11 •Sugawara Kōshi.

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La última hora del día por fin llegó, recordándome que ese infierno terminaría pronto. Respiré hondo cuando sonó por última vez el timbre, y me eché la mochila al hombro acercándome a Kaori.

-¿Oh? ¿Qué haces con la mochila ____-chan? ¿No vienes a comer?- Me preguntó.

-No, hoy no. No me siento muy bien, me bajó ayer la regla y tengo un dolor insoportable, así que me voy a casa a comer.- Murmuré.

-Mh, vale. Tómate un calmante y descansa esta tarde, yo te cubro.- Aseguró guiñándome un ojo.

-Gracias, te veo ya mañana, ¡te quiero!- La dije ya saliendo del aula.

-¡Y yo!- La escuché gritar, pero su voz se perdió rápidamente debido a la distancia que nos separaba.

-Narra el narrador.-

Otras dos jóvenes entraron al aula y se acercaron a Kaori, sosteniendo entre sus manos sus bentos.

-Ey Kaori, ¿y ____-chan?-

-Oh Naomi, no os vi entrar. ____-vhan dijo que la dolía el estómago así que se fue a casa esta vez.- Habló mientras salían del aula.

-Osea que está con la regla.- Resumió la tercera chica que aún no había hablado, estrujando un batido para beberlo.

-Basicamente, sí. Tú siempre tan directa Mei.- La nombrada negó con la cabeza consiguiendo que su corto y liso pelo se sacudiera alrededor de su rostro.

Se sentaron a la sombra de un gran árbol como siempre, aunque esta vez sobraba un hueco. Comentaban cosas del día que habían pasado, se quejaban de profesores o intentaban adivinar a donde irían las personas que salían del recinto ahora que el día había terminado.

Los pocos que se quedaban era porque tenían que asistir a algún club o equipo, o porque comían junto a sus compañeros para pasar algo de tiempo juntos.

Ya habían terminado de comer y ahora disfrutaban del sol sobre su piel cuando un joven de pelo grisáceo y sonrisa resplandeciente se detuvo ante ellas.

-¡Sugawara, hola!- Le saludó Naomi.

-¿Necesitas algo?- Le preguntó seguidamente Kaori.

-Hola chicas, ¿no sabréis dónde está ____? Llevo un rato buscándola.- Habló el joven llevándose una mano a la nuca.

-Está con la regla y se ha ido a casa.- Le respondió Mei, y Sugawara sonrió ante su honestidad.

-Oye Sugawara... ¿No tendréis hoy entrenamiento de casualidad?- Intervino ahora Kaori de nuevo, intentando parecer desinteresada. -Igual me paso luego a ver a Daichi.-

-No, hoy no entrenamos. Estas de suerte Kaori, estoy seguro de que Daichi estará encantado de verte.- Habló irónicamente el peligris.

No tardó en despedirse de las jóvenes, que siempre le recordaban a su equipo: Naomi a Asahi, Kaori a Tanaka o a Nishinoya, y Mei a Tsukishima, aunque su físico era exactamente igual al de Kageyama.

* * *

Después de llegar a casa y comer, me encerré en mi cuarto con las persianas prácticamente bajadas, un bote de yogur en mano y una manta por encima a la vez que me ponía una película. Había pasado fácilmente una hora, cuando pude escuchar cómo la puerta de entrada se abría y mi padre saludaba a alguien.

Me sorprendió un poco, ya que mi madre no llegaba a casa del trabajo hasta casi la hora de la cena, pero no le tomé real importancia. Al menos, hasta que llamaron a mi puerta, lo cual era raro ya que mis padres nunca llamaban.

One-shoots | HaikyuuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora