21 •Oikawa Tōru.

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(Indicios de smut/+18 pero nada específico. Los personajes son mayores de edad aunque se especifica más adelante.)

-¿Estás segura? ¿Completamente segura?- Quiso cerciorarse apenas tocándome.

-Sí, lo estoy.- Repetí por lo que sentí que era la décima vez, sujetando su rostro entre mis manos suavemente.

-Si dudas o si quieres parar avísame. No tiene por qué ser esta vez, princesa, ya lo sabes.- El corazón me latía tan fuerte que temí que él lo oyera.

-Lo sé Tōru.- Habíamos tenido esa conversación más veces, pero algo en mí quería pensar que por fin sería la última.

Acerqué su semblante al mío haciendo que doblara un poco los brazos para llegar a mi altura, y así conseguir besarle para intentar disipar sus preocupaciones.

Estábamos tumbados en la cama de su apartamento vacío, solo nosotros dos ahí. Su camiseta había caído hacía tiempo al suelo, ahora perdida por la oscuridad, y la mía se había empezado a subir peligrosamente, dejándome el estómago al descubierto.

Tampoco era eso un problema, teníamos 20 los dos y un poco de piel al descubierto ya no nos avergonzaba. Menos incluso cuando llevábamos prácticamente tres años saliendo juntos.

Sus labios se pegaron a los míos con dulzura, un beso corto del que se separó rápido, sus ojos brillando con los destellos de la escasa luz que alumbraba la habitación. Las yemas de sus dedos tocaron la piel de mi cintura con cuidado, agarrándola al ver que yo no daba una respuesta negativa.

Después sus labios volvieron a estar sobre los míos, dominantes, hambrientos. Le devolví el beso, no era el único que sabía jugar a ese juego, mientras enredaba una mano en su pelo y acariciaba un poco su espalda.

Gruñó contra mi boca y sus manos encontraron con sorprendente facilidad el bajo de mi camiseta. Se separó un segundo de mis labios para mirarme y recuperar la respiración, antes de preguntar:

-¿Puedo quitarla?- Como si fuera la primera vez, aunque no lo era.

Yo asentí mordiéndome el labio para no sonreír, aunque Oikawa ni siquiera intentó reprimir la suya cuando lo único que tapó mi torso fue el sujetador.

-Preciosa como siempre.- Me alabó relamiéndose los labios, y antes de que a mí me diera tiempo de incorporarme ya volvía a tener su boca en la mía.

Compartíamos pequeños besos entre risas y suspiros, con sus manos acariciando de arriba a abajo mis costados, produciéndome escalofríos de vez en cuando.

Pero entonces separó sus labios de los míos, dejando cortos besos por mi mandíbula o cuello, sin llegar a dejar ningún mordisco o marca todavía. Rara vez lo hacía.

Mi respiración se aceleró un poco cuando llegó a mi clavícula, pero dejé escapar un rasgado suspiro que me calmó un poco. Deslicé una mano por la curva de su bíceps dejando un pequeño rastro rosado con las uñas, pero dejé la otra entre su cabello ya que me ayudaba a centrarme en otra cosa.

Pasó mi clavícula, siguiendo con su camino de pequeños besos por mi esternón, evitando por el momento mi pecho y siguiendo por la parte alta de mis costillas y estómago.

-Toru...- Le llamé casi inconscientemente y él levantó el rostro al instante, sus ojos escaneando mis rasgos hasta que yo negué con la cabeza. -Nada, nada perdón.-

No separó su mirada de la mía, y hasta que yo asentí y le acaricié la mejilla no volvió a su tarea de cubrir prácticamente todo mi cuerpo con sus besos.

Mi corazón se saltó un latido cuando llegó al límite de mis pantalones, pero me preguntó prudentemente como siempre antes de hacer nada.

-¿Puedo?-

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⏰ Última actualización: Feb 19, 2022 ⏰

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