2. Sería un placer.

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[Peter]

"Sería un placer."

Me sentía más nervioso que antes, en la comida, el señor Stark, quién noté era más amigable de lo que las revistas solían decir, nos anunció que quería conocer mejor la playa y darse un buen chapuzón, inmediatamente mi madre, lengua larga, le dijo que yo, sin ningún problema, le daría un recorrido y que iría con él para que no se perdiera, claro, si él quería, añadió. ¡Era Tony Stark, jamás iba a necesitarme en su vida!

El señor Stark sonrió de manera calmada y sofisticada y agregó un: "Sería un placer."

Tenía dos teorías, una más creíble que la otra.
Una, lo dijo solo para no ser grosero con el ofrecimiento de mi madre, o dos, porque en realidad sería un placer para él que yo, Peter don nadie Parker, lo acompañase. Pero era una locura. Lo más loco que me había pasado desde que tenía memoria.

Pero, en ese caso, el placer sería mío. Era Tony Stark. Yo era un gran fan.

Me miré otra vez en el espejo, me pregunté si sería buena idea lucir un atuendo diferente al de la mañana pero descarté la idea de cambiarme de inmediato. Mi aspecto veraniego era el indicado para una salida. Estaba sudando y sabía que no era por los fuertes y abrasadores rayos de sol. Era por Tony Stark, que estaba a menos de doce metros de mí en ese mismo momento.

Jamás creí estar así de cerca de alguien como él.

Traté de meter mi temor a la cama, arroparlo y mimarlo, para que al salir se quedase allí dormido y encerrado y no tuviese ninguna posibilidad de arruinar quizá el momento mas importante de mi vida. No sabía porqué pero sentía que sería importante. Ah si ya recordé, iba con Tony Stark. Probablemente sería lo más importante que haría en toda mi vida.
Por un momento, la opción de retractarme al ofrecimiento que yo no di, pareció muy tentadora, fingir un dolor estomacal parecía interesante, pero segundos después me convencí a mi mismo a salir determinado y seguro.

—— ☆ ——

—Es un lugar increíble —inició el señor Stark con facilidad, admiraba su manera tan desenvuelta de socializar.

Mi temor no quiso quedarse en mi alcoba, pero no sabía con exactitud que era lo que me causaba ese latente temor, él o la idea de no agradarle. Quizás ambas.
Tengo que hablar y la idea de ser horriblemente seco a la hora de hacerlo con él me preocupaba. No sabía qué debía decir y no había o era conocedor de un tema el cual pudiesemos explotar y hablar de ello por el resto del camino.
La playa estaba ciertamente cerca, pero él quería dar un paseo por los alrededores, el sol era fuerte y el agradable olor a colonia masculina que su cuerpo soltaba me estaba gustando.

Íbamos muy cerca, casi chocaban nuestros hombros. Y había tensión entre los dos, no quería hablar, pues no quería decir algo que le desagradase, no quería quedar como un tonto frente a alguien como él.

—Lo es —combiné, no quería tener algún desacuerdo con alguien de su calaña. Además de que era totalmente cierto, era un lugar hermoso, aunque en el momento no lo pensé.

—¿Eres así de taciturno siempre? —preguntó con sorna y diversión, entonces me maldije por no leer más libros o llevar un diccionario en mi bolsillo, tal vez así sabría que significaba lo que me había dicho. Me sentía cohibido. Cómo un tierno cordero conviviendo con un violento León.

One Month. (Starker)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora