5. Caras largas.

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(Cancion del capítulo: Still Don't Know My Name, Labrinth)

"Te beso en mi imaginación."

—— ☆ ——

[Peter]

Cuando la fiesta hubo acabado, todos se marcharon, era aproximadamente la una de la mañana, pero la gente no parecía tener ápice de sueño, al igual que yo. Todos tomaron por caminos separados (quizá a otras fiestas u otras camas), excepto Liz y yo, y el señor Stark y la rubia misteriosa.
Los miré, iban tomados de las manos, como si fuesen novios de muchísimos años que están a punto de comprometerse después de superar muchos obstáculos, me pareció ridículo verlos tan cariñosos, obviamente cuando el señor Stark se aburriese de ella la dejaría. Solo era una aventura más de la cual, tarde o temprano, el señor Stark iba a abrumarse, rompiéndole el corazón a la chica como si de un vidrio frágil se tratase.
Era la verdad, a veces la verdad dolía.

—Aún no te crees que Tony Stark esté en tu casa, ¿cierto? —preguntó Liz, al verme tan abstracto y dedicado mientras miraba al hombre marcharse con su amante pasajera.

Me sobresaltó, pues no lo esperaba para nada, reí culposamente y recapitulé la pregunta en mi cabeza para formular una respuesta coherente.
—Sí, es difícil de asimilar —le dije mientras mi cabeza trataba de ponerse en riguroso orden.

—¿Vamos a tu casa? —me preguntó ella, con una sonrisa impoluta, pero, habiendo en ella pizcas de erotismo impregnadas.

Me sentía extraño, por alguna razón quería que el señor Stark no se fuera a quien sabe donde, con quien sabe quién.
Quería tener sexo con Liz, pues esa noche no solo él lo tendría, quizá me lo merecía.

—Vamos —dije, poniéndome de pie y jalándola para que se diese prisa, pues, por alguna razón inentendible, me estaba excitando, quizá era la extensa euforia que me recorría el cuerpo.

Parecía mentira que hubiese perdido mi virginidad con Liz, parecía como si hubiesen pasado muchísimos años, cuando en realidad solo había pasado un año y cinco meses en los cuales habíamos iniciado aquello que solíamos llamar relación. La cual se resumía en sexo ocasional y besos de vez en cuando.
Ella siempre trataba de ser más cercana a mi emocional y afectivamente pero yo no podía hacerlo, no podía demostrar mis sentimientos con caricias y palabras lindas, me era ciertamente imposible. Y lo intentaba con vigor regularmente, pero era como intentar introducir un huevo en una botella de cuello muy reducido.
La verdad, si en mis manos estuviese, yo la amaría de verdad, pues ella, al parecer me quería, pero no podía hacerlo.

Esa noche iba a intentarlo.

La tomé de la mano, una mano suave, de mujer delicada y fuerte. Quise transmitirle algo, un sentimiento, lo que fuese, y así sentir algo yo también, pero me fue imposible. Solo sentía su mano en la mía, y nada más.
Seguimos caminando, ambos sabiendo que al llegar a mi habitación tendríamos sexo, el mismo sexo de siempre.

—¿Estás bien? Casi no has hablado —me preguntó Liz.

Reí, parecía que ser callado era mi pasatiempo favorito.
—Casi nunca hablo —aseguré tratando de que le restara importancia.

—Lo sé, pero hoy has sobrepasado los límites, los cuales parecían insuperables —bromeó ella con tono dulce, con calma. Me apretó la mano suavemente—. ¿Pasa algo con MJ, en tu casa, o quizá con tu inquilino?

One Month. (Starker)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora