¿Hay algo más doloroso que alejarse de quien te hace sonreír?
Al llegar a Japón para un intercambio, nuestra protagonista conoce a Miya Chinen, su compañero de piso. Lo que comienza como una amistad pronto se convierte en algo más profundo, pero la...
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《Solo quiero sentir dolor》
ESPERABA APOYADA en el mostrador de la tienda, mi vista no podía apartarse del peliazul, era como un actor de cine famoso que sale en la televisión. Y no hablemos de su amigo, parece de estos malotes que te enseñan a montar en skate y cuando lo consiguen te felicitan con un beso, qué bonito todo.
— ¿Y que edad tienen?
— ¿Uhm? Tienen dieciséis, creo.
— abrí la boca y emite un sonido de frustración.— ¿¡Me llevan tres años!? Bueno, hace tiempo estuve saliendo con un chico de diecinueve años, asi que, quien sabe si puedo conquistar a estos chicos.
— Perdón, ¿Decías algo?— dijo el hombre del mostrador apartando la mirada de ambos chicos.
— suspire.— ¿Podría darme aquella tabla?— saque mi monedero de mi pantalón trasero.
No me importo gastarme todo el dinero de un mes entero, si aquello me serviría para acercarme más a Miya. Además, las clases de voley cuestan muchísimo y mi beca no pagara para entrar a clubs de deportes.
— me acerque a Miya y le enseñe el skate.— Ya podras enseñarme a montar en skate.
— No, estare ocupado.
— ¡Que! Acabo gastar todo mi dinero de un mes en esto, ahora me enseñ...
— Te puedo enseñar yo.— dijo el pelirojo señalandose a si mismo.
— ¡Si!— grite de la emoción.
— No, un Slime-san no va a enseñarle.— contesto Miya alejandome de Reki.
Al llegar a casa de Miya, cada uno se metió en su habitación, pero yo fui detrás de él para que me enseñara a montar en Skate. Mi nuevo objetivo era entrar a aquel lugar que llaman la "S", además, quería acercarme a aquellos chicos.
— Venga Miya.— le toque con mi dedo la espalda.— no te cuesta nada.
— Eres pesada, tengo que estudiar.—
— ¿Para que malgastar estudiando inglés? Me tienes a mi.—
— Oye, no se tú, pero yo estoy aquí para estudiar y tener una vida perfecta. Que la tuya ya sea mala de por si, no es mi problema ¿de acuerdo?
Empuje fuertemente a Miya y salí de la habitación lo más rápido posible, sus palabras me llegaron como si me hubieran tirado un cubo de agua fría, me sentía como la mierda en estos momentos.
— Tranquilízate, tranquilízate, tú eres perfecta.— camine dando círculos por mi dormitorio, mientras me tranquilizaba mentalmente.— El no sabe nada de lo que sufres...
El dolor seguía ahí, sentía un escalofrío por mi cuerpo pensando que mi padre o madre subirían las escaleras y me pegarían por el ruido que estaba dando al caminar. El miedo me gano, me acurruque en una esquina y empecé a llorar.
