17. La aflicción de un adiós.

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(Canción del capítulo: Sign Of The Times, Harry Styles)

"Solo deja de llorar."

—— ☆ ——

[Tony]

Las buenas cosas y los buenos momentos tenían algo en común, nunca duraban lo que deberían durar.

Sin que ninguno de los dos nos percataramos, la semana se nos había ido como agua entre nuestras manos, se nos había escapado como un vil y rápido insecto.

No quería irme, no quería dejarlo, no quería regresar. Pero debía hacerlo.
Era un adulto, ¿no?

Además ya había tenido lo que quería: un mes de descanso que resultó mucho más interesante de lo que jamás creí. Sin duda agradecía al destino por haber puesto a Peter en mi camino.

Estuve celoso de un niño, me enamoré de él y lo hice mío en muchas ocasiones. Era un cínico, un maldito cínico enamorado.

Debía marcharme, tenía que hacerlo, Pepper, la empresa y los vengadores me necesitaban, tenía que ser responsable, pues ya me había negado a volver antes solo para compartir esa ultima semana con Peter.

Me odiaba, pues había dejado que mi mente me manipulara, y ahora estaba cien por ciento seguro que Peter iba a sufrir mi estúpida despedida. ¿Qué se supone que debía hacer?

¿Fallarle a Pepper y a los vengadores o a Peter y su notable amor por mí?

No podía decidir, podía decirle que viniese conmigo pero sabía que no lo haría, que no podría solo llevármelo sin que sus padres no notasen que había algo muy íntimo entre nosotros. Además, la prensa y los noticieros iban a hacerlo papilla. No quería eso para él ni mucho menos para mí, no quería verlo sufrir, al menos al dejarlo jamás tendría que verlo sufriendo. Eso tenía que ser, después de tanta mierda, algo bueno.

Su cuerpo yacía al lado del mío, estaba de espaldas, admiraba su piel blanca y la gracia con la que sus pulmones inhalaban aire puro; el cual entraba con osadía de la ventana de la habitación.
Podía escuchar el cantar de las aves y las olas golpear contra sí mismas una y otra vez.
Iba a extrañar eso, pero sin duda alguna lo iba a extrañar a él como nunca, sus besos, su aroma, sus momentos y definitivamente iba a echar de menos sus dedos acariciando mi piel de manera tierna.

Bajé mi vista hasta su redondo y suave trasero, el niño era el más lindo del mundo y se lo iba a recalcar antes de marcharme. Tenía qué hacerlo.
El solo hecho de pensarlo me dieron ganas de tomarlo en mis brazos y correr a otra lado, lejos de allí y lejos de Nueva York, en un lugar en donde solo pudiéramos ser ambos y vivir una vida de fugitivos. Un amor cómplice y sin barreras.

Me burlé de mi estupidez de pensamiento y pasé mis dedos con toda la suavidad que pude por su espalda, se movió y me maldije por tocarlo y despertarlo, así el tiempo pasaría más rápido, así me iría más pronto de su lado.

Lo arullé como se arrulla a un bebé, tratando de hacer que volviera a dormir, pero eso fue imposible porque se giró hacia mi rápidamente y se enlazó conmigo, pasando su mano por mi torso y acercándose a mi cuerpo sin ningún titubeo o temor.
Se sentía como la mierda que fuera así conmigo, iba a romper a Peter, me merecía el infierno, lo abracé también como si con ello lo prepararía para lo que vendría después.

One Month. (Starker)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora