12. Consumación

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Capítulo R+

Nota: Si hay algo que te hiera la moral, recuerda, lees porque te gusta. Checa la etiqueta del capítulo.
Además ¿Leíste las parejas? sobre aviso no hay engaño.

¡Bueno y después de esto  a leer!

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(***)

—Te deseo, ahora.

Las palabras de Norma hicieron que el corazón de Juan saltara. Su mujer estaba con él y le había enseñado los papeles del divorcio, donde salía la firma de Fernando como de la misma Norma.  También le había dicho que estaba bien con él.  Que su hermana le había hecho ver que era una tonta por no estar con el hombre que amaba y su hijo. Así que desde ese día, bueno que el día de mañana se mudará con él.

—No sabes cuanto espere porque te decidieras, mujer.

—Lo sé. Pero no sabía que hacer con mi vida, era todo un caos. Además, ahora que Sara anda viendo lo de la hacienda y también buscando una relación con alguien. —. Juan no opino en nada a la vida de la mayor de las Elizondo, gracias a la mujer de carácter fuerte él había tenido a su hijo varios días y muchas fotos.

Además, Norma se refugiaba en sus brazos, era lo único importante. Y su pequeña estatura hacía de ella una perfecta muñequita a los ojos de Juan.

—Tu hermana sabe cuidarse muy bien.

—Lo sé. —Norma negó y sonrió—. Ahora solo quiero estar contigo.

Y eso hizo, Juan. La tomo en sus brazos y la llevo hasta su cama.
Ellos estaban en la habitación de él,  así que la levantó en sus brazos  y ya recostada entre sus sábanas blancas de algodón la hizo suya, porque Juan era hombre con ansias de más. Con ganas de llenar el vacío que la misma mujer le dejo hace meses. Porque Juan estaba hambriento de amor, hambriento de pasión, y necesitado de caricias por las pequeñas manos de su mujer.

—Mujer, mi mujer.

—Así es, Juan. Soy tuya.

Las mantas de la cama eran un solo enredo mientras los cuerpos en ella estaban en movimiento. Las caricias y los besos dados con pasión y nostalgia, hacían hervir la sangre del hombre que con todo su corazón le hacía el amor a su mujer.   

(***)

Jimena tenía una noche llena de ideas. Hace días había hablado con Leandro, él cual solo le dijo que ya no podía ayudarle  a seguir con sus locuras.  Ya que le había contado las ideas para la noche de modas, el cual negó tajantemente. 

—No harás nada raro aquí. ¡Es mi santuario!

¡Ja! Si como no. Jimena sabía que Leandro sentía algo por uno de los Reyes, y para su mala suerte, la misma Sara le dijo que ella pensaba que Leandro estaba enamorado de Óscar. Ella rio, por supuesto.  Pero, viendo las últimas semanas,  algo locas para todos. Comprobó lo dicho por Sara.

Como sí ver a todos atrás de su esposo, no fuera algo malo. Jimena sabía que su esposo era un hombre que apreciaba lo hermoso y lo elegante.  Tenía una carrera a medio término de la universidad.  Y hablando con Quintina,  en aquella época que se fue a vivir con Óscar. Se enteró de un romance con un chico. Eso no le molesto, es más en ese momento se sintió bien, se había casado con un hombre que la elijo a ella, entre tantos prospectos. Que la amo y miro por encima de todos aquellos que a los ojos de Oscar podían ser guapos o elegantes.

Pasión ProhibidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora