tarareo del moreno a pocos metros de distancia se dispuso a irse a la habitación pero eso era algo que no le permitirían hacer, Tamaki ya estaba arto de verlo irse cada vez que llegaba.