5. Nueva

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Abrí los ojos y lo primero que vi fue una ventana que daba directo al bosque. Me sentía muy, muy débil.

- Eres especial -dijo Santiago desde una esquina- nunca puedo ver tu destino ni tu pasado, eres un escudo poderoso.

- Que bueno -respondí sin ánimos- ¿me van a matar de una vez o me seguirán torturando? -hablé ignorándolo y mirando la ventana

- No te mataremos -dijo señalando mi brazo, lo miré y en mi muñeca tenía un tatuaje que me rodeaba toda la muñeca, era una especie de mancha bonita- eres parte de nosotros, si uno cae todos lo hacen -sus palabras parecían tener un significado distinto pero ahora ¿qué importaban los significados?

- Interesante -quise decir algo más pero me sentía agitada

- Tienes que comer, te guardamos todo un manjar -dijo con una sonrisa amable

- ¿Qué pasó con Charlie? -le corté su intento de mejorar la situación

- Todo Forks te busca pero gracias al campo de Laura somos prácticamente invisibles -se acercó más y me dijo en susurros- tenemos un plan para escapar pero antes tienes que adaptarte -lo miré confundida y Aurora habló

- Hazle caso

Santiago se agachó y con algo de dificultad me alzó, bajó las escaleras y ahí estaban todos, sentado en una mesa, esperándome.

- Isabella, hijita -todos se pararon y yo me sentí una presa en medio de cuatro leones hambrientos, - Santiago y Laura te llevarán a cazar.

¿Cazar? Lo miré horrorizada, ¿me alimentaría de carne cruda? ¿de personas o animales?

- No princesa -me habló como si fuera una bebé de 2 años- no saldrás lastimada

Como si eso fuera a lo que me preocupaba.

- ¿Qué cazaré? -pregunté, lejos de sonar curiosa soné intimidada y asustada. Era extraño, no me sentía sedienta ni notaba ningún cambio en mi cuerpo.

- Antes cazábamos personas -no sé qué miró Dayana en mi rostro que aclaró- criminales, lo hacíamos ver como asesinatos y peleas callejeras para no levantar sospechas en los Cullen y los metamorfos.

- Ok -dije escondiéndome en el pecho de Santiago 

- Bien mis niños, vayan a cazar.

Era impresionante como hablaba de cazar como si fuera una costumbre normal que varias familias practican. Aún en brazos de Santiago, junto a Laura salimos y me pude dar cuenta del bosque que se extendía ante nosotros.

- ¿Y el manjar? -pregunté a Santiago con burla. El se echó a reír.

- Amarrado

Caminaron y sentí que atravesamos una débil tela justo fuera de la casa. El viento del mediodía me dio de lleno en la cara, junto con eso un olor delicioso. Santiago me bajó y me sostuve de él para estar en pie.

- Síguelo ahora -dijo Aurora desesperada y siendo sincera, yo también lo estaba.

- Sigue tus instintos -dijo Santiago pero ya era tarde, ya los seguía.

Me lancé a correr siguiendo el olor, en segundo plano quedó la velocidad a la que iba o el gran salto y la magnífica aterrizada de pie. Ahora quería esa cosa que olía tan bien... y la conseguí.

Diez venados, siete machos y tres hembras amarrados a los árboles, me les tiré encime y los drené por completo en menos de treinta minutos. Al terminar me recargué en un árbol y se acercaron Laura y Santiago.

- Aprendiste rápido -dijo Laura con una sonrisa.

Le dediqué una sonrisa y me di cuenta que me sentía más fuerte, mucho más fuerte y liviana, borré mi sonrisa y fruncí mi ceño confundida.

- Entiendo lo que sientes -me dijo Santiago- yo también me sentí así, fuerte, ágil y sediento. 

- ¿Qué soy?

- No lo sabemos pero es algo con veneno de vampiro y cosas de Robert

- ¿Qué significa este tatuaje?

Laura y Santiago se sentaron frente a mi y me enseñaron sus muñecas. La muñeca de Santiago estaba rodeada de relojes y la de Laura de tiras cruzadas entre si.

- Te lo hicimos para que sepas que perteneces a nosotros, nos cuidamos la espalda, si ya somos poderosos imagínate con tu aturdimiento y Aurora -me puse rígida ante el nombre de alguien a quien yo consideraba imaginaria. Ellos se dieron cuenta y sonrieron con burla- hablas en sueños y tal vez no lo recuerdes pero nos atacaste -dijo Laura

- ¿Qué?

- Bueno, fue un acto de defensa, te felicitamos por eso, tuvimos que salir y no volver en horas.

- ¿Soy peligrosa?

- Si te sabes controlar, no.

- ¿Y soy peligrosa para... Charlie? -Los dos cambiaron su expresión a una de seriedad- Prometo no dejar que me vea pero por favor déjenme verlo -les pedí a punto de llorar, sin embargo solo me salió un sollozo, ninguna lágrima salió de mis ojos. 

- Tenemos un plan Isabella -dijo Santiago mirándome- pero para eso necesitamos que te controles.

Yo asentí esperanzada, tal vez era mi única oportunidad de escapar de Robert. Reaccioné y me di cuenta de que no podía morir, ¿qué pasaría con Jake? ¿Quién ayudaría a mi padre? ¿quién cuidaría a mi caprichosa y atolondrada madre? Me perdería un montón de cosas, la boda de mi mejor amigo, mi graduación, mi primer día de universidad, etc.

Sentí una nueva chispa, algo de... luz en mi vida. 



Experimento 1 y 2 (Crepúsculo) (TERMINADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora