Mi sol (MiriTama Omegaverse Que Termino En Remmytama)

CAP 15 El paso del tiempo

Continuaron vagando por el bosque por tanto tiempo que le parecieron días, aún así no sentían ni hambre ni sed, más bien solo estaban irritados por estar perdidos, tanto así que tamaki prefirió empezar a conocer a las chicas que estaban con ellos, pero casi sin dirigirle la palabra a remmy, aún estaba algo resentido, solo tenía que hacer la primera pregunta y dejarlas hablar.

—Soy Cristiane— una chica al fondo de cabello oscuro levanto la mano sin ganas de decir una palabra más.

—Ammm me llamo Joy, crecí en una granja, cuidando animales... Arando el campo... Tengo 3 hermanas una de ellas también está aquí con nosotros — la pelirroja señaló a la chica tímida del grupo, de cabello castaño — Y vinimos a estudiar aqui, aunque claro no contábamos con una excursión al bosque — Remmy seguia caminando en 4 patas por ahí, mirando el suelo el suelo y subiendo a los árboles de vez en cuando, parecía no estar poniendo atención a nada de lo que se estaba diciendo y aún así tamaki estaba más atento de ver por dónde se fue que a las historias en si.

—Am... Soy la hermana de Joy...— una corta presentación que no decía nada nuevo, la hermana la respaldo.

—Se llama Mary— la chica rubia del fondo salió corriendo al frente del grupo.

—Hola hola soy Katherine y me gustaría saber ¿quién de ustedes me haría el favor de hacerme un hijo?— chica extrovertida de un humor bastante curioso, todos la miraron raro, incluyendo al camaleón que supuestamente no ponía atención.

—Ammm... — Tamaki se había puesto nervioso ¿Sería que la vida lo dejaría perdido con una ninfómana?

—Lo que quiere decir! Es que el no puede hacerle hijos a nadie, se los hacen a el — la rubia hizo un puchero, descartando por completo a tamaki de su lista de emparejamientos, en cambio fue a perseguir a remmy, interrumpiendo su vigilancia al tocar deliberadamente su cola y a punto de acariciar sus espinas.

—¿Y tu si? — el camaleón se emputo enseguida, la tiro al suelo y le gruño, aunque la mujer hizo lo mismo y lo encaro, no sería ninguna sumisa con ellos, al ver la tensión que se estaba formando detrás se metió entre ambos, dándole la espalda a la chica, ciertamente el camaleón era más peligroso que ella.

—Si no quieren ver cadáveres aquí será mejor que dejen mi cola en paz — Tamaki estaba algo ofendido, ante la ironía de sus palabras.

—Osea que ¿tú si puedes manosear a todos pero no pueden tocarte a ti? —

—Es diferente — Remmy ya tenía planeado marcharse, pero todos parecían querer pelear.

—¿Por que es diferente? — Tamaki se paró frente a el cortándole el paso, de repente se le había quitado lo pacífico y lo único que hizo el otro fue enseñarle uno de los brazos, subiendo la manga de su sudadera.

—¿Quieres ver por qué no debes tocar las espinas? — dejo su brazo estirado hacia el frente y paso su cola debajo de el lentamente, apenas  rozando su piel y la sangre escurrió casi enseguida, con nada de fuerza había logrado cortar su piel en una superficie innecesariamente larga — No son suaves — como si no hubiera pasado nada, volvió a bajar su manga y subio al árbol a seguir observando.

—Uy un emo, no quiero eso en mis genes — la mujer ignoro por completo la advertencia y se fue al lado de las otras chicas.

—¿Necesitas ayuda con eso? — tamaki señaló su brazo, le sorprendía un poco la facilidad con la que se había auto inflingido una herida, las personas normales no hacían eso.

—Estoy bien— lo ignoro lo mejor que pudo, ya no quería ser interrumpido.

—Baja ahora Min-Ki! —el moreno se paró firme y señaló el suelo con un rostro desafiante, como una mamá cuando sabes que ese podría ser tu último respiro, el verdadero conteo del 3 al 1,  las chicas comenzaron a reírse por el curioso nombre por el cual había sido llamado, el otro dio un último vistazo a su al rededor antes de bajar del árbol como regañado, la parte de abajo de la manga se sentía mojada, no podía verse la sangre en la tela negra pero si sentirse, además estaba presente el fuerte olor al hierro que hay en la sangre — No debiste hacerlo — levantó su manga, la sangre  ya casi no brotaba, entonces Tamaki saco un pañuelo del bolsillo de su chamarra y lo amarró en la muñeca de "Min-Ki".